Kozmic Muffin se forman a principios de los 90 en Coruña, fueron una banda de rock progresivo y sinfónico que como suele pasar en muchos de estos casos tuvo un mayor reconocimiento en el extranjero que en nuestro país. Las dos grabaciones que nos dejaron son hoy inencontrables y en los círculos de coleccionistas de vinilos se llegan a pagar grandes sumas por ellos.
Hablar de Kozmic Muffin es ante todo hablar de Pedro Granell –guitarra y voz-, una de las figuras menos reconocidas pero más importantes de la escena gallega a la hora de abarcar estilos con muy pocos referentes en ella. Primero convulsionó la escena local con Los Eskizos, una banda de garage con una gran cadencia psicodélica que sólo nos dejó dos EP´s. Esos tintes psicodélicos marcarían el desarrollo de Kozmic Muffin, sobre todo en su primera etapa. Con una formación que se completa con Enrique Otero –teclados-, Pablo Rega –guitarra-, Javier Vaamonde –bajo- y Patxi Valera –batería- comienzan a desarrollar un estilo propio marcado por bandas como Pink Floyd, King Crimson, Soft Machine, Van der Graaf Generator, la Velvet Underground –el registro vocal de Pedro en ocasiones se acerca mucho al de Lou Reed- y las bandas progresivas setenteras, todo ello sin olvidar la actualidad ni obviar los fenómenos musicales –escena noise, sonido Seattle- y los medios de los que disponían en los 90.
Lo cierto es que en estos primeros 90 en España hubo una pequeña pero muy interesante escena psicodélica liderada por bandas como Soul Bisontes, Long Spiral Dreaming o Strange Fruit. Incluso en Coruña se generó un pequeño circuito con grupos como Diluyana o A Nai Area que desgraciadamente no llegaron a grabar nada.
De entrada graban un primer largo con el sello MAN “Nautilius” (MAN, 1994) que es sin duda una de las grandes cimas del rock progresivo de este país. Tiene una gran acogida entre la prensa especializada tanto nacional como europea. Aunque el disco lleva el nombre de la banda, el gran responsable es Pedro Granell, que es el autor de las letras y prácticamente toda la composición de los cortes.
En una entrevista concedida al webzine Mentes de Ácido Pedro explicaba el porqué se levantó tanta expectación con su primer disco “Para mí fue una sorpresa que el Nautilus fuese tan considerado, y creo que hablo en nombre de todos, aunque realmente la mitificación del álbum se labró con el transcurso de los años y desde dentro. Puedo deciros que la discográfica tuvo mucho que ver en la manera en que fue recibido por la audiencia, se lanzó ya como pieza de coleccionista, a un precio alto que enseguida empezó a subir como la espuma. Una rareza en plenos ´90, cuando en la escena indie se triunfaba haciendo música de mierda, hay excepciones, claro está”.
Tras la grabación de este disco, Granell se marcharía ocupando su lugar a la guitarra y en la voz principal Julio González. Abandona el grupo que él fundó –hay que tener en cuenta que la mayoría de los cortes de su primer trabajo fueron composiciones que él realizó antes incluso de dar forma a la banda-, los motivos alegados fueron la falta de conexión con los restantes componentes y problemas con el reparto de los derechos de autor. Kozmic Muffin por tanto pierde el espíritu, pero continúa adelante. No vamos a entrar en detalles como si deberían haber cambiado el nombre y generar un nuevo repertorio pues realmente todo era ya otra cosa muy distinta a la original, pero la realidad es que sacan un segundo largo, “Space Between Grief And Comfort” (MAN, 1997), que poco tiene que ver ya con el primero.
Tras una etapa retirado en Londres, adentrándose en el estudio de la filosofía y ejerciendo una importante labor en la prensa musical nacional, en 2004 Granell lanza su primer trabajo en solitario, “Sils María” (Nothing Tolouse, 2004) –el título hace referencia a la morada en la que Nietzche formuló la teoría del eterno retorno-, cambiando de tercio para acercarse más al formato acústico y a Lou Reed.
Julio González y Javier Vaamonde montan Triceratops continuando por la senda del rock ácido y psicodélico perfilado a base de largas composiciones y complejos desarrollos instrumentales. Patxi Valera crea Parto en 1999 y se dedica a profundizar en el estudio de la forma y el sonido en la música experimental, Pablo Rega también participa en el proyecto.
Kozmic Muffin por su parte desparece de la escena sin hacer ruido, dejando un gran disco como “Nautilius” para el recuerdo y una continuación menos lograda pero cuanto menos interesante.
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