Ia Clua provenía del trío folk Dos + Un, habituales teloneros de Joan Manuel Serrat, muy apreciados en Cataluña y absolutamente desconocidos fuera de ella. Por su parte, Jordi Batiste era uno de los más conocidos músicos barceloneses y formaba parte de Maquina!
Ambos van a coincidir en los estudios de Radio Barcelona en una actuación en directo de Máquina! Los dos músicos, que hasta entonces no se conocían, suben caminando y charlando por el Paseo de Gracia hasta la Diagonal. Es el principio de una amistad. Cuando Máquina! pone punto final a su carrera, Joan Manuel Serrat anima a varios músicos, entre ellos a Ia y Jordi, a formar un supergrupo, pero la idea no sale adelante. Finalmente, Ia-Batiste deciden constituirse en dúo y comienzan a ensayar en la casa de Ia, en el barrio de Horta.
La presentación oficial de la pareja será en el campo de fútbol del barrio de Sants. Enseguida sus armonías vocales, sus guitarras acústicas y sus textos cuidados les hacen granjearse fama de los Simon & Garfunkel catalanes, aunque en realidad poco tienen que ver sus canciones con las de la famosa pareja norteamericana. Pero lo más llamativo de todo es su propuesta visual, cercana al provocativo Living Theatre. Sus actuaciones con músicos invitados, bailarines y artistas de circo pululando libremente por el escenario se convierten en happenings en los que cualquier cosa puede ocurrir en cualquier momento.
Su primer disco es el LP “Un Gran Día“ (Els 4 Vents, 1972), con canciones en catalán e inglés en el que el dúo goza de total libertad de producción y horario ilimitado de grabación. En el disco participan varios de los mejores músicos del momento: Max Sunyer (guitarra de Iceberg), el antiguo compañero de Batiste, Enric Herrera (teclados) etc. Se trató de una personal apuesta que fue bien acogida en el crisol de iniciativas musicales que era la Barcelona de los primeros 70.
Dos años después aparecerá su segundo LP: “Chichonera’s Cat” (Oliba-Edigsa 1975) con textos en catalán y una visión más elaborada y cercana al rock progresivo. El sello Oliba era propiedad de Joan Manuel Serrat, que participó activamente en la producción. Ya en este LP se distinguen dos tendencias, dependiendo de cuál de los dos músicos fuese el autor. Piezas más progresivas las de Jordi Batiste y cercanas a la experimentación y al folk las de Ia. En aquel 1975 Ia-Batiste tienen el honor de formar parte del elenco del histórico I Festival Canet Rock junto a María del Mar Bonet, Pau Riba, Companya Elèctrica Dharma, Iceberg, Lole y Manuel, Barcelona Traction y el censurado Sisa, entre otros. A finales de ese mismo año el dúo se rompe por desavenencias artísticas que nunca llegaron a ser personales.
No es fácil encontrar similitudes de Ia-Batiste con otros grupos, aunque sus contemporáneos Tílburi entre los españoles y la Incredible String Band entre los extranjeros guardan, cada uno a su manera, ciertas similitudes estéticas con este dúo de buenas guitarras y mejores voces. También guardan ciertas similitudes con el efímero grupo Miniatura, algún año anterior a ellos.
Jordi Batiste formaría después parte de la Orquesta Platería, mientras Ia abandonaría momentáneamente la música. En 1992 el dúo volvió a reunirse junto a otros músicos de su generación como Joan Bibiloni, procedente de otro dúo de los 70: Milan & Bibiloni. Y ya que hablamos de generaciones, Ia-Batiste formaron parte de la que seguramente puede considerarse mejor generación de músicos que ha dado la Ciudad Condal; exactamente la que cubrió con sus elaboradas músicas buena parte de la década de los 70.
Ia, apócope de Josep María, nos dejó para siempre el 13 de septiembre de 2011.
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