El sonido minimalista y pausado que Adri y Fer hacían con su grupo madrileño Esquimales les venía impuesto de alguna manera por querer tocar ellos dos solos “tres instrumentos sin artificios tecnológicos”. Tenían que apostar por “silencios y tiempos lentos” desembocando en lo que gustaban de llamar hard pop. Quizá por ello, de forma totalmente natural, al intentar explorar el polo opuesto, terminaron cayendo en la “pura velocidad del hardcore punk”. Si se embarcaban en un nuevo proyecto sería no “para inventar nada, sólo para tocar a toda hostia y gritarle en la cara a la gente, exteriorizando al máximo”, con idea de huir del carácter introspectivo que los caracterizaba.
Con esta premisas, El Mulo, a quién conocían de haber tocado juntos, que profesaba admiración incondicional por Eskorbuto y The Clash y que “estaba chalado” se ajustaba perfectamente al papel del cantante. Asignada la batería para Adri y la guitarra para Fer, se hicieron con Edu y Pebels, para el bajo y la segunda guitarra respectivamente.
Eligen el nombre de Los Putos Frimans, “en referencia a lo difícil o imposible, que es ser verdaderamente libre” y comienzan los ensayos en marzo de 2011. A falta de local propio, utilizaban los Scooby Do que llevaba Javi de Aneurol 50.
Apenas un par de meses después, con las primeras canciones aún sin su forma definitiva, tocarían el 14 de mayo de 2011 con Bit Of, banda casi hermana con la que llegarían a compartir guitarrista, Fer. Es precisamente por esas fechas que graban su primera maqueta “Los Putos Frimans“ (2012), que sin embargo no vería la luz hasta mucho después, en septiembre de 2012. Trabajarían con Alejandro Garán en los Estudios Sonora de Majadahonda (Madrid). Se trataba de rocoso y denso punk-hardcore en entrega de siete pildorazos que nunca superaban los dos minutos con la garganta arisca de El Mulo como denominador común y cierta irreverencia en las letras, que en algunos casos, como en las logradísimas “Ensucia la ciudad” o “Punk por aburrimiento” hacen pensar en La Stasi. Las guitarras, por su parte, tan pronto suenan a 4 Skins (“Bebidas espirituosas”) como se lanzan a la carrera más descontrolada (“Bombas de chocolate”).
De todas formas, y aunque repetirían concierto con Bit Of, esta vez en la sala Fax el 16 de marzo de 2012, la banda no se asentaría totalmente hasta septiembre de 2012. De hecho, cuando se les pregunta por su primer concierto, no dudan en referirse como debut en serio al concierto del día 11 de octubre de 2012 en el Triangle Club, esto es la sala Nasti de Madrid, junto a Challenger. Repetirían poco después el 3 de noviembre del mismo año en la sala Wurlitzer Ballroom tocando con Mártires de Uganda .
Poco después, en diciembre de 2012, grabarían los temas con los que se conformaría “Zero” (Without / Rumble, 2013). Las nuevas canciones saldrían en forma de CD en marzo de 2013. La edición con Without Records, sello gestionado por la gente de Bit Of, salió de forma natural.
El debut de Los Putos Frimans, que ellos denominarían “un EP temático”, por tanto sin nombre específico salvo números para las canciones, rezuma una apreciable carga dialéctica, incluso didáctica, apuntando directamente al individuo como verdadero motor de cualquier rebelión. Música constructiva -que no destructiva- con las aristas propias del punk sin concesiones para con el oyente, con letras inspiradas en la reivindicación de una revolución social propuesta a partir de “el cambio de cada individuo a través de la autocrítica”.
Reconocen lo mucho que les atrae la música de bandas como Yocasta, Somos la Herencia, Alberto Azul, Biznaga, Sex Führers, The Parrots, Pan y Toros, Juventud Juché, Sudor, Los Nastys… aunque se confiesan deudores sólo de Minor Threat.
El día 15 de marzo de 2013 tocan con El Pardo en el RRRCub de Madrid, actuación tras la cual El Mulo, su cantante, comunica a sus compañeros de forma totalmente inesperada su intención de dejar la banda. La noticia, que pilla por sorpresa al resto, supone la parada brusca de las actividades de Los Putos Frimans, en principio de forma definitiva. Sin embargo, unos meses después, a finales de año, se replantean las cosas una vez que se encuentran reemplazos para Edu y Pebels, cuyas responsabilidades laborales les impiden seguir en la banda. En concreto, Juan (Bit Of, La Familia Heenan, Espermatozombies, Mártires de Uganda) se hará cargo del bajo, mientras que Marco (Alborotador Gomasio) haría lo propio con la guitarra.
