Con un dilatado curriculum a sus espaldas que les acredita como activos elementos de la contracultura que recorre el subsuelo musical de la capital, estos guerrilleros y agitadores deciden unir fuerzas en una especie de supergrupo en el que canalizar sus ganas de transgresión. Navajazo, Capitán Entresijos, Espermatozombies, Caniche, Fabuloso Combo Espectro o Juana Chicharro son ejemplos claros de cuáles son las intenciones al decidir poner en marcha un grupo todos juntos.
Surgidos durante el transcurso de «una noche de pedo en Lavapiés«, no tienen problema alguno en tipificarse como «grupo de borrachera de sábado por la noche que llegó a cristalizar«. El reparto de instrumentos respeta el historial de cada uno en sus proyectos anteriores y así Cecilia se encarga de la batería, Juanjo –Antonelli– de los teclados, Guillén de la guitarra, Roberto del bajo y Roxy a la voz.
Para comienzos de 2014 ensayan ya en Rock Palace decidiendo su nombre a partir de una expresión de Antonelli en una conversación por teléfono en la que trataba de especificar a su interlocutor por donde andaban ellos. ¿Que qué es por tanto un pseudoparque? «Son esos terruños que tienen un solo banco» explican.
Su música no es el resultado de un objetivo concreto, o al menos no creen que la comparación con la propuesta de los proyectos anteriores en los que han estado involucrados sirva de referencia válida: «No nos proponemos hacer nada en concreto. Sólo lo que nos apetece«. Tampoco sirve de ayuda indagar entre los discos que pueda escuchar cada uno, porque dicen escuchar una cantidad ingente de cosas distintas.
Se les ha podido ver en diferentes salas de la geografía madrileña, como en El Juglar donde tocaron el 23 de marzo de 2015. Un poco más tarde, el 23 de noviembre de ese mismo año, actuarían en La Central de Callao con Las Cruces.
«Melodías Simples / Sol y Sombras» (Producciones Esporádicas / Discos Anormales, 2016) se grabó en los estudios DGR Sónica, donde trabajaron con Krater (Ginferno). Allí dejaron registrados una decena de temas con los que evidenciaban un estilo bien personal. Sus canciones suenan cacharriles, marcianas, con un punto de aparentes jam sessions libres en las que voces y coros pueden terminar en algo parecido a un aullido o gritos de manifestación o taberna. Letras en francés, inglés y español en combinación con temas eminentemente instrumentales.
Antes de que saliera el disco a la calle, se uniría a la disciplina de la banda Ayuso, compañero de fatigas de Roberto y Cecilia en proyectos como Fabuloso Combo Espectro y Juana Chicharro, para hacerse cargo de la guitarra. Él tocaría ya en la presentación que hicieron del disco en la sala Wurlitzer con The Black Lennons el 25 de junio de 2016.
«La frase de Pseudoparque es ¿Y por qué no? ¿Y por qué no vamos a cantar en francés? ¿Y por qué no vamos a meter una slide?…» cuenta Roberto para aclarar el esquema de composición que siguen. Se resisten a admitir que la línea imprevisible y anárquica que parecen seguir muchas de sus composiciones sea resultado del azar: «Hay poco de improvisación, no creas. Los temas están pensados, bueno dentro de lo simples que son«, explica el bajista. «La idea es hacer temas que no sean habituales, con estructuras raras, dentro del punk, claro, que es de donde venimos todos«. Es éste, en realidad, un esquema que no está a años luz de lo que han hecho con algunos de sus grupos previos, aspecto que no tienen problema en reconocer: «Bueno, es inevitable, nos gusta lo que nos gusta y eso se ve reflejado en la música que haces. De hecho intentamos que los temas respiraran de otra manera, pero al final tus influencias salen a relucir toques con quien toques«.
Dicen tener ya diseñados nuevos temas con los que sacar un EP temático dedicado, por ejemplo, a algún narco iberoamericano ¿Y por qué no?
Comentarios