Maria José Serrano, Jose, es sin duda una de las figuras más importantes de La Movida. Empezó a tomar parte de la efervescencia cultural madrileña de la mano del colectivo Corazones Automáticos, del cual formaban parte los hermanos Auserón, y que básicamente se dedicaba a publicar artículos de corte extremista y pluma lenguaraz en revistas como Disco Express, firmados de manera conjunta. Entonces, entra en escena Herminio Molero, quien quiere montar una especie de «orquesta pop» denominada Orquesta Futurama. Para ello enrola a los Corazones Automáticos, y tras la disolución de la misma sin grabación alguna surgiría, por un lado, uno de los grupos más influyentes del pop español: Radio Futura. Y, por otro, Las Chinas, pues tanto Jose como Montse Cuní formaban parte de dicha orquesta.
Las Chinas tuvieron un recorrido corto, y tan solo plasmaron el genial single «El Hombre Salvaje» (RCA, 1980). Desalentadas ante la falta de oportunidades para grabar un largo, acabarían tirando la toalla.
Recién disueltas Las Chinas, Jose comienza su carrera en solitario como Kikí d’Akí, sobrenombre inspirado en la modelo Kiki de Montparnasse. Con canciones de Fernando Márquez, otra de las figuras tan indispensables como malditas del pop español, quien ya había compuesto «El hombre salvaje» para Las Chinas, graba uno de los discos capitales de los 80: el mini-LP «Kikí d’Akí» (Nuevos Medios, 1984), que venía precedido del excelso single «Accidente» (Rara Avis, 1983), producido por Yayo Aparicio, quien seducido por las virtudes del grupo había decidido ficharlas para Nuevos Medios.
Para la puesta en escena se rodea de Mario Gil (Paraíso, La Mode) a los teclados y caja de ritmos, Pizco Domínguez a la guitarra y Sergio López de Haro a la guitarra, logrando un buen número de seguidores y grandes alabanzas por parte de la crítica especializada. Pero, de nuevo, la historia se repite. Se llega a 1988 y, ante la imposibilidad de grabar de nuevo, y con el nacimiento de Diana, hija de Sergio y Jose, el grupo se disuelve. Jose se dedica a sus labores como bibliotecaria, y salvo raras ocasiones, como la colaboración con Paco Clavel en «San Francisco de Asís» para su disco de duetos –«Duets» (Barça, 1994)– o la intervención en algún homenaje a los 80 en la capital, se asienta en un discreto segundo plano, lejos de los escenarios. Por su parte, Sergio seguiría dedicándose a la pintura.
Hasta 2003. Sergio y Jose van a un concierto del Zurdo en El Sol, y el malogrado Joe Borsani les propone grabar. Pese a considerar la propuesta como algo descabellado, quizás por el hecho de saldar una deuda con el pasado, les entra el gusanillo de nuevo, y de la mano de Miguel Ángel Lollipop, que también se encontraba alli, se meten en el estudio, aunque el resultado no les es del todo satisfactorio, sobre todo la producción. Afortunadamente para ellos, Lollipop pasaba por un mal momento y deciden no sacar el disco, con lo que empiezan a moverse para sopesar qué sello podría acoger y entender su propuesta: el flechazo con Siesta fue instantáneo, volviendo de nuevo al estudio para regrabar los temas. Casualmente, el primer día que se metían a grabar, Joe Borsani era asesinado.
Finalmente, en junio del 2003 estaban de nuevo grabando en el estudio de Ramón Leal. El resultado, «Mi Colección» (Siesta, 2003), son doce temas, nueve de Sergio procedentes de las maquetas que en su día no encontraron salida y dos nuevos más, «El futuro» regrabado de nuevo para la ocasión, y dos canciones más de El Zurdo. La vuelta de Kikí era una realidad y antes de que nos diéramos cuenta Nuevos Medios reeditaba el ínclito LP de 1984, añadiendo algunos preciosos temas procedentes de las maquetas, con todo el sabor y el encanto que ello supone.
Ya en 2006 sale el siguiente disco de Kikí, «Villa Flir» (Siesta, 2006), con once temas compuestos por Sergio, con una conceptualidad en clave de cuento pop en torno a los sentimientos, y con una producción, cuando menos, arriesgada, a manos de Guille Millkyway. Una verdadera delicia que vuelve a situar a Kikí como una de las propuestas más originales en el panorama nacional. También como una de las más ignoradas, y de ello llegaría a lamentarse en entrevista a Jenesaispop. La continuidad de la banda en cuanto a grabaciones se refiere, dependía, evidentemente, de la acogida de este nuevo trabajo.
Afortunadamente, llega «No Mires Atrás» (Siesta, 2008), producido por Parade, dando vida al tercer largo de Kikí d’Akí en cinco años. Un nuevo disco que factura un pop atemporal, exquisito y, en definitiva, único en su especie. Un esfuerzo que un país como el nuestro, sin duda, no se merece.
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