Es difícil encontrarse con una cantante que haya abarcado tantos estilos, todos con resultados más que notables y destilando elegancia en sus grabaciones.
Elia Fleta Mirat nació en Madrid el 13 de febrero de 1928 hija del famoso tenor lírico Miguel Fleta, que murió cuando Elia contaba apenas diez años. Recibió, al igual que sus hermanos una esmerada formación musical y a principios de los años 50 formara el dúo Hermanas Fleta junto a su hermana Paloma. Pronto se harán dueñas de las emisiones radiofónicas de la época, grabando numerosos discos y alcanzando gran notoriedad en España y Sudamérica.
En 1960 Paloma se casa con un norteamericano, marcha a vivir a los Estados Unidos y el dúo se rompe en su momento de mayor éxito. Elia emprende entonces una carrera en solitario que vista en la distancia del tiempo es un auténtico hilo conductor de la evolución de las vocalistas españolas de su década. Ese mismo año concurre a la segunda edición del Festival de Benidorm con “Luna de Benidorm” compuesta por Augusto Algueró, que alcanzó la final de un certamen, donde Elia recibió uno de los premios de interpretación. Esta misma canción va a ser el plato fuerte de su primer disco en solitario: “Eres Diferente / Luna de Benidorm” (RCA, 1960). También va a suponer para Elia actuar como su propio personaje en la película “Festival de Benidorm” (Rafael J. Salvia, 1961) rodada a mayor gloria y loor del festival y el turismo costero que entonces comenzaba a despuntar.
Elia Fleta en ese momento representa la canción ligera elegante con ciertas influencias internacionales, pero aún apegada a la copla. Tras unos cuantos discos más en la misma onda y una nueva visita a Benidorm, Elia se apunta a los nuevos ritmos para convertirse en una especie de madrina o hermana mayor del ye yé nacional gracias a un EP premonitorio de lo que se avecinaba para las nuevas cantantes españolas, “Darling” (RCA, 1962). En este Ep incluye una versión de “El río de la luna” de Henry Mancini y otra de “Baby night”, un rock and roll italiano de Giorgio Duchi. La portada nos ofrece un cambio de look bestial de la cantante que ha pasado en un año de mirada pudorosa y vestido vaporoso a mirar descaradamente enfundada en unos blue jeans. Este disco de repertorio bien elegido se va a convertir en uno de los más vendidos de aquel año.
Si el cambio de imagen musical no había quedado claro el siguiente EP de Elia es un compendio de los bailes modernos de la época: madison, twist, rock, popeye bajo el título general “Hits U.S.A.” (RCA, 1962). Las canciones son el último grito que cruzaba el Atlantico, pero los arreglos orquestales a la vieja usanza no hacen ningún favor ni a las composiciones ni a una cantante que exhibe facultades vocales en todos los temas.
Llega entonces un parón en la carrera de Elia del que será rescatada por el joven pianista santanderino Juan Carlos Calderón, que la introduce en el mundillo del jazz, un estilo muy querido por Elia, pero al que nunca se había dedicado. Actúa con Juan Carlos y con él debuta en el “Bourbon Jazz”, en la calle Diego de León de Madrid. El batería Peer Wyboris queda impresionado por la elegancia de su voz y habla maravillas de ella a Tete Montoliu, la gran figura del jazz español de la época en cuyo trío trabaja Peer. Esto posibilita la marcha de Elia Fleta a Barcelona para actuar en la mítica sala Jamboree en 1966. Pasa durante unos meses a integrarse en el grupo del genial pianista ciego. De aquel encuentro nace primero “Tete Montoliu Presenta Elia Fleta” (Concentric, 1966), un EP en el que canta en catalán estándares del jazz y melodías clásicas en el repertorio internacional como “Las hojas muertas”.
Elia es elegida mejor cantante española de 1966 según los oyentes de Radio Peninsular, algo casi impensable para una cantante de jazz.
Tete y Elia inauguran el Festival de Jazz de Barcelona en 1967 y aparecen cuatro nuevos temas entre los que destaca “Lush life”. También actúan en la gala del disco MIDEM en Francia en representación de la industria discográfica española. Poco después Elia regresa a Madrid para inaugurar el ciclo del Colegio Mayor San Juan Evangelista e impartir clases en el Jazz Forum dependiente de la universidad madrileña. De ese regreso deja constancia el EP: “Elia Fleta y el Jazztet de Madrid” (Columbia, 1967) grabado junto a músicos como Pedro Iturralde, Joe Moro, Vlady Bas o Juan Carlos Calderón. Aquí se desmelenan con una retorcida versión del beatleiano “Can´t buy my love”.
Tentada por el éxito, Elia va a reinventar de nueva su carrera para transformarse en una vocalista pop. Cargada de experiencia y swing graba un excelente “Tomando Café” (RCA, 1968) que suena mucho por la radio y obtiene unas ventas apreciables. Cierra su largo periplo discográfico de dos décadas con otro single “Soñar y Vivir / Preguntas al Viento” (CEM, 1968) grabado a finales de 1968 que pasa desapercibido.
Elia Fleta no volverá a grabar y se tomará de nuevo un largo respiro personal. En los primeros años 70 volverá a su querido Bourbon Jazz, que ya había cambiado su nombre, pero no su espíritu, por el de Whisky Jazz. Allí actuará muy a menudo con el grupo de Jean Luc Vallet. Cantará de nuevo en salas barcelonesas, valencianas, en los festivales de jazz del verano español como San Sebastián y Vitoria para retirarse definitivamente hacia 1974.
Elia Fleta es el eslabón que va uniendo músicas y más músicas, tendencias y estilos que arrancan de los temas swing de los primeros 50, pasan por la canción melódica, el twist, el pop…. Todo lo hizo bien y hoy es uno de los pocos nombres españoles que aparecen en las enciclopedias del jazz. Por voz, elegancia y trayectoria, una gran dama de la música española. Desgraciadamente para ella, siempre huyó de la mediocridad y eso jugó en su contra en un país en el que la exaltación de lo mediocre es costumbre acendrada.
Elia falleció a los 91 años, en febrero de 2019.
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