Peña es un proyecto muy emocional y sentido, eso se percibe desde el primer momento. Todo está cuidado al más mínimo detalle: diseños, instrumentaciones, textos… En Peña nos encontramos a Toño Magariños, Rubén Abad y Elena Vázquez. Músicos pontevedreses con un intenso pasado y presente en bandas como Unicornibot, Diola, Cró o TrilitrateAñade este contenido. “Peña nació para dar seguimiento a Marrones BurócratasAñade este contenido, un proyecto de Toño que consistía en publicar un disco y dar un concierto una vez al año. Elena y Rubén solían colaborar con él y en algún momento decidieron dar continuidad a un grupo “formal” a partir de esos mimbres” explican.
Con respecto al nombre, indican que “realmente no hay una búsqueda especial ni un respaldo conceptual al nombre de Peña. Simplemente sonaba bien, semánticamente tiene varios significados y es una palabra común que ningún grupo (que conociésemos) había utilizado. No estaba claro que el grupo fuese a cantar mayoritariamente en galego en ese momento, porque curiosamente Peña no existen en ese idioma”.
Nos encontramos con unas melodías muy cuidadas, unos textos brillantes (siete de ellos obra de Magariños y dos de Abad) y un carácter atemporal que combina el folk, las raíces y el pop. “Las influencias musicales de los tres están en todas las composiciones, tanto de las estructuras armónicas y letras como de los coros y arreglos, que son de importancia capital en el proyecto. De la mezcla de todas las influencias y su peso en cada parte de cada canción sale el “saborcillo” de Peña. Realmente somos músicos que nos consideramos eclécticos, tanto de forma colectiva como individual. Nos inspira al mismo nivel la música negra de raíz, que contemporánea o jazz, folk primitivo estadounidense, milonga campera de la Pampa, experimental, compositores canónicos como Bach o Chopin. Y tampoco le damos mucha importancia a la altura de los usos de la música: sacra, popular, orquestal. Todo eso no nos importa mucho y, aunque sabemos que siempre hay un contexto, creemos que parte de nuestro trabajo es ignorar radicalmente esos contextos y hacer música “pop” desde una mirada ingenua sobre ellos. Respetamos a quien trabaja con géneros y contextos concretos, pero nuestro trabajo es el otro”.
Decía Isaac Díaz Pardo que para que haya un futuro hay que partir de la raíz… En los últimos años en Galicia están surgiendo gran cantidad de propuestas (Baiuca, Lume, Koroiev, NéboaAñade este contenido…) que reinterpretan y revisan esa raíz… Con respecto a esto, Toño nos indica que “no creo que se esté haciendo música más interesante o renovadora en torno al folk o tradicional galego que en otros momentos de las últimas décadas. Más bien veo que hay un interés creciente en ello, en parte por lo desacomplejada que es al respecto la gente joven que se va incorporando al “publico”, y eso provoca que los medios y sellos miren hacia esas rendijas, buscando su parte del pastel. Ahora parece que es esto y en unos años será otra cosa”.
Su primera entrega es el EP “Fórmula EP” (Autoproducido, 2020). Tres cortes en los que ya dejan claras sus intenciones de tejer melodías pop partiendo de la raíz.
En 2021 llega “Carreiro” (Repetidor, 2021), su disco debut. Un trabajo brillante en el que las canciones son las verdaderas protagonistas. Canciones cargadas de emoción y sensibilidad grabadas a base de minimalismo, tirando de sencillez y dándole protagonismo a las voces… De Fleet Foxes a Maderita, de Fuxan os Ventos a Low.
“Desgraciadamente para nosotros como músicos, no hemos trabajado con estrategia comercial ni similar desde la formación del grupo. Sólo hemos ido componiendo temas y tocándolos en directo donde nos han dejado en los últimos cinco años. Era inevitable registrarlos en un álbum para poder existir para la gran mayoría de medios y público. Eso nos ha servido para tomar la temperatura de nuestro proyecto y experimentar mucho con nuestros métodos de grabación, pero no hay un hilo o concepto previo. Es una hoja de ruta o más bien un libro de viajes de un camino sin asfaltar por donde hemos ido pasando en este tiempo. La grabación ha cambiado en varias ocasiones de formato, arreglos y estudio…ha sido un proceso largo y duro, pero con grandísimos momentos de disfrute, al tener que irnos adaptando a las circunstancias. Finalmente en su gran mayoría lo hemos grabado y preproducido nosotros mismos con la ayuda de muchos amigos y el trabajo increíble de Xavier Muñoz en la mezcla, que ha sabido leernos perfectamente y convertir esa cascada de grabaciones en canciones editables. Visto el resultado, no podemos estar más orgullosos del proceso y de cómo ha quedado”.
El fututo es incierto, pero como ellos mismos dicen… “si es que existe algún futuro, pasa por tocar todo lo posible para darle una larga y digna vida a estas canciones, que hemos arreglado y preparado para nuestra formación tradicional de guitarra acústica, guitarra eléctrica y violín. Si conseguimos tocar lo suficiente y vender los discos suficientes, podremos grabar otras muchas canciones que ya estamos preparando para ese futuro. Para bien y para mal, no hay pandemia o crisis en general que pueda hacer que dejemos de componer canciones y tener ganas de tocarlas juntos. Si se obra el milagro, les daremos una vida pública. Pero eso ya no depende de nosotros”.
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