Dentro del amplio saco de las chicas ye yé podemos establecer diversos grupos. Si nos atenemos a la forma de cantar, encontraremos las voces poderosas, como Adriángela o Betina; las que trepan por los agudos, como Karina o Gelu y las habladoras como Kinita. Si nos fijamos en su aspecto, encontraríamos las colegialas aniñadas como Karina o Li Morante, y las hembras como Ivana o Franciska. Dentro de estas clasificaciones sui generis, Silvana Velasco entraría en las cantantes que cantan a partir del habla, dotándola de inflexiones melódicas, en la línea de casi todas las ye yé francesas. En el otro aspecto, habría que encuadrarla sin duda con las mujeres de rompe y rasga, herederas de las bellezas raciales de las copleras de la década de los 50. Sus formas rotundas, su cara con un punto de agresividad, su pelo hipernegro y su estatura la convierten en una de las ye yés más atractivas.
Silvana Rosa Caravera Núñez nació en Madrid, en 1947 y desde cría quiso ser artista, compaginando la canción y el cine. Recién estrenada la adolescencia, hace un papelito en “Siempre es Domingo” (Fernando Palacios, 1961). Pero poco después se va a decantar por la canción. No lo va a tener fácil y su debut discográfico va a ser bien atípico, pues su primer disco va a aparecer editado por el brandy Fundador en su variopinta serie de discos sorpresa. Los siguientes van a ser discos promocionales editados sin carátula por Zafiro con destino a emisoras de radio y juke box. Por fin a finales de 1964 va a editar su primer disco de verdad, un EP que contenía: “Sapore di Sale / Si Encuentras mi Amor / Y Volvamos al amor / Yo Pienso en Él” (Zafiro, 1964). Un disco de versiones encabezado por el casi inevitable “Sapore di sale”, de Gino Paoli. El disco tiene una tibia acogida y pronto va a tener continuación con otro EP que recogía varias de las canciones anteriormente publicadas en los singles promocionales: “Ahora te Puedes Marchar / Busca una Excusa / Ella Está Contigo / La más Bella del Baile” (Zafiro, 1964). Se trata de uno de sus mejores discos con versiones destacables de dos hits monumentales de ye yés foráneas: “I only to be with you” de Dusty Springfield y “La plus belle pour aller danser” de Sylvie Vartan.
Zafiro hace algo muy habitual en su marca cuando uno de sus artistas empieza a sonar con fuerza. Comienza a sacar EP y singles por un tubo, repitiendo las mismas canciones en ambos formatos. Así durante 1965 pone seis discos a rodar, lo que supone una inflación de discos que hace que unos se pisen a otros. De ellos, hay que fijarse especialmente en una muy buena versión de la canción con la que Mina venció el Festival de San Remo de aquel año: “Si lloras, si ríes” encuadrado en el EP: “Festival de San Remo 1965” (Zafiro, 1965). Silvana Velasco aparece en varios programas de televisión, donde su palmito no pasa desapercibido. También las revistas juveniles le dedican un buen número de páginas. En 1966 actúa con asiduidad, pero no va a haber grabaciones, ya que surgen desavenencias entre Silvana y Zafiro. La cantante madrileña se ve obligada a agotar su contrato antes de fichar por un nuevo sello.
Su vuelta va a venir con el single “Un Domingo/ No es muy Tarde” (RCA, 1967), interpretando una versión del tema que aparece en la película “Amor a la Española” (Fernando Merino, 1966), cuya versión original interpretaron Los Flames. El disco se vende bastante bien y ese año Silvana acudirá en 1967 debutará en el Festival de Benidorm con dos canciones, llegando ambas a la final. Su carrera se encuentra en su punto más alto y Silvana se atreve absolutamente con todo. A finales de 1967 saca un sencillo encabezado por la versión española de “Hush” (Zafiro, 1967), un tema de un nuevo grupo inglés llamado Deep Purple. La versión de marras ha quedado como uno de los mayores descacharres del ye yé español. A pesar de la voluntad que le pone Silvana, el tema le sienta como un par de pistolas a un Cristo y el resultado es, cuando menos, pintoresco.
En 1968 volverá a hacer horas extras en Benidorm, defendiendo dos canciones, que aparecerán agrupadas en un sencillo que obtuvo una cierta repercusión: “Llama al Sol / Fantástico” (RCA, 1968). Ese mismo año cerrará su estancia en RCA con el sencillo: “Una Sola Verdad / Dime, Dime” (RCA, 1968).
A partir de su salida de RCA la carrera de Silvana Velasco se diluye un tanto, realizando alguna grabación en sellos modestos. Son discos que no tuvieron ninguna promoción. Aún demostrará su calidad en una de las mejores versiones en castellano de “Jardín de Rosas” (Euterpe, 1971). Por pura afición estirará su carrera hasta 1976, aunque durante toda esa década de los 70 Silvana Velasco era ya una bella reliquia del pasado.
Sus discos nunca han sido recopilados ni reeditados y es una de esas carreras musicales que merecería una revisión a fondo.
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