Hastío, aburrimiento y cansancio ante la indiscrimada «eclosión de grupos indie-pop«, parecen ser las razones fundamentales de peso que llevaron a Pompas Fúnebres y Catalepsia a montar una banda por su cuenta. Eso y la costumbre que tienen las dos amigas de no dejar de hacer nada que se les pase por la cabeza por descabellado que pudiera parecer. Y efectivamente, atrevida era sin duda la empresa. Es el año 2005 y en Murcia no abundan precisamente los grupos de chicas que se planteen la orientación que le quieren dar a su nuevo proyecto: Todo tendría que estar relacionado con la muerte.
Como además, se pretende que abundase el humor macabro, adoptan encantados el nombre de Sudores de Muerte que oyen en el relato de una anécdota que le había ocurrido a una conocida: «Supimos que tenía que ser el nombre de nuestro grupo. Creo que ese nombre era algo que nos definía, encierra el humor negro y el doble sentido que siempre quisimos transmitir, aunque muchos no lo entendían«, contaban en una entrevista.
Mucho del primer año de funcionamiento se pasa más hablando del grupo que tienen que de verdaderos progresos, porque como reconocían «la única que sabía de música era Pompas Funebres«. Empezaron con un cantante, Catalepsia al bajo y Pompas Fúnebres a la guitarra.
A ella fue precisamente a la que trataba de atraer Desenterrador para el grupo en el que tocaba él (Deus Vult) para que se hiciera cargo de los teclados, pero no funcionó: «No quiso«, contaba luego él, «así que como yo no tenía local de ensayo, una batería a la que no sabía darle un ´bombo-caja´ de seguido y mucha curiosidad por aprender decidí empezar a tocar con ellas para aprender un poco a darle aquellos parches”. Aunque venía forjándose en sonidos de black metal, terminaría adaptándose poco a poco a los nuevos aires que le proponían en el nuevo proyecto.
El grupo se pone en marcha en septiembre de 2006, siendo su primer concierto en directo el que dieron en un bar del polígono industrial de Alcantarilla de Murcia, «un reducto de música bakala«, en septiembre de 2007. La acogida del público allí congregado no fue precisamente la mejor, y alguna de las chicas tuvo que soportar las invitaciones que alguno de los asistentes les hacían para ir a un concierto de B52s que iba a tener lugar por la zona.
Pompas Fúnebres describía qué era lo que le atraía, qué buscaba para el sonido de la banda: “El eco de las voces de los cincuenta, el eco en las guitarras surf de los 60, el eco de las baterías de los 80… Quería que todo sonara como si lo hubiéramos grabado en una cueva”. Si había que marcar referencias, entonces se fijaría en Alien Sex Fiend, en las bandas sonoras de «París Texas» (1984) de Wim Wenders o «Twin Peaks» (1990) de David Lynch y Mark Frost, o en Alaska y Los Pegamoides.
Sudores de Muerte dispusieron de un estudio propio en el que poder dejar registrados sus canciones: Central Esclavo, un proyecto personal puesto en funcionamiento por Desenterrador. La primera grabación fue la que hicieron para preparar «Un Cadáver en la Bañera» (La Culpa, 2006), su EP de debut con cuatro temas, de los que el primero, el que daba título a todo el trabajo, les hizo empezar a acuñar el término necro-country. Con el tiempo la definición evolucionó, de tal manera que pasaron a hablar de «necromugre para noctámbulos y rostros pálidos«. Querían englobar así una mezcla de «garaje, after punk y sonidos retro«. Las influencias que decían admitir eran de lo más variopinto: rock and roll, country, glam, psicodelia, new wave, punk y black metal.
El debut en CD de los murcianos suena efectivamente crudo en el que las voces femeninas no se alejan siempre de la cadencia que tendrían en un contexto de pop más edulcorado, aunque cuenten historias de cuerpos muertos en el cuarto de baño. Saldría editado incialmente por La Culpa Records, sello de Madrid, pero la banda se encargaría luego de recuperarlo con su propio sello.
