Solo un milagro fonográfico, o tal vez una serie de felices coincidencias, permite rescatar del más profundo olvido a este grupo, cuyo sonido malamente registrado nos retrotrae a los bailes que cada domingo por la tarde salpicaban los pueblos y ciudades de toda la geografía nacional.
El pueblo es esta vez San Felíu de Guixols, en la provincia de Gerona, y el grupo se llaman Los Sherpas. Los primeros escarceos se producen a finales de 1963 cuando tres amigos: Francesc Mas, Manuel Planas y Joan Canadell se reúnen a tocar en el local del padre de uno de ellos. Con una guitarra, un piano y una batería tocan por pura distracción cosas de The Shadows, que era por entonces el conjunto más popular. Al llegar el siguiente verano deciden comprar amplificadores, buscar un lugar para ensayar en la calle Santo Domingo e incorporar al grupo a Jordi Camps y Alfonso Hereu, más expertos en el asunto y que ya habían tocado en otros conjuntos locales. Para el 1 de diciembre de 1964 consideran que ya están preparados y ese día debutan con el nombre de Los Sherpas y un repertorio fundamentalmente de rock instrumental, un estilo que mantendrían a lo largo de toda su carrera. En los bailes también hacían números cantados por Francesc.
Pronto la guadaña militar siega ilusiones y Manuel y Alfonso van a dedicar los siguientes meses de su vida a perder el tiempo en un cuartel. Eso corta la trayectoria del grupo que, por otra parte, dado el éxito que van obteniendo en su comarca ampurdanesa, quiere profesionalizarse. Entra fugazmente Mario Jacomet, que unos meses después es sustituido por Josep Camps, hermano de Jordi. Joan pasa del piano a la batería y quedan constituidos como cuarteto clásico de dos guitarras, bajo y batería.
A partir de 1966 deciden dedicarse por completo a la música y actúan muy a menudo por las localidades del interior de las provincias de Gerona y Barcelona para en el verano contratarse en la boyante Costa Brava. Pasan a ensayar en los camerinos del teatro de su localidad y mejoran su instrumental. Alternan con los mejores grupos catalanes de la época: Los Sirex, Los Gatos Negros, Los Salvajes, Lone Star, etc.
En 1967, los hermanos Camps dejan el grupo y son sustituidos por Manuel, que ya ha regresado de la mili, Enric Aguila y Albert Carmona, volviendo a ser un quinteto. Es el año más fructífero con unas 200 actuaciones, muchas de ellas en Lloret de Mar donde son contratados para todo el verano. Hacen adaptaciones instrumentales de la naciente música soul que gustan bastante a guiris y nativos. Tras la campaña de verano de 1968 deciden disolverse al no acabar de conseguir ningún contrato discográfico.
Escribía al principio sobre milagros. Y solo así puede entenderse que Francesc y Manuel hubiesen conservado durante años y años algunas maquetas y grabaciones de directo hechas con un simple magnetofón de bobina en una sola pista. Unas grabaciones pobres, pero que constituyen un documento sonoro representativo de una época y unas circunstancias tan concretas como irrepetibles. José Luis Alvárez, de Cocodrilo Records coincidió con ellos casualmente en los años 80 cuando buscaba materiales y viejos discos de otros grupos. Las escuchó, las limpió como pudo -la emulsión de las viejas cintas se caía literalmente a pedazos- y las reunió en un LP de la Colección “Historia de la Música Española” –«Los Sherpas 1963-1966» (Cocodrilo, 1988)-. Gracias a eso, Los Sherpas verían publicadas sus viejas grabaciones caseras casi veinte años después de su última actuación.
Finalmente, apuntar que este grupo no tiene nada que ver con otro llamado simplemente Sherpas, sin artículo, que grabó un par de sencillos para el sello Avui a finales de los 70, ni con José Luis Campuzano, que editó una discografía relativamente extensa bajo el sobrenombre de Sherpa, en singular, antes de formar la banda Barón Rojo.
Las maquetas, a partir de las cuales se compuso este disco, proceden de diferentes épocas de la trayectoria de ,...
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