“Nos gustó el concepto de dos mataos que para llegar a unos mínimos tenían que hacer fuerza juntos” cuentan Iker Cortés (voz y guitarra) y John Tones (batería y coros) a la hora de explicar el porqué del nombre que eligieron para su banda. “Hubo una época en la que el P.P. se pasaba el día con lo del Pacto de Perdedores en la boca” dicen, y efectivamente la idea prendió en el dúo, que desechó otras de las posibilidades que andaban considerando como Urticaries.
Los dos son periodistas y se conocían virtualmente “de internet, de coincidir en foros”. Si bien Iker se estrenaba musicalmente, John, en cambio, llevaba algo así como una década transitando por varios proyectos previos. De todos ellos, los únicos con los que se llegó a grabar alguna maqueta o actuar en directo fue con P.A.J.E.R.O. (dúo y luego cuarteto de pop), Tres Tristes Ninjas (trío de hardcore punk), Mini Pierna Extra (trío de tecnopunk) y Wicked Wanda, el que más duraría.
Con Pacto de Perdedores, eso sí, se estrenaba tocando la batería. De hecho, empezó a hacerlo en 2015 y no fue hasta que adquirió cierta soltura que decidió empezar a tocar con Iker. “Nos entendimos rápido y, más o menos a finales de ese año empezamos a quedar semanalmente”, cuenta de los comienzos. En esos primeros ensayos, empiezan con versiones de grupos que gustan a los dos. El sonido al que se apunta tiene a Black Keys, White Stripes o The Hives como referencias. Otra cosa es que, finalmente, se consolidaran en parámetros diferentes: “No nos parecemos demasiado al estilo que hacen habitualmente los dúos de guitarra y batería, no tiramos ni al blues vintage a lo White Stripes ni a la mezcla de garage y psicodelia stoner que hacen tantos dúos”.
Además, comprobaron que la inclusión de un bajista no aportaba grandes diferencias a lo que tenían ya “porque el sonido ya estaba definido”. Es por ello por lo que decidido el formato de dos el objetivo es “sacar el máximo partido de nuestras limitaciones al tener menos instrumentos de lo habitual”.
En sus primeros momentos funcionan para ensayar en locales por hora en diferentes emplazamientos: BoxinBox (en Prosperidad) , Pandora’s Box (en Atocha). Luego pasaron un año en la zona de Marqués de Vadillo, pero al no quedar satisfechos con la experiencia, se trasladaron a los Locales Rufino en Suanzes.
El debut en directo tiene lugar en la primera edición del Canino Punk Fest celebrado en la Sala Juglar de Madrid en noviembre de 2016, teloneando a Megaherzios y Las Cruces. El concierto, que consistió en una decena de canciones que incluían una versión de Los Ganglios, se podría escuchar posteriormente en el bandcamp del grupo.
A finales de 2018 entran a grabar en el estudio de Raúl García cinco temas seleccionados de su repertorio. Descartan en principio todos los que habían quedados grabados de su concierto en directo, para guardarlos en caso de querer darles salida de algún modo. “No tiene mucho más misterio, las grabamos a lo largo de un par de fines de semana con medios más bien rudimentarios, pero estamos contentos con el sonido”, nos cuentan de la sesión de grabación.
En un principio, la idea es confeccionar una maqueta con ellos, autoeditarla en formato de CD y en digital para el bandcamp, pero uno de los sellos a los que habían mandado los temas, Family Spree, les responde entusiasmado con la oferta de un EP de vinilo.
“Sale Mal” (Family Spree, 2019) quedará pues como el debut en disco de Pacto de Perdedores. Da cabida tanto a temas como “La canción de Taburete”, correspondiente probablemente a la faceta más ligera o desenfadada como a ejercicios más próximos a la ironía y mordiente propia de actitudes de insurgente punk. Asimismo, el sonido de envolventes guitarras de “Mentir más” o “La desintegración” podrían hacer pensar que el grupo, efectivamente tal y como confiesan, ha disfrutado de unas cuantas horas de escuchas a través de la discografía de Pixies o Nirvana, respectivamente.
De los dos grupos americanos dicen haber adquirido “cierta tendencia a combinar las partes de calma con las de ruido”. De la escena nacional señalan a Biznaga como la banda con la que podrían tener ciertas similitudes. Su sonido final, sostienen, es el resultado de los esfuerzos de los dos componentes, no siempre dirigidos en la misma dirección: “Por nuestra forma de componer (Iker lleva melodía de voz o de guitarra y yo la marraneo con la batería, acelerándola o simplificándola, y a partir de ahí hago la letra), al final son dos gustos diferentes tirando cada uno en una dirección”, cuenta John. Así, no es de extrañar la amplitud del espectro lograda: “A veces nos salen cosas que recuerdan al rock lo-fi tipo Turqoiz Noiz o Ty Segall, y otras veces nos salen sin querer cosas que recuerdan al punk español de los ochenta o a Green Day. La prueba de esta variedad es que hasta ahora hemos tocado versiones de grupos tan dispares como Astrud, Los Ganglios y los Pixies, y todas encajan en nuestro repertorio”.
Pacto de Perdedores ha tocado un par de veces en el Canino Fest, un evento que les pilla bien próximo, han sido teloneros de grupos como Miguel Costas o Fur Dixon’s WTFukushima en la sala Gruta 77 y han llegado a aparecer en Radio 3.
Si crees que su nombre sugiere una actitud de acumular derrota tras derrota, te equivocas; su empeño es, por el contrario, el de tocar más y mejor. Habrá pues que seguirles.
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