Mené

Manuel Enrique Mené Castellón nació en Zaragoza el 4 de abril de 1960. Su trayectoria musical, ya en Madrid, comienza a finales de los 70, integrándose en formaciones como Bacilo de Koch, todavía lejos de los sonidos nuevaoleros, donde destacaba por su brillantez como guitarrista. Tras coincidir en diversas fiestas y conciertos con músicos como José María Granados (que tocaba en un grupo de rock ácido llamado Moscatel), y otros pertenecientes a un grupo llamado Magna Mater, atraídos por los nuevos sonidos que llegaban desde las islas británicas, se deciden a formar un grupo, ya de estilo más pop y nueva ola.

Así, reunidos hacia el año 1978, van ensayando hasta que deciden grabar su primera maqueta y repartirla por las distintas emisoras. En Onda 2, Radio España FM, dicha maqueta recibe el apoyo entusiasta de José Mario Armero, que la programa con insistencia en su programa Revólver. Provisionalmente el grupo se llamaba Dr. Farmacia y su Helado de Coco, cambiado antes de su primera actuación por el de Mamá.

Mamá se convirtió en uno de los principales referentes de la nueva ola madrileña,  y estuvo presente en los acontecimientos musicales considerados fundamentales en la escena de la época, como el Homenaje a Canito o el Concierto de Primavera de la Autónoma, así como en la inauguración de la sala El Sol, entre otros. A nivel discográfico, sin embargo, no tuvieron excesiva fortuna. Y es que aunque tenían grandes canciones, especialmente en el EP y el primer LP, las producciones no supieron o no pudieron reflejar la fuerza demostrada en sus maquetas, y, el grupo sólo duró cuatro años, entre 1979 y 1983, tiempo en el que grabaron un EP y dos larga duración, el primero de ellos, “El Último Bar” (Polydor, 1981) imprescindible para entender el pop español en esos años, y el segundo, “Mamá” (Polydor, 1982) muy perjudicado por una producción totalmente desafortunada e inadecuada, y mucho más flojo en cuanto a calidad en las composiciones, supuso un tremendo fracaso de crítica y público, lo que se tradujo, al fin, en el final de la banda.

Inmediatamente después de la separación, Mené publicó un sencillo a través de la independiente Dos Rombos, “Sueños” (Dos Rombos, 1983). El disco contaba con dos canciones muy aceptables, de pop oscuro y elegante, “Sueños” y “Sombras de ayer”. Junto con Manolo Mené, participaban en el disco un par de ex-Mamá, Carlos Rodríguez al bajo y Guti a la batería. Aunque no estaba nada mal el disco, sin promoción alguna, pasó totalmente desapercibido y la cosa no llegó a más. Así que Manolo Mené desaparece de la primera línea y se dedica a tocar como guitarrista, tanto de estudio como de directo, para artistas de los más diversos estilos, como El Fary o Azúcar Moreno, entre otros muchos. Además, también trabajó componiendo canciones por encargo, para artistas como Vicky Larraz, Las Gatas Negras, Arango o la mexicana Alejandra Guzmán.

Esta actividad la compaginaba con alguna vuelta esporádica, como la protagonizada con el grupo L.O.L.A., que formó junto con Carlos Rodríguez (también ex-Mamá), Salva Ruano y la cantante Isabel Urzaiz. Editaron un disco titulado como el grupo, l.o.l.a. (Tin, 1999), que contenía alguna buena canción de pop rock, pero que tampoco llegó a funcionar. Antes, además, Mamá participó en el disco homenaje a Antonio Vega “Ese Chico Triste y Solitario” (Polygram, 1993), con una versión de la magnífica “Alta tensión”, y protagonizó una fugaz vuelta a los escenarios, grabando incluso un disco en directo en la sala El Sol, “Nada Más” (Polygram, 1997). Además, Manolo Mené se dedicaba desinteresadamente a ayudar a grupos y músicos que empezaban, como en el caso de Dover, incluso poniendo a su disposición su propio estudio casero de grabación, como con Javier de Torres. Todo ello sin abandonar su trabajo en el conservatorio de Arganda del Rey, en Madrid, donde impartía clases de guitarra.

Desgraciadamente, y mientras se encontraba impartiendo esas clases, fue víctima de un infarto,a causa del que falleció el 25 de noviembre de 2004. Un buen músico, con fama de excelente persona, que consiguió vivir de la música gracias a su talento y profesionalidad y a su forma de ser, tomándose las cosas con sentido del humor, en especial su trabajo como músico de encargo, a pesar de la mala suerte que persiguió a sus proyectos discográficos, bien en solitario, con Mamá o con L.O.L.A.