La definitiva explosión postrockera de principios de siglo, las derivas lógica del math rock y el revival de los sonidos progresivos y experimentales a nivel internacional ha dado sus frutos enuna escena minoritaria y dispersa que cada vez va aglutinando más propuestas con vocación de continuidad, como la que practican Jardín de la Croix, cuarteto de rock instrumental que se forma en Madrid entre los años 2006 y 2007, cuando tras un año intentando formar un dúo instrumental, Ander Carballo (guitarra) e Israel Arias (batería) acaban contactando con Pablo Rodríguez (guitarra) y Hugo Casqueiro (bajo), quienes a su vez tocaban juntos en una pequeña college band.
Muy pronto comienzan a moverse por algunas salas madrileñas y ese mismo año se meten en el estudio de grabación Manitú. Con fecha de 2008 aparece el primer CD, una autoedición que bajo el nombre de «Pomeroy» (Mastertoaster, 2008) les procura un buen puñado de excelentes críticas en revistas y fanzines especializados en rock progresivo (tanto españoles como extranjeros) así como una serie bastante regular de actuaciones que les sirven para ir atrayendo cada vez más público a través del boca oreja y para convertirse también en teloneros de referencia para grupos de la escena de rock progresivo, como hicieron para This Will Destroy You, Caspian, Russian Circles, My Own Private Alaska, Long Distance Calling o Butterfly Explosions en sus respectivas giras por el territorio nacional.
Estos primeros directos de la banda resultan espectáculos arrolladores donde se combinan el potente sonido marca de la casa con un virtuosismo y compenetración como banda poco habitual en músicos tan jóvenes y sin experiencia en otros combos con actividad reseñable, si exceptuamos al batería Israel Arias, quien lideró el grupo punk Bluemilk.
Coincidiendo con un cambio de bajista (Hugo Casqueiro abandona el grupo y le sustituye Carlos Schonert), Jardín de La Croix ficha por el sello Noma Records y saca a la calle su segundo largo, «Ocean Cosmonauts» (Noma, 2011), en la primavera del 2011. Como ocurrió con «Pomeroy», este disco les granjea si cabe más atención por parte de medios especializados y más difusión de su propuesta musical fuera de nuestras fronteras, aunque hasta la fecha sólo hayan tocado en el festival portugués Milhões de Festa 2011.
Su nombre medio francés, medio español que, según cuentan en una entrevista al fanzine Retromúsica, surgió por azar “una tarde dándole vueltas al asunto hasta encontrar un nombre del agrado de los cuatro” refleja en cierta medida el sonido de la banda: potente, evocador y elegante, siempre dentro de los parámetros del rock progresivo. Y es que aunque Jardín de la Croix sean cadavez más reticente a encasillarse en una etiqueta, dejando ese trabajo a los aficionados, tanto las influencias que citan los mismos miembros de la banda (rock progresivo clásico, math rock, metal progresivo y post rock) como la evolución que han sufrido entre el primer y el segundo disco hacen que el sonido resultante les acerque especialmente a bandas de math rock japonesas como LITE (con quienes se les compara recurrentemente) sin perder un ápice de la personalidad y la creatividad que han demostrado desde sus comienzos.
Durante el 2012 giran por toda España, en Madrid telonean a Baroness, And So I Watch You From Afar, Immanu el y Maybeshewill. Además acompañan a la banda americana Caspian en su gira por España.
En 2013 publican su EP «187 Steps to Cross the Universe» (Noma, 2013), un trabajo de nuevo instrumental -no en vano han declarado que su intención seguirá siendo que las voces puedan tener presencia pero no destacando del conjunto- en el que rinden un brillante homenaje al inventor Nikola Tesla.
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