En la escena independiente siempre ha habido grupos mimados por los medios y grupos que a pesar de ser en cierto modo ninguneados por ellos logran colarse en el circuito a base de trabajo y constancia. En este segundo grupo debemos incluir a Los Hermanos Dalton, uno de los principales referentes de nuestra escena a la hora de manufacturar power pop de calidad, junto a bandas como Airbag o Shock Treatment.
Su nombre es un guiño a los célebres personajes del cómic «Lucky Luke» creado por el dibujante belga Morris. Aquellos cuatro hermanos siempre colocados en orden creciente de altura y torpeza, aunque en este caso los hermanos sean tres: Josema (voz, guitarra, teclados), Jesús (batería y voces) y Carlos Gómez Oneto (bajo y voces).
A finales de los 80, en la localidad gaditana de San Fernando, Josema y Carlos forman parte de Los Invitados, grupo con el que en el 88 ganan el III Certamen de Música Pop-Rock de San Fernando. Tres años después vuelven a presentarse, esta vez como trío tras la entrada de Jesús a la batería, y ganan de nuevo el certamen. El premio consiste en la grabación de un 7”, “Luces de Hollywood” (Mad Man, 1991), en el que incluyen siete versiones de otros tantos grupos, entre ellos los Small Faces y The Kinks. El disco sería reeditado en formato CD en el 98.
En el 92 reciben el premio al grupo revelación del Diario Pop de Radio 3 y comienzan a mover una maqueta por distintas discográficas hasta que DRO se fija en ellos y decide lanzarles “Ya Están Aquí” (DRO, 1993). Trece composiciones propias de power pop acelerado en las que desprenden frescura pero no logran plasmar su enérgico directo. Suenan más pop que rock y se acercan más a formaciones como La Granja que a The Who. El disco siempre será recordado por contener unos de los grandes himnos de nuestra escena, “Los latidos de siempre”.
La banda continúa ahondando en sus influencias -el pop de los 60, el punk de los 70, la nueva ola de los 80- y publica “Nada Suena Igual” (DRO, 1994). En esta ocasión recurren a Hendrik Roever de Los Deltonos para las labores de producción. El resultado es un disco más rock, las guitarras se afilan y la electricidad fluye con soltura a lo largo de ocho temas entre los que encontramos cuatro composiciones propias y cuatro versiones -The Kinks, Jimi Hendrix, Tom Waits y su particular adaptación de “The Pink Panther Theme” de Henry Mancini. Lo cierto es que los Dalton siempre mostraron una gran devoción por las versiones, las incluyeron en caras B de singles, largos y han participado en multitud de discos tributo como los de Tequila -“Hoy quisiera estar a tu lado”-, Los Brincos -“Jenny Miss Genius”-, Los Flechazos -“Vuelvo a casa”-, 091 -“Todo lo que quiero hacer”- y el pequeño homenaje a The Jesus & Mary Chain del sello Mysterious Sentridoh en el que participan con “Psycho candy”.
Su siguiente trabajo «Vitamina D» (DRO, 1996) es el más completo, el sonido de la banda se enriquece, las guitarras se complejizan y Paco Loco ejecuta una brillante producción. Como adelanto al largo nos entregan «Provitamina D» (DRO, 1996), un corta duración que incluye dos temas inéditos, «¿Quién soy?» y «Luces de Hollywood«.
El 98 es un año más que prolífico para el grupo, incluyen tres canciones en la banda sonora de “Mensaka” (Salvador García Ruíz, 1998) -“Séptima invasión”, “Nunca más” y una versión acústica de “1000 kilómetros”- y lanzan “¡¡¡Crash!!!” (DRO, 1998), grabado con Kurt Bloch (Young Fresh Fellows, Fastbacks). Suenan más acelerados que nunca, más punk que nunca y despachan catorce temas en treinta y cinco minutos sin pausa. Como cierre incluyen “Espejos que no devuelven las miradas”, compuesta por José Ignacio Lapido (091).
Siendo el directo el punto fuerte de la banda, no es extraño que su siguiente trabajo sea “Una Noche Más” (DRO, 2000), un disco grabado al calor de un público entregado en el que repasan toda su trayectoria y participan multitud de amigos como el propio Lapido, Josele Santiago, Antonio Arias de Lagartija Nick, Álex de Los Flechazos, Hendrik Roever y Paco Loco.
Un año después se incorporan Andrés Derqui (Derqui Dalton) a la guitarra eléctrica y Antonio Mateo (Paolo Dalton) del grupo Champagne la guitarra acústica y los teclados. Participan en la banda sonora de “800 Balas” (Álex de la Iglesia, 2002) con “5 forasteros” y graban un álbum, quince canciones que llevan por título “Esperando Una Señal” (Los Hermanos Dalton, 2009). Habría que esperar siete largos años para poder disfrutar de él, pues a pesar de que en el 2005 se reunieron de nuevo para un concierto en la sala Galileo Galilei de Madrid e incluso grabaron la cabecera de la primera serie de ficción para móviles, «Supervillanos», había dificultades para encontrar una compañía que se arriesgase a apostar por él teniendo en cuenta su negativa a promocionarlo con una gira a la que no podían hacer frente debido a su situación personal. Los propios Dalton de manera autoproducida hicieron que saliera a la luz uno de esos discos que deben comprarse ya no sólo por su calidad, sino por apoyar a una banda que echó el resto para que pudiésemos escuchar estas canciones.
En el 2010 celebran su 20º aniversario por todo lo alto, se reúnen de nuevo en el Real Teatro de las Cortes de San Fernando (Cádiz) el 19 de noviembre para repasar lo mejor de su dilatada carrera en un concierto acústico que es editado en DVD y de forma digital: «Sin Moverte del Sillón» (Los Hermanos Dalton, 2011). Una revisión que deja a un lado la electricidad y en la que sus canciones ganan nuevos matices armónicos y melódicos sin perder ni fuerza ni intensidad.
Cuatro años después, Los Hermanos Dalton se meten de nuevo en el estudio de grabación para dar forma a «Revolución» (Wild Punk, 2014). Graban doce nuevas canciones, canciones que no pueden evitar empaparse de los complicados tiempos que nos toca vivir. Hay momentos para la denuncia pero también momentos para trasmitir mensajes de optimismo y esperanza. Su música es diversión, frescura… pero también compromiso.
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