Oh! Ayatollah son una formación compostelana que practica un pop fresco y entusiasta con una cara nihilista o cruda y realista. Todo ello armando a base de estribillos y melodías directas y efectivas, aires lo-fi, sintetizadores y coros 60’s… “La verdad es que eso de ‘pop entusiasta con una cara cruda’ es una definición que mola bastante. Nosotros hacemos pop bajo nuestra perspectiva, intentando parecernos a los grupos que nos gustan. Somos un grupo de guitarras, y escuchándonos es fácil acordarse de bandas de los 60 y 70, es cierto, pero no queremos limitarnos a eso. Para nosotros el ‘pop’ es cualquier creación musical en la que la melodía sea importante y tenga voluntad de llegar a la gente. Nos parecemos a grupos de antes porque hubo una época en la que la música guitarrera era música pop, pero también es cierto que hoy por hoy le dedicamos más tiempo a escuchar a Taylor Swift, a Blank Banshee o a los Voidz que no a los Ramones. Nos gusta jugar con la etiqueta, no queremos ceñirnos a nada ni intentar ir de apóstoles de la pureza. Eso es aburrido”. Lo cierto es que su música bebe de bandas como The Homens, Malandrómeda o The Feelies.
Todo comienza en el 2015: “Allá por el verano de 2015, dos de nosotros llevábamos ya un tiempo dándole vueltas a la idea de formar un grupo de pop, pero este grupo como tal se formó un poco después, en octubre de ese año. Nos acordamos perfectamente del primer día que nos juntamos: era un martes y en A Reixa tocaban los SraSrSra. Al salir del concierto, cuatro colegas (literalmente, éramos cuatro y éramos amigos; aún lo somos, gracias a dios) decidimos que al día siguiente iríamos a un local de ensayo que teníamos en el barrio de las Cancelas y que me montaríamos un grupo. Y fue tal cual así. Obviamente ese primer ensayo fue un despropósito: el cantante estaba operado de una muela del juicio, y aparte de eso tocaba la batería sin saber tocarla; el que de aquella era el bajista (que ahora es el batería) nunca había tocado el bajo y una de las guitarras más o menos lo mismo. Lo pasamos en grande. Desde aquel día hicimos muchas canciones que nunca tocamos, otras ya las dejamos de tocar y sufrimos varios cambios de formación. Pero seguimos siendo unos cuantos amigos que iban y van juntos a conciertos. Nada más y nada menos”.
Con respecto a su llamativo nombre afirman que “no tiene ningún significado oculto ni doble sentido. Mucha gente cree que es un homenaje a Siniestro Total, pero la verdad es que tampoco. Decidimos que para escoger el nombre del grupo, este tenía que convencernos a todos. Oh! Ayatollah fue el primero y el único que lo hizo. Mola bastante, no podemos decir lo contrario”.
Poco a poco comienzan a llegar las grabaciones. Primero llega el EP digital “Cancións por se non Te Quere Xa” (Autoproducido, 2016), después el single “Nunca Máis / Mi Re La” (Autoproducido, 2017) y su primer LP, “Volve a Canción Protesta” (Tremendo, 2018). Un trabajo grabado por Ayatollah Boy (guitarra y coros), Ayatollah La La La Lee (guitarra y coros), Ayatollah Pop (voz y teclado), Ayatollah Sportivo (bajo y coros) y Ayatollah Soares (batería y coros), producido por Hevi (Malandrómeda, Fluzo) en Laboratorio Soyuz, quien se anima tocar el sintetizador y programar la base de “Case todo é o que parece”. De la masterización se encarga Cem Oral en Jammin’ Masters (Berlín).
“Nos decía el otro día un colega que Hevi es el mayor artista que hubo nunca en Galicia, y la verdad es que tiene razón. No es por quitarle mérito a gente como Castelao, Alfonso X o David Vidal, pero el Hevi es insuperable. Es un frontman brutal, aparte de un letrista con una sensibilidad que no le conocemos a casi nadie, pero su trabajo como productor es también fantástico, y ahí creemos que no está todo el valorado que debería. Nuestro disco sola como los discos que a nosotros nos gustan, ¿y por qué? Porque trabajamos con Hevi, de eso no tenemos duda ninguna. Parece que le estamos haciendo la pelota o intentando vendérselo a la gente, pero ni mucho menos. Hevi es un genio, y quiera los dice que dure 200 años. Hablaríamos bien de él aunque no nos tuviera bajo amenaza de muerte para que hablemos bien de él”.
Con respecto al título del disco afirman que “en nuestras canciones hay mucho de protesta: ante lo pocas, cortas y decepcionantes que son las fiestas a las que vamos, ante lo inhumanos que son a veces nuestros amigos, ante cómo funciona el amor… protestamos contra el mundo en general, aunque somos más optimistas del que poda parecer. Por protestar que no quede, pero siempre pasándolo bien, si no vamos a acabar todos siendo unos amargados y eso no mola demasiado”.
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