Tan sólo un año después volverían a la carga con «Afeita el Perro» (Zombito, 2007), donde efectivamente el tema canino se abordaba en dos de los cuatro temas del disco. Junto a los acercamientos a crudezas oscuras tipo Cramps o Desechables, el espectro se abre a atmósferas cercanas a Décima Víctima o Alphaville.
Emperrados como estaban en un tipo concreto de sonido para sus canciones, las grabaciones terminaban complicándose: «Queríamos grabar lo más parecido posible a como se hacía en la era analógica, con todos los inconvenientes que eso supone. Lo ideal habría sido grabar en un estudio así, que los hay, pero no teníamos dinero. Y en vez de grabar con un portátil, como todo el mundo, siempre teníamos que ir a por el más difícil todavía«.
La banda desarrolló por otro lado una trabajada puesta en escena en la que no faltaban plumas, purpurina y laca. Desenterrador ya se imaginaba cuál sería la propuesta de Sudores de Muerte desde que se unió a la banda: «Cuando yo entré en el grupo las dos ya tenían muy claro que al escenario no se subían vestidas de vecina del quinto«. De hecho mucho de este aparente descaro en escena se convertiría en todo un sello personal: “Nadie por la zona se había puesto a hacer nada parecido (…) Las canciones eran extrañas y se quedaban en la cabeza aunque no quisieras y que llamaba mucho la atención esa formación con dos señoritas en el escenario. Las chicas suelen hacer grupos de pop infantil, no de punk para hablar de la muerte o todo lo miserables de la existencia”, contaban en entrevista.
Seis serían los temas que traía su siguiente disco «Luz de Gas» (Zombito, 2008), el primero sin dibujo en la portada y quizá el mejor de los que editaron los murcianos. Tanto las voces como el sonido de la banda manifiesta la madurez que quizás faltaba en sus primeras entregas.
Aunque la banda estaba abierta a permitir la evolución del sonido de sus canciones según surgiera sin cortapisa alguna, para sus letras seguía transitando similares parámetros a los de sus comienzos, con la muerte como eje globalizador: «No es el tema principal, pero nos gusta incluir asesinatos, cadáveres y muertos en general en nuestras historias. Como una especie de distintivo, simplemente. Sin embargo, detrás se esconde la soledad, el odio, el amor frustrado y todo tipo de comportamientos perturbados causados por semejante mezcla explosiva. Nos inspiramos en nuestra propia experiencia, exagerándola y añadiendo un toque de ficción sacado de películas, cómics y demás» contaban para Murcia Music.
Sudores de Muerte no se prodigaron demasiado en directo. Su lista de conciertos se reduce a unos cuantos eventos en su localidad y en Alicante. Asimismo recuerdan con especial cariño la vez que fueron a Madrid para participar en el LadyFest en 2008 donde tocaron con Lydia Lunch y Jessie Evans: «Aquello fue como viajar a una dimensión paralela”, confesaban en una entrevista. También oficiarían de anfitriones cuando la gira de Monozid y The Holy Kiss pasó por Murcia.
Para sus conciertos recurrieron en alguna ocasión a la ayuda de un cuarto miembro, Muerto de Risa (Sepelio Oculto) para que les echara una mano con el bajo. Siempre había estado cerca de la banda, ayudando en pruebas de sonido o vendiendo discos en los conciertos, así que, aunque consideraban el trío como el formato ideal, la incorporación de un bajista liberaba a Catalepsia, dejándole libertad para cantar.
La banda se disuelve en 2009: «No hubo motivos, simplemente tenía que pasar«, contaba la cantante. La pena sería que la reedición de «Luz de Gas» en formato de vinilo que les hizo el sello maño Bazofia Records no llegaría hasta dos años después por retrasos en el prensado, saliendo a la calle con Sudores de Muerte desaparecido.
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