Jorge Cuña Casasbellas (Vigo, 1945 – Pontevedra, 2004) fue un poeta muy intenso que nos dejó cuatro más que recomendables poemarios: “Serpigo” (1972), “Moloch” (1977), “Mantis” (1988) e “Hipofanías” (2003).
Los dos primeros mantienen una importante conexión, presentando los poemas visiones y expresiones apocalípticas, pero un apocalipsis con un importante componente de renovación y redención.
Laura García (guitarra y voz), Violeta Mosquera (Bala / batería) y Andrés Martínez (teclados y voz) entran en contacto con la poesía de Jorge al abrigo de la Fundación Cuña-Casasbellas y deciden poner en marcha Moloch, proyecto experimental con el que rinden tributo al poeta pontevedrés… “La idea surge más o menos hace un año, cuando Osmundo (el cuarto Moloch), que trabaja para la Fundación Cuña-Casasbellas nos propone musicalizar fragmentos del libro Moloch de Jorge Cuña para interpretar estas piezas en un acto dedicado a su memoria en el XIV Brumario Poético, organizado por la fundación. Creamos tres piezas basadas en la experimentación que nos pareció que sugería su poesía, y el resultado nos agradó mucho. Entonces fue cuando decidimos que el proyecto podía tener más continuidad y hacer un álbum entero dedicado a su poesía” explican.
Para ellos la poesía de Cuña es “tremendamente directa, muy cruda. Sin embargo, utiliza muchas imágenes que remiten a lo divino, no en el sentido religioso, sino referido a lo superior a lo humano (sol, tierra, madre, mar, tumba aparecen numerosas veces a lo largo del poemario). Tiene la cualidad de ser un mensaje por lo general muy pesimista, pero entonado como un cántico glorioso, como una oda a fuerzas superiores de la naturaleza y el cosmos”.
De esta manera nace el libro-disco “Moloch” (Fundación Cuña-Casasbellas / ArteCalavera, 2019). Un viaje apasionante salpicado por imágenes vívidas e impactantes. Para su desarrollo indican que “para cada pieza de las que conforman el disco seguimos un proceso diferente. Algunas de ellas las trajo compuestas por completo uno de los miembros de la banda, otras se hicieron en común durante los ensayos. Hay piezas en el disco que recuperan motivos musicales que hemos oído en otras del mismo para dar un poco una sensación de unidad, como la hay en la poesía de Jorge al remitir muchas veces a imágenes similares a lo largo de todo el poemario. En cuanto a estilo buscamos bailar un poco entre los terrenos de la crudeza y la experimentación, y el de la lírica y la comunicación más directa”. Con respecto a la grabación afirman que “fue un auténtico placer. Tuvimos la suerte de poder grabarlo mismamente donde trabajamos (la escuela Estudo Bonobo) y de que nos grabara nuestro hermano Gonzalo Maceira, quién entendió mejor que nadie lo que buscábamos con el proyecto, poniendo en él todo su esfuerzo y cariño.. Según iba avanzando la grabación nos íbamos dando cuenta de que teníamos algo especial para nosotros entre manos. También tuvimos el viento a favor al poder editarlo con el sello de la propia escuela, ArteCalavera”.
Como se indica en el libro, “desde muy joven, Jorge sintió un fuerte interés por la mitología y oralidad ritual de los pueblos libres de Estado y Administración”. Especialmente de las cosmogonías poéticas con un marcado carácter existencialista. Jorge se acerca a la figura de Moloch, deidad antigua de origen caanita, que se alimentaba de sacrificios humanos, especialmente de niños. A ella se acercaron Fritz Lang en “Metropólis” (1927), Allen Ginsberg en “Aullido” (1955) y Flaubert en “Salambó” (1862).
Jorge no se acerca a la visión maligna y dantesca de los sacrificios a Moloch, símbolo del fuego purificante, para Cuña “es el brasero en que se alumbra toda creación fundamental y poética, en todo caso librada sobre la ardiente destrucción de lo que hay y su reemplazo por un tiempo y horizonte nuevos”. Ese quemar lo viejo para dejar crecer lo nuevo es una constante en su poética.
En principio no se trata de un trabajo aislado, indicando que la continuidad es el objetivo, “estamos a punto de comenzar ya a trabajar en el segundo disco, para el cual hemos de decidir si seguimos tratando con la poesía de Moloch o nos sumergimos en otro poemario de Jorge. De momento iremos dando todos los conciertos posibles para llevar su palabra allí donde nos quieran”.
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