A mediados de los 60 el fenómeno de los conjuntos músico-vocales prendía en toda España como un reguero de pólvora. Bilbao no era una excepción y allí también se formaban las primeras bandas. Una de esas bandas pioneras fueron Los Tañidores, creada por dos estudiantes de Ingenieria aficionados a cantar y tocar la guitarra: José Ignacio Millán y Juan Antonio Ipiña. Tras actuar con un batería o formando dúo en pasos del Ecuador universitarios, deciden en 1964 dar seriedad a la formación, incluyendo a Iñaki Egaña (bajo) y Hans Heidenreich (batería). Con un equipo precario hacen los primeros bolos en el River Club de Las Arenas y el Gallo de Oro, en Eibar.
Pero para actuar en clubes era preciso sacarse, previo examen, el carnet del Sindicato de Teatro, Circo y Variedades. Una vez superado ese escollo, inauguran el Country de Santurce, donde actúan dos semanas seguidas. Con esos ahorros mejoran su paupérrimo equipo de sonido y afrontan un verano con actuaciones en lugares de vacaciones como Castro Urdiales y con incursiones en las ferias de Aranda de Duero y otras localidades burgalesas. Al inicio de 1965 son uno de los dos grandes grupos del pop bilbaíno. El otro son Los Espectros. Con ellos mantienen una gran rivalidad que se escenifica en el escenario del Colegio Santiago Apostol. Alternativamente cada grupo tocaba una canción entre el delirio de sus fans…y así durante toda una mañana.
El repertorio de Los Tañidores se basaba sobre todo en versiones de Los Brincos y alguna cosilla de Beatles y Hollies. Su fuerte eran las voces, pues tanto Iñaki como José Ignacio y Juan Antonio eran unos estimables cantantes. Por aquellas fechas abre el principal club joven de la capital vizcaína, el 6 Estrellas. Por allí, además de los mejores conjuntos vascos, pasaban a menudo gente como The Rocking Boys, Los Brisks o Los Quando’s. Precisamente, este grupo, liderado por el músico argentino, Ricardo Ceratto traba amistad con Los Tañidores y Ricardo compone algunas canciones para ellos.
Pero Bilbao en 1965 caía lejísimos de Barcelona y Madrid, que eran donde residían los sellos discográficos y, ya se sabe, que “a quien no tiene padrinos, no lo bautizan”. Y el padrino no va a ser otro que José María Iñigo, un bilbaíno que hacía sus primeras cosas importantes en Radio Madrid. Les va a conseguir, tanto a Los Tañidores como a Los Espectros, un contrato en un sello madrileño de segunda fila recién creado: Tempo. Eligen precisamente una canción de Ricardo Ceratto para su debut discográfico: “Cerrado por balance”. La canción es resultona y pachanguerilla, pero obtiene escasa resonancia.
En 1967 el grupo va a disgregarse. A finales de ese año Iñaki va a marcharse a Madrid, donde su habilidad para tocar el bajo y cantar al mismo tiempo le hace entrar en el supergrupo Los Buenos. De ahí marchará a Alacrán y desarrollará una auténtica carrera de fondo dentro del pop rock español con hitos tan importantes como Barrabás o Imán Califato Independiente, amén de varios discos como solista y colaborador de lujo en numerosas grabaciones. Uno de los dos fundadores, Juan Antonio, dejará la música para concentrarse en sus estudios. El otro fundador, Juan Ignacio, en cambio dejará los estudios para convertirse en el guitarrista de Los Mitos. El batería Hans pasaría por varios grupos hasta recalar en 1971 también en Los Mitos, el grupo bilbaíno pop más conocido de todos los tiempos. Hoy pocos recordarán a estos pioneros y aún menos lo harían si no hubiera sido el primer grupo en el que militó Iñaki Egaña, pero lafonoteca recupera para vosotros su única grabación.
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