Si muy valorable es que, dentro del lenguaje rock, los grupos no anglosajones sean capaces de dotar a esta música de sus propias particularidades culturales, tampoco está nada mal que sean capaces de hacer genuino rock sin sonar desubicados o a medio educar en el género. Por muy universal que digan que es el rock, a muchas bandas se les huele a la milla. En el caso que aquí nos atañe, podemos decir que Mermaid fueron capaces de sonar rock, contundentemente rock, universalmente rock, atemporalmente rock. Hubiera dado igual que fueran de Pamplona o de Ulan Bator, o que a lo suyo le llamaran sleazy o stoner.
Ah, el stoner… Suele describirse a Mermaid como una de las bandas pioneras, sino la pionera misma, en introducir el stoner rock en España. Hoy, desaparecida ya la banda, a menudo se recurre a dicha etiqueta para describirles. Lo cierto es que, con la perspectiva, ni en su álbum debut sería correcto usar dicha etiqueta, que imagino por la excitación del momento se empleó sin mucha exactitud. El impacto que Kyuss y especialmente Monster Magnet debieron tener entre los miembros de Mermaid parece innegable, pero más que un sonido, lo que les une a ellos son unos mismos referentes: hard rock de los 70, psicodelia, etc., si bien es cierto que también ahondan en largos y cíclicos pasajes instrumentales con el protagonismo de guitarras graves y distorsionadas.
Entrando ya en aspectos estrictamente biográficos, Mermaid se originó en Pamplona en 1998, con los nombres de sus tres integrantes ocultos bajo los seudónimos de Brainloster, Firehead y Leroy S. Starlight. En poco tiempo autoeditaron su primer álbum, “From Here to Nowhere” (Rec Orbital, 1999), en el que tras el epíteto de stoner rock, realmente nos ofrecían un desquiciante viaje retrofuturista, pletórico de atmósferas lisérgicas y acompañado de distorsión y ruidosos riffs en letanía. Ya entonces se hace notorio el escaso protagonismo que las letras y las voces tiene en su música, entendida como un complemento más que como un protagonista, si bien poco a poco fueron mejorando.
Kike Turmix se hizo eco de aquel debut y editó bajo su sello el siguiente largo de la banda, “High Dimension is the Direction” (Safety Pin, 2001), a pesar de que Mermaid se alejaba mucho del sonido de las demás referencias del sello, ya que aquí el trío navarro se lía aún más en las progresiones y los ambientes y alarga sus canciones hasta el límite espacial.
El siguiente álbum cambia dicha tónica y echa un vistazo más intenso al pasado; “Red Led or Death” (Munster, 2003) es puro rock (¿están contando las veces que he empleado dicho término en esta biografía?), fundamentalmente de los 70, en cualquiera de sus estados: sólido (el más directo), líquido (por fluido y meditado) o gaseoso (permanecen aún ramalazos de psicodelia).
Preparándose el cuarto álbum de Mermaid, a mitad del proceso, el grupo desaparece. Como ellos mismos dijeron, “[…] con Mermaid solo puede acabar Mermaid”, refiriéndose con ello al escaso apoyo que encontraron dentro de la escena musical, especialmente la industria, motivada en buena parte por la natural actitud rebelde y juerguista de los miembros de la banda; una actitud que, más allá de las manidas poses del rock, forma parte fundamental de la banda. A pesar de todo, Txetxu, con la determinación del camino emprendido en el último disco y con las canciones listas, continúa al frente de Green Manalishi. Por su parte, Firehead, teclista en Atom Rhumba y anteriormente en Half Foot Outside y Jugos Lixiviados, montó Basque Country Pharaons -donde también participaba Brainloster- como un proyecto paralelo a Mermaid pero que acabó por centrar su interés. También se le pudo ver al frente de Royal Canal y Black Lagun. Posteriormente, Mermaid volvió a reunirse puntualmente para un concierto homenaje tras el fallecimieno de Kike Turmix. A los tres, en cualquier caso, los pudimos encontrar juntos de nuevo durante la andadura de la banda de folk-punk Bizardunak.
El tener que grabar con medios austeros, notable en sus dos primeros discos, no ha sido obstáculo para que Mermaid hayan ofrecido a lo largo de toda su carrera una clara capacidad expansiva en sus canciones. Sus siguientes proyectos han mantenido viva, de un modo u otro, esa misma pasión por el (una vez más) rock.
Comentarios