En 1967 el proyecto Dúo Dinámico da señales claras de agotamiento. Manuel de la Calva y Ramón Arcusa ya han entrado en la treintena, sus discos se venden cada vez menos, les llegan de forma continua encargos de composiciones para otros cantantes y el mercado parece un tanto harto de su nombre, de sus caras, de sus desenfadadas piezas juveniles y de sus baladas grandilocuentes. Si, a todo esto, unimos el cambio de sello discográfico, pasando ahora a Vergara y abandonando su marca de siempre, La Voz de su Amo-EMI Odeon, es fácil entender que comiencen a cambiar de imagen, cambiando de nombre.
A finales de 1967 van a sacar su primer single para Vergara y a principios de 1968 van a ser requeridos por TVE para componer su canción representante en Eurovisión aquel año, que, en principio, iba a ser defendida por Joan Manuel Serrat. Todo va bien: la canción gusta mucho, Serrat y Manolo y Ramón tienen una estrecha relación y ambos están representados por Jose Maria Lasso de la Vega y todos se las prometen muy felices. Pero quince días antes del evento, Serrat avisa de su intención de cantar esa canción en catalán. El lío político es monumental y la crispación se dispara. Se requiere a Massiel, que estaba actuando en Méjico, para que regrese y se haga cargo de la canción. Entre tanto, el «La, la, la«en la versión de Serrat es prohibido en las emisoras y retirado de la mayoría de las tiendas. Las relaciones de los autores con la nueva cantante no son las mejores y en una entrevista dicen tener el corazón dividido entre su amigo Serrat y la nueva intérprete. La madre de Massiel salta a la palestra y acusa a Manolo y Ramón de ser malos compositores y peores personas. TVE se mueve por todas las televisiones europeas en busca de votos. Al final, el último país en votar, Alemania, da su máxima puntuación y “La, la, la” gana en Londres, Eurovisión 68, delante del ídolo local, Cliff Richard y su “Congratulations”. Las aguas vuelven a su cauce y la foto de Massiel en brazos de Ramón en pleno escenario londinense son portada de la prensa.
Manolo y Ramón, entre tanto, sacan un disco con su versión del éxito eurovisivo que también entrará fugazmente en el top 10 nacional, aunque nada comparable a las ventas de Euromassiel. Así mismo, obtienen ese mismo año otro pequeño éxito con el EP encabezado por “Viejos tiempos” y publican un LP “Manolo y Ramón” (Vergara, 1968).
En 1970, ya enfrascados en su faceta de compositores, cambian otra vez de sello, recalan en Movieplay y se trasladan definitivamente a Madrid, ciudad en la que ya venían pasando largas temporadas. Como interpretes entran en su etapa más oscura con varios singles y un long play, que hoy constituyen autenticas rarezas de coleccionista y no encuentran ninguna repercusión comercial, excepto “Adiós verano, adiós amor”, que se escucha con asiduidad en 1970. Siguen haciendo galas por toda España, pero en todas partes les piden las viejas canciones del Dúo Dinámico y vuelven la espalda a las nuevas producciones de Manolo y Ramón.
En 1973 se retiran definitivamente (o al menos eso anunciaron) de la escena para dedicarse a dirigir carreras ajenas, componer y hacer arreglos para gente como Julio Iglesias o Camilo Sesto, que les deben buena parte de su éxito internacional.
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