El retorno a los escenarios de los madrileños tiene lugar en la sala Wurlitzer Ballroom compartiendo cartel con Terremoto Sí y Sudor. Seguirían luego un par de actuaciones en el Rock Palace a comienzo del siguiente año; en enero y febrero en concreto, donde tocarían con El Pardo, Accidente y Perras Salvajes en la primera, y con Las Venas, Aparatos Reproductores, Sección Femenina y Las Cruces en la segunda.
La vuelta es además con renovados bríos, como lo demuestra que en febrero de 2014 entran a grabar nuevo material. Trabajan en DGR Sónica, el estudio de Ramón Moreira (Ginferno) y salen con canciones suficientes como para plantearse la edición de un EP y un LP. El primero, «Los Putos Frimans Cantan al Nuevo Pogo» (Autoproducido, 2014), vería la luz en forma digital en marzo. Dos temas con los que ironizar sobre la nueva escena, las etiquetas de la pretendida nueva hornada punk y hacer un guiño al cine y a Eli Martín (la cámara de lo que se cuece en Madrid desde hace ya un tiempo).
La salida, también en digital del LP, «Inarquía» (Autoproducido, 2014), tardaría unos meses más: octubre de 2014. Antes, la banda seguiria tocando en directo a buen ritmo: diferentes salas en Madrid (Maravillas, La Boca del Lobo, La Leyenda) y un bolo en Barcelona: el del 8 de marzo en Lupita del Raval con Vida y Brut donde apenas pudieron tocar más de cinco minutos porque el dueño del local se asustó al ver los pogos de los asistentes con sus canciones: «Dijo que éramos muy bestias y que eso no era música«. De esta visita a Barcelona, sin embargo, vinieron con la fotografía que se hizo todo el grupo y que les sirvió para la portada de «Los Putos Frimans Cantan al Nuevo Pogo».
El nuevo trabajo, con hechuras de disco conceptual, era un decidido paso adelante en la dirección indicada en «Zero». Los madrileños no dudaban en una vuelta de tuerca más en su concepto del punk, como herramienta de crítica, no tanto a los objetivos habituales del género (sistemas opresores, cuerpos de represión, religiones, ejércitos…) sino a quienes lo practican. Autocrítica, reflexión interna de las posibles mejoras personales, respeto de las libertades de los demás… Son los conceptos esgrimidos para definir el nuevo concepto: la inarquía. Tal y como lo expresan ellos mismos: «Una in-arquía que no busca la liberación en una ascética ausencia de poder, sino en una pluralidad de poderes positivos que resisten frente a un poder hegemónico que intenta imponerse como único. El poder no sería una relación unívoca y opresora que va de arriba a abajo, sino una pluralidad de fuerzas que se oponen en cualquier lugar, en la vida diaria, en nuestra casa, en nuestras relaciones sentimentales, en la escuela, cuando vamos al médico…«. La banda insiste en que el movimiento de crítica que propugnan apunta en otra dirección «haciendo hincapié en las relaciones horizontales entre los sujetos que reproducimos la dominación. El poder por lo tanto no está ahí fuera, no es algo de lo que participemos pasivamente, está en nosotros mismos y con ese poder hacemos política todos los días«.
No terminan el año sin volver a dejar registradas canciones nuevas. En diciembre, Txus y Jaime de Mielda Records, posteriormente Grabaciones Corruptas, les asisten en la grabación de cinco temas para un nuevo EP, «El Arte de No Conocer a la Gente Correcta» (Discos Regresivos, 2015) y al que asignaron una portada con foto de Eva, la guitarrista de A.V.T., banda con la que han tocado en más de una ocasión. Discos Regresivos se encarga de editar el nuevo trabajo de los madrileños, en el que con detalles técnicos como el reverb en canciones como «No somos ciervos«, abren una dimensión nueva en la música del grupo.
En un esfuerzo por agrupar toda la producción del grupo hasta entonces suben en formato digital «Discografía Completa» (Bandcamp, 2016).
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