A mediados de los 60, Barcelona era sin duda la ciudad con más conjuntos músico-vocales, como entonces les llamaban los más cursis, de toda España. Uno de esos grupos es el formado en 1964 por Vicent Solsona (cantante), Jesús Oregón y Jaume Sabaté (guitarras), Josép Sánchez (bajo), Josep María Casanovas (batería) y Josép María Gutiérrez (órgano).
Tras el duro aprendizaje en modestas actuaciones, se presentan en el verano de 1965 al concurso organizado por el Gran Casino de Arenys de Mar, y lo ganan. A principios de 1966 participan en el I Festival de Conjuntos de León, obteniendo un puesto en la final. Al volver a Barcelona su nombre ya empieza a ser conocido, sobre todo a partir de sus intervenciones en directo en el programa radiofónico Pentagrama Show. La casa Ekipo les firma un contrato y graban su primer EP, que a punto está de ser el único; pues su cantante Vicent les abandona para iniciar una efímera carrera de solista. Con él se marchan el bajista, el organista y una de las guitarras, dejando literalmente el grupo en cuadro.
No sin dificultades las bajas son cubiertas con un nuevo cantante, Enrique López y los músicos Joan Miró y José Ruiz, pasando de seis a cinco su número final de componentes. La suerte se les cruza en forma de propuesta cinematográfica y son contratados para intervenir en la película “La Tía de Carlos en Minifalda” (Ignacio F.Iquino, 1967), en la que el humorista Cassen hace precisamente el papel de batería del conjunto. Se publica en junio de 1967 un segundo EP con los dos temas que el grupo interpreta en la peli de marras y dos versiones de los Stones y los Easy Beats. A pesar de tratarse de un disco mucho mejor que el anterior, no funciona comercialmente para nada.
En noviembre de ese año saldrá a la venta un single en el que por primera vez Los Wikingos interpretan dos temas de autoría propia. Después de la campaña de verano de 1968, el grupo decide disolverse. A pesar de llevar un nombre con reminiscencias bélicas, lo que les iba a Los Wikingos, a juzgar por sus grabaciones, era la canción melódica. Se defendían aceptablemente con las baladas y los tiempos lentos y peor en los ritmos acelerados. Hoy recordamos a este grupo gracias a la gran labor histórica llevada a cabo por el periodista y productor José Luis Alvárez, y su sello Cocodrilo, que puso a nuestra disposición este raro material que los coleccionistas y estudiosos de la música de los 60 seguro sabrán apreciar. Se han reunido en algunas ocasiones puntuales para realizar nuevas actuaciones.
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