Francisco Rodríguez nace en Andújar (Jaén) y en plena niñez emigra junto a su gente, como tantas familias por entonces, a Madrid en busca de mejores perspectivas económicas en aquella difícil España de principios de los 50 en la que aun imperaban las cartillas de racionamiento. En la capital su única distracción es quitarle la guitarra a su primo e imitar con ella las canciones que oye por la radio.
En casa todos le llaman Curro y con ese nombre se presenta a concursos radiofónicos para aficionados. En 1958, con quince años, gana en “Conozca sus Vecinos” (Radio Madrid), obteniendo como premio veinte duros y un bote de un kilo de Cola Cao. Ese es el primero, luego iría ganando nuevos concursos y su popularidad va en aumento. Con gran esfuerzo, su madre le compra a plazos una de las primeras guitarras eléctricas que se vieron por Madrid y un ampli. En uno de esos programas de radio un locutor le convence de que Curro Rodriguez no es nombre propio de un rocker y le bautiza como Kurt Savoy. Le empiezan a salir actuaciones en salas de fiestas, aunque los empresarios son reticentes a llevarlo a sus locales, pues sus contorsiones y movimientos provocaban a los jóvenes y ponían en peligro el mobiliario de las salas.
Gana a finales de 1959 el concurso “Salto a la Fama” de TVE y una modesta discográfica barcelonesa le ofrece un contrato. En sus actuaciones, Kurt, su micro, su ampli y su guitarra eléctrica, sin más acompañamiento. Existen varias versiones de sus inicios como silbador. La más verosímil parece la que cuenta que en sus principios no era un punteador demasiado fino y cuando llegaba algún solo complicado, lo silbaba, y aquello gustaba mucho al público. Lo cierto es que en su primer disco: “Kurt Savoy y el Full and Rock” (SAEF, 1960) incluye ya partes silbadas.
Actúa regularmente en las primeras salas madrileñas dedicadas a bailes de juventud: Metropolitano, Consulado, Caravel… y aparece a menudo en programas de televisión. Sigue editando discos con composiciones propias y versiones españolas de temas de todo tipo, con preponderancia de rock and roll. Monta un espectáculo de variedades y sale en todos los periódicos cuando decide unirse a un circo a punto de arruinarse y cantar desde dentro de la jaula de los leones. Esto no lo hace una vez, sino que se une a la troupe circense durante unos meses. El circo se llena y se salva. Son años en que se prodiga en directo y casi no pisa los estudios de grabación. En una de sus actuaciones en TVE, hacia 1965, se le pide que haga algo para rellenar un tiempo vacio. Silba una melodía y la gente se entusiasma. La suerte está echada. Desde ese momento se le bautiza como El Rey del Silbido y en sus actuaciones, esta curiosa modalidad desplaza a sus temas de rock and roll, que cada vez ocupan menos tiempo.
En 1966 graba para Philips su EP más conocido y vendido, con “Silbando ritmos” como tema principal. Ese año va a ser clave en su vida. Conoce a la torero francesa Clara Montes, flechazo y boda. Las revistas del corazón se frotan las manos con titulares tan exagerados como “Por amor al rey del rock se corta la coleta”. Aquella instantánea fama mediática que goza la pareja hace que graben a dúo un single.
Hay una historia de mediados de los 60 que conviene aclarar. En algunas biografías se atribuye a Kurt Savoy haber silbado los temas de películas de Sergio Leone con bandas sonoras compuestas por Ennio Morricone como “La Muerte Tenía un Precio” (1965), “El Bueno, el Feo y el Malo” (1966) o “Por un Puñado de Dólares” (1964). La realidad es que el silbador original es el italiano Alessandro Alessandroni, aunque Kurt va a interpretarlas infinidad de veces en España y Francia, hasta el punto de ser temas obligados en absolutamente todas sus actuaciones.
Se dedica a los negocios a partir de 1969. Abre una agencia de representación artística y hasta 1976 no volvemos a verle. Entonces, TVE rueda una serie de espacios con actuaciones en directo en que se glosa brevemente la carrera de diversos artistas retirados. Kurt Savoy vuelve a la pequeña pantalla y se hace acompañar para el evento nada menos que por Ñu, con Rosendo y José Carlos Molina entre ellos. Aquel espaldarazo le servirá para grabar un nuevo single en 1977 tras casi diez años de inactividad discográfica.
A finales de los 70 se traslada a vivir a Francia con Clara. Allí retomará su trayectoria musical con varios discos protagonizados por sus silbidos y firmados como Curro Savoy. Hará frecuentes galas y apariciones televisivas, alcanzando gran éxito gracias a poner sus cualidades canoras en anuncios publicitarios, como el de los Almacenes Lafayette o el de Chanel. A partir de 2007, Buenafuente lo incluye con frecuencia en sus programas, que actualmente realiza para La Sexta, mostrándonos a Kurt Savoy como un freak trasnochado, siempre guitarra en ristre y dispuesto a salpicar con su buen humor y sus silbidos los late shows. Esto hace vivir una especie de segunda juventud a este pionero del rock, que comenzó a silbar porque no era demasiado buen guitarrista, pero al que, silbidos aparte, debemos considerar un pionero del rock en español.
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