Tetuán es un enclave geográfico que limita al norte con la ciudad de Ceuta. Durante la primera mitad del siglo XX fue un protectorado español. Allí vino a nacer Marta Baizán. Tetuán pasó a ser territorio marroquí en 1956 y buena parte de los españoles que lo habitaban, en su mayoría militares y funcionarios, pasaron a vivir a la vecina Ceuta. Allí, en su radio local daría los primeros pasos la niña Marta. De hecho, en algunas reseñas figura Ceuta como su lugar de nacimiento. A principios de los años 60, la familia Baizán se establece en Madrid. Uno de los motivos de este cambio de residencia son los estudios universitarios de Luis Enrique, hermano mayor de Marta, que compartía con ella su afición por la música moderna.
En 1962, Luis Enrique va a entrar como batería en el grupo Los Flaps, formado por estudiantes de Ingeniería Aeronáutica (posteriormente formaría parte de Los Pasos). Esta circunstancia va a permitir a Marta introducirse en el mundillo musical madrileño y su fotogenia no pasa desapercibida a los productores cinematográficos.
En el año 1964, con tan solo dieciséis primaveras, Marta va a grabar su primer disco: “Hoy He sabido / Sé de un Lugar / No lo Puedo Explicar / Pobre Soñador” (Columbia, 1964) , va a protagonizar su primera película: “Tres Gorriones y Pico” (Antonio del Amo, 1964) y va a participar en el Festival de la Canción de Aranda de Duero con la canción “No lo puedo explicar”.
Su simpatía adolescente, sus buenas dotes para los bailes más modernos, su manera de vestir, las buenas críticas que reciben sus trabajos la convierten de la noche a la mañana en arquetipo de la chica ye yé levemente transgresora de costumbres y siempre desenfadada. Su foto aparece en la portada de la revista Fonorama aún antes de publicar su primer disco, merced a su triunfo en el certamen de nuevos valores organizado por esta revista. Pronto se verá en programas musicales de televisión. Además, a diferencia de otras compañeras, Marta no se limita a hacer covers castellanos de canciones extranjeras, sino que también compone algunas de las canciones de su repertorio y de sus discos.
Al año siguiente grabará un nuevo EP: “Seré Como Quieras Tú / Mi Buen Amigo / Yo te Recuerdo / Mi Chico eres Tú” (Columbia, 1965). Su popularidad va en aumento y ese año inicia la emisión de su propio programa radiofónico de amplia temática juvenil, llamado “La Hora de Marta”. También grabará una inefable versión del famoso cuento, reconvertido en “Caperucita ye yé” en el que Marta hará de Caperucita y Miguel Ríos del Lobo Feroz. En esos años su grupo de acompañamiento en sus actuaciones en directo fueron Los Polaris.
El cine la reclama y se convierte en una de las actrices secundarias más requeridas de nuestro cine con filmes como “La Familia y Uno Más” (Fernando Palacios, 1965), “Nuevo en Esta Plaza” (Pedro Lazaga, 1966) y alcanza su mayor fama en la comedia juvenil “Los Chicos del Preu” (Pedro Lazaga, 1967) en un elenco en el que también figuran Karina y Camilo Sesto.
Cambia de sello discográfico e intenta dar a su carrera un nuevo sesgo. Publica “Te Veré en Septiembre / Cuando Vuelva Abril / Ven con Nosotros / Tú ya no Existes para Mí” (Sonoplay, 1966). Marta Baizán siempre fue más popular que vendedora, o dicho de otra forma, su cara fue mucho más conocida que sus canciones.
A partir de ahí su carrera va a diluirse un tanto y seguirá apareciendo en algunas películas de Pedro Lazaga. Libros tan prestigiosos como la “Guía del Pop Español de los 60 y 70” (Font, Vico y Pardo, 2006) dan en este momento finalizada su carrera discográfica; sin embargo, Marta Baizán grabará nuevos temas para intentar un regreso en 1969, participando en el Festival de Benidorm con poco éxito, adonde volverá en 1971 cantando “Con esta canción”, que conseguirá uno de los premios menores del festival. De sus escasas grabaciones en aquella época, la más conocida, mejor diríamos la menos desconocida, es el single: “My Sweet Lord / San Bernardino” (Marfer, 1970).
En el cine, rodaría a principios de los 70 dos películas que gozaron de gran fama en aquel momento: “Hay que Educar a Papá” (Pedro Lazaga, 1971) y “Experiencia Prematrimonial” (Pedro Masó, 1972).
A partir de este último año su carrera simplemente desaparece sin dejar rastro para convertirse pronto en una olvidada artista, a pesar del gran momento vivido a mediados de los 60 cuando fue considerada una de las grandes esperanzas de la música española y un auténtico ídolo juvenil imitada por todas las jovencitas. Su discografía nunca ha sido reeditada y es una de las más raras y olvidadas del pop sesentero español.
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