En un panorama rebosante de conjuntos adscritos a sonoridades herederas del garage, mod, ye-yé, beat, o, dicho en corto, de nostálgicos de las esencias sixties, o muy en su defecto del revival que éstas vivieron allá por los 80, Los Guajes han conseguido despuntar relativamente deprisa, ganándose por el camino una justa fama de animales escénicos y un nutrido reducto de seguidores, amén del rango de valedores absolutos del género al que ellos mismos han dado carta de naturaleza: El garage ibérico.
El germen del grupo se remonta al año 2003 (aunque habrá de pasar un lustro hasta que se materialice su debut discográfico), cuando Kike Suárez (voz), “El Mike Kennedy de Viesques”, un veterano de la escena de Gijón (ex Monkey Business) sin otra pretensión que la de divertirse, decida reunirse en el local de Pablo Rivero (bajista, teclista) con otros músicos de similar bagaje, provenientes de formaciones como Multipluckieo Los Streakers (Dani a la guitarra y Pelayo tras la batería) para tocar versiones de marcado acento beat / hispánico. Unión improvisada que terminará por ser la piedra fundacional de Los Guajes. Son unos primeros pasos marcados por la falta de pretensiones, de contadas apariciones en directo.
Con su debut “Somos Tremendos” (Fonográfica Peñarrubia, 2008), conformado básicamente por versiones y con alguna pincelada propia, Los Guajes comienzan a abrirse camino en la escena underground, compareciendo en fechas señeras tales como el Primitive Festival (Holanda) y el Purple Weekend de León. Asimismo, y pese a que en lo sucesivo depurarán la fórmula, en su primer largo ya muestran algunas de sus bazas: gusto por los grupos patrios de los 60, retorcida producción lírica propia, poca querencia por las florituras y la histriónica voz de Kike. Será grabado en los estudios Circo Perrotti, meca del sonido analógico de Europa, bajo la batuta de Jorge Explosion y Mike Mariconda, marcando de paso el principio de una estrecha colaboración profesional de la que daremos cumplida cuenta.
Al poco de su salida de se produce la marcha de Dani, pero la banda, en un momento dulce y resuelto a continuar le encuentran rápido reemplazo en la figura de Kiko Rimada (The Seredados) que pasa a ocuparse de las seis cuerdas.
Al cabo de un año verá la luz “Cazasuecas” (Fonográfica Peñarrubia, 2009), que, pese a lo escaso del tiempo transcurrido con respecto a su anterior lanzamiento y a repetir con el tándem Explosion / Mariconda en los mismos estudios, nos muestra a unos Guajes que han madurado conceptos y sonido. Letras más salidas de madre y sonido harto más profesional para exponernos lo que ellos denominaron su “Manifesto landista”. El diferencial terminó de marcarlo el tema homónimo, un delirante corte de basamento surf que hace las veces de declaración de intenciones de un psycho carpetovetónico, cuyo vídeo recibió la friolera de más de 100.000 visitas en YouTube en una semana.
En plena racha, el grupo vuelve a encerrarse en los estudios Circo Perrotti a dar forma al que será su tercer larga duración, “La Vida Es Como un Carrusel” (Fonográfica Peñarrubia, 2011), en el que muestran, junto a las salvas garajeras de costumbre, su cara más pop y accesible. Cómo no podía ser de otro modo, la producción y arreglos del disco corren a cargo de Jorge Explosion, del que no es descabellado decir a estas alturas que es el quinto Guaje. A su labor en el estudio hemos de sumar los conciertos en los que se hizo cargo de la guitarra en 2009 (en el marco del Primitive Festival, por ejemplo), así como las ocasiones en que se cuelga el bajo para que Pablo se explaye con el teclado. En una entrevista a Muzikalia, Pelayo resuelve en una frase el papel del Doctor Muñoz-Cobo en la banda: “Jorge es un satélite que entra en nuestra orbita de vez en cuando sin colisionar con los demás”.
El disco termina de confirmar la propuesta del grupo y su papel en la escena garage de herencia sixties. Transcurrido algo más de un mes desde su edición, encabezan el ranking de la edición española de Rolling Stone “16 Bandas Españolas Colgadas de los Años 60”, por encima de conjuntos de reconocida solera como Doctor Explosion o Los Imposibles.
Cuidadosos hasta el paroxismo en la preparación de sus videoclips -ya lo demostraron con el de “Cazasuecas”- Los Guajes apuestan fuerte por el formato, aportando hasta cuatro a modo de presentación del disco: “Nada en el mundo”, “La vida es como un carrusel”, “Un tipo fino” -dirigido por Pedro Temboury, insigne director de títulos como “Kárate a Muerte en Torremolinos” (2003) o “Ellos Robaron la Picha de Hitler” (2008)- y “Veneno”. Entre medias, emulando a los grandes del entertainment, se permiten el lujo de trufar un clip navideño.
En junio de 2012 se embarcan en el proyecto benéfico Surf Solidario, para el cual editan el CD “Canciones Para la Juventud” (Los Guajes, 2012), en el cual recopilan, en sus propias palabras, “los temas más candorosos de sus tres vinilos”. La recaudación íntegra de sus ventas va destinada a la Asociación Galbán (Asociación de Familias de Niños con Cáncer del Principado de Asturias).
Y llegamos al momento presente, en el que Los Guajes continúan paseando su figura de playboys errantes y su espíritu de guateque pasado de vueltas en los escenarios en que tengan a bien ser reclamados.
Su siguiente largo, «Mujeres y Centollos» (Fonográfica Peñarrubia, 2012), los confirma como una de las grandes formaciones del movimiento.
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