Jiménez del Oso fue un psiquiatra y periodista español, especializado en temas de misterio y parapsicología, director de revistas como Más Allá de la Ciencia y numerosos programas de televisión. También es el nombre que escogen Juan del Oso (bajo y coros), Cris del Oso (tambores y voces) y Rafa del Oso (guitarra y voces) para hacer ruido, para mezclar punk, surf, garage, electrónica y noise, usando lenguas tan dispares como el inglés, el italiano, el catalán o el gallego. Se trata de una de las tres bandas que formarían Rafa Anido y Cris, las otras: Los Iribarnes y Jiménez Los Santos.
La banda nace en Santiago de Compostela (A Coruña) y pronto entrega su primera maqueta autoproducida: “Jiménez del Oso” (2005). Nueve temas que destilan rock, garage y punk… velocidad e intensidad. Composiciones propias y versiones, entre las que destacan: “3000 yonkis holandeses no pueden equivocarse”, “She’s my woman” (Crusaders), “Destruye y mata” (Desechables), “Primero demoler y luego el poder” y “Vente en mi boca” (de las mexicanas Ultrasónicas).
La banda sufre cambios en su formación, entrando Rubén del Oso que sustituye a Juan, cambiando el bajo por otra guitarra. Se asocian con la banda punk madrileña Coprolitos para afrontar la edición del split en vinilo 7” “Coprolitos / Jiménez Del Oso” (Coprolitos / Jiménez Del Oso, 2007). El proyecto, autogestionado, fue concebido por ambas partes: “Autoeditamos los discos entre los dos grupos y ni siquiera nos planteamos buscar a nadie que lo sacara. Fue una cosa hecha entre amigos”, nos cuenta el bajista de Coprolitos Alberto. Según él, consiguieron “el sonido más cochambroso que hayamos llegado a grabar jamás”. Jiménez del Oso graban su parte, tres canciones, en abril del 2007 en los estudios Abrigueiro (Friol, Lugo), y en la hoja interior muestran, amén de las letras de las tres canciones con las que participan, una foto de la que parece una actuación de la banda.
Son sólo tres temas pero constituyen una cara del disco que es una pequeña sorpresa y una gran maravilla. Por momentos recuerdan a Juanita y Los Feos con una mayor carga de energía y distorsión. «Contundentes en sus arquitecturas sonoras, facturan una de las caras de sencillo más apasionantes que recuerdo» (TGL de LaFonoteca).
En el terreno de lo anecdótico resulta digno de reseñar que la edición del sencillo compartido estuvo acompañada de varios detalles simpáticos. Por un lado, y a pesar de la petición expresa de las bandas que querían los discos en verde, la empresa alemana a la que encargaron el prensaje, envió vinilos en varios tonos de verde, azules, blancos y negros. Además, para las portadas, Alberto utilizó treinta dibujos diferentes de pequeños marcianitos que encargó a la clase de niños del colegio en el que trabajaba su tía. Así, como nos apunta él mismo: “Podría decirse que cada disco prácticamente era único”.
Rafa Anido se centra en su banda paralela, Metralletas Lecheras, quedando Jiménez del Oso al margen. Tras un concierto en la Sala Wurlitzer de Madrid consiguen llamar la atención de Santi Bowery Records, el cual los ficha para su sello y les edita su debut en vinilo de 12”: “Melodías Para Romanos” (Bowery, 2011).
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