Aunque su debut no se producirá hasta el siguiente año, el grupo se forma en 1962 con músicos procedentes de distintas formaciones madrileñas que coinciden en los inevitables concursos radiofónicos cara al público, tan en boga en aquellos años. Sus primeros componentes son Álvaro Yébenes (guitarra solista), Ángel Arriba (guitarra de acompañamiento), Juan Antonio -Ñique- González (bajo) y Rafael Sánchez de Ocaña (batería). Son los momentos en que el rock instrumental alcanza su máximo esplendor y Los Continentales se apuntan a este género, destacando pronto como uno de los mejores conjuntos de ese estilo.
Durante 1963 se convierten en habituales de los clubes madrileños y en diciembre de ese año hacen su presentación en los Festivales de Música Moderna, en el Circo Price junto a Los Tonys. La revista Discóbolo calificó de sobresaliente su actuación. En su segunda actuación en las dominicales del Price solventan una papeleta monumental: les corresponde actuar justo a continuación de los ídolos madrileños de la época, Los Diablos Negros. Fans de estos últimos los abuchean en cuanto los ven aparecer en el escenario, pues quieren seguir escuchando a su conjunto preferido. Los Continentales conectan sus guitarras y en menos de un minuto logran un silencio sepulcral. Acaban de entrar por la puerta grande.
Esa actuación se produce en enero de 1964 y les confirma como grupo revelación de aquel invierno. En aquella segunda actuación son fichados in situ por Belter. Por esas fechas también son contratados como banda de acompañamiento de varios cantantes, convirtiéndose durante unos meses en el grupo de una nueva solista que prometía llegar muy lejos: Karina.
En abril de 1964 ellos ponen a la venta su primer EP y por aquellas mismas fechas Los Estudiantes editan el último de su carrera. En ambos, el tema principal es la versión instrumental de “Don Quijote” compuesta por Augusto Algueró. En noviembre de ese mismo año, sale a la venta un nuevo EP con otros cuatro temas instrumentales, con la versión de un tema de los dioses de la especialidad, The Shadows, en la cabecera.
En 1965 van a empezar los cambios de componentes. El grupo se plantea abandonar los instrumentales y Ñique, que no está de acuerdo, deja el grupo. Es sustituido por José Manuel Rodríguez -Rodri- (bajo y cantante). Con esta formación inauguran la sala Mónaco, en Madrid; sin embargo Rodri va a dejar el grupo antes de final de año, entrando como cantante Blume y Gonzalo González en el bajo, pero este último deja el grupo y es el propio Álvaro el que se hará cargo del mismo, mientras un nuevo componente, Boris, ocupa el puesto de guitarra solista. Ese verano actúan en Mallorca y se compromete a entrar con ellos Mike Kennedy, que finalmente les daría plantón para formar poco después Los Bravos.
De vuelta en Madrid, José Luis Blume es abducido por la mili y Boris es también abducido por Chantal, su novia francesa con la que desaparecerá del mapa. Entra Quique Martínez, procedente de Los Buitres, como cantante y con él grabarán dos singles para el sello Tempo. También entrarían Tony Reinoso y Antonio Román Obrador a las guitarras. Se presentan al I Festival de Conjuntos de León, donde serán cuartos. Tras aquel movido verano del 66, entran en la formación dos saxofonistas: Juan Mena (tenor) y Lucas (barítono). No serán ésos los últimos cambios, pues Álvaro Yébenes va a marcharse a los recién formados Canarios, siendo sustituido por Enrique Pérez (voz y bajo).
Con una formación de siete miembros se inscriben en una nueva edición del Festival de Conjuntos de León, esta vez para ser vencedores con una propuesta de música soul a la española. Tras ellos se clasifican Los Tifones (posteriormente llamados Pop-Tops) y los alemanes afincados en España, The Vampires. Los Continentales pensaban relanzar su carrera a partir de este triunfo y, de hecho, tienen un verano bien cargado de galas y su último single encabezado por el tema “Déjala dormir” obtiene unas ventas notables. Sin embargo, surgen problemas domésticos y Los Continentales obtienen mayor éxito en sus directos que en sus discos. Estas circunstancias les harían plantearse su continuidad y en 1968 el grupo se separará definitivamente. Uno de los cantantes que pasaron por la formación, Blume, tendrá una interesante carrera en solitario.
Rafa Sánchez, el baterista, fue el primero en dejarnos para siempre y bastantes años después, en 2022, sería Ñique el que nos diría adiós.
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