Formados en Barcelona en el otoño de 1969 y conocidos en la actualidad especialmente porque en sus filas se encontraba un joven llamado Jaume Sisa, con los años toda una institución en la música catalana, realmente el grupo estaba liderado por el madrileño José Manuel Brabo, Cachas, principal autor de la mayor parte de las composiciones incluidas en su único disco, “Música Dispersa” (Diábolo, 1970)
Anteriormente, Cachas, todavía en Madrid, ya había formado parte de Trágala, un grupo de canción protesta, junto a Hilario Camacho, Elisa Serna y José Luis Leal. Una vez disuelto, y, según sus propias palabras, convencido de que “en Barcelona había más ambientillo hippie”, decide trasladarse.
Es de esta forma que Cachas llega a Barcelona a finales de los 60 y se instala en un piso de Ciutat Vella. Allí conoce a Albert Batiste, quien le presenta a Sisa. Los tres se integraron en Miniatura, junto con Pau Riba. Muy poco después, abandonan esa formación y embarcan a Selene, una joven hippie que había estudiado piano y flauta, y tocaba, además, los bongos. Estos cuatro músicos completan la formación de Música Dispersa, grupo que sólo duraría un año.
Para la grabación de su único disco, contaron con la colaboración de Josep M. Vilaseca, Tapi, uno de los precursores del rock progresivo que en Cataluña adquirió un estilo propio al fusionarse con jazz, folk y psicodelia, y que se conoce como rock laietano, o música laietana, tras la batería de formaciones míticas en ese estilo, como Máquina! o Tapiman.
Del disco, de título homónimo y publicado por Diábolo en junio de 1970, se llegarían a vender menos de 400 ejemplares. Por eso, no hace falta decir lo que vale en el mercado de coleccionismo una de esas copias de la edición original, viendo además el prestigio ganado por sus componentes y por el disco en sí, hoy día un auténtico álbum de culto y un disco de referencia para toda la música progresiva posterior. Para los que no pudieron hacerse con él, y dada la dificultad de encontrarlo, el disco está reeditado en vinilo en 1979 por Edigsa, y más recientemente por Discmedi Blau, en formato digipak, en el año 2004. En ambos casos sin nada adicional, con la misma portada y canciones.
Se trata de un disco único, muy personal, encasillado dentro de la música underground o vanguardista de la época, cercana al folk, a la psicodelia y el jazz, teniendo como distintivo más original la particularidad de utilizar la voz en forma onomatopéyica, como un instrumento más de murmullos, sin letras ni idioma. Canciones hipnóticas, a veces llenas de armonía, otras mucho más ruidistas. Un disco rompedor, que bordea los límites entre la genialidad y la locura o el sinsentido, y que, en muchos de los que lo escuchaban (o las actuaciones en directo), producía la sensación de no saber si realmente les estaban tomando el pelo.
Lo cierto es que, al margen de su originalidad, en muchos momentos es realmente brillante y tiene algunas melodías y armonías vocales muy encantadoras.
Poco después de ser editado, Cachas fue llamado a filas y, como ha señalado el propio Sisa tiempo después, “la banda hizo honor a su nombre”. Al volver del servicio militar Cachas se retiró de la música y se fue a vivir a Menorca, donde permaneció hasta su fallecimiento en el año 2004.
Jaume Sisa, por su parte, comenzó su prestigiosa y brillante carrera musical en solitario, publicando en 1971 “Orgía» (Edigsa, 1971).
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