1989 fue un año extraño. El 90% de la población llevaba camisetas con el símbolo de Batman (alguno incluso se hacía peinados con él), caía el muro de Berlín y el hip hop llegaba oficialmente a España. Muestra de ello eran los concursos de break dance en la televisión (entonces sólo había una), el “Navirap” (un curioso y olvidable villancico) e incluso la parodia de Martes y Trece. También, todo hay que decirlo, aparecieron dos recopilatorios –“Madrid Hip Hop” (Troya Dscs&Rcrs, 1989) y “Rappin Madrid” (Ariola, 1989)– con los primeros representantes de la escuela española: DNI, Estado Crítico, Sindicato del Crimen, Jungle Kings o MC Randy & DJ Jonko. Desgraciadamente, este primer intento fue gestionado en su mayoría por productores más interesados en hacer dinero rápido gracias a una moda que por verdaderos representantes de la nueva cultura. Así pues, coincidiendo con la llegada de Chimo Bayo, el hip hop español pasó a mejor vida.
O eso se creía. A principios de los 90 nace El Club de los Poetas Violentos, un grupo formado por una serie de MC, DJy productores testarudos madrileños (en su mayoría de Torrejón de Ardoz y del barrio de Ascao en la capital) que se negaban a dejar morir el movimiento. Y como el movimiento se muestra andando, en 1991 graban una maqueta y tres años después su primer LP, “Madrid Zona Bruta” (Yo Gano, 1994), considerado de forma unánime como un hito del hip hop español. Alejado del espíritu comercial que contaminaba la mayor parte de los recopilatorios cinco años atrás, “Madrid Zona Bruta” es hip hop puro y duro. Sobre todo duro, ya que los cinco MC no hacen ripios graciosos precisamente. Lo suyo (y lo dicen desde el primer momento) es rap hardcore (“el hip hop de las hostias”, añadirían más adelante). Supernafamacho, con voz cazallera y lengua rápida; El Meswy o la rima por la rima; Kamizake, juguetón y agresivo; Paco (antiguo miembro de Jungle Kings) y Frank-T (que dejaría el grupo con el tiempo). Junto a ellos, Jota Mayúscula a los platos y producciones (con el propio Supernafamacho) y la colaboración de Mr. Rango, un pionero entre pioneros (en este caso del raggamuffin). Se crea así el primer (super) grupo de hip hop español al estilo Wu-Tang Clan (la unión de un gran número de MC con objetivos comunes).
La temática central de El Club de los Poetas Violentos sería su control sobre la rima (y el control de la escena, en general). Esto hizo que fueran tachados muy pronto de camorristas por medios ajenos al hip hop. Pero bien es sabido que la competitividad es uno de los motores del rap desde el comienzo. Se trataba de ser el mejor rapeando, pintando, skratcheando o bailando. Por eso la actitud chulesca de CPV llamó la atención en un primer momento. Aunque insistían en que no era de boquilla e iban más allá, sobre todo en sus posturas antinazi (sin ir más lejos El Meswy explica en “Scratchapella” paso a paso cómo se baila el rap: “con un nazi en pareja”).
Cuando publican su segundo LP –“24/7: la Saga Continúa” (Zona Bruta, 1997) los cambios son evidentes pero siguen haciendo lo mismo. Rap duro y sin concesiones en las letras. Ritmos férreos y bajos inquietantes en las producciones. Frank-T ha abandonado el grupo iniciando una carrera en solitario con “Konfusional” (Yo Gano, 1997), aunque les deja un saludo en “El estilo de vida de los tristemente famosos”. Por otro lado Mr. Rango ya es miembro fijo de El Club.
Aunque tardaron tres años en sacar “24/7: la Saga Continúa”, apenas había diferencia en la intención de su sonido (aunque la calidad era mejor). Pero la aparición de su tercer trabajo, “Grandes Planes” (Zona Bruta, 1998), tan sólo un año después trae consigo importantes novedades. Por un lado técnicamente es su disco más perfecto, con un sonido más cercano al funk y con bases más minimalistas (siempre atentos a los grandes de la Costa Este americana). Por otro lado, aunque no han perdido ni un ápice de agresividad, sus rimas se muestran más reflexivas y depuradas. El disco sube aún más el nivel al contar con las colaboraciones de Dompachino de Killarmy y el mismísimo Mucho Muchacho, de 7 Notas 7 Colores en “Los tres amigos”.
No hubo ruptura oficial del grupo, pero sus miembros encauzaron sus carreras a proyectos en solitario entre los que destacan las producciones de Jota Mayúscula y Supernafamacho, así como los discos del imparable Meswy cada vez más conectado con la escena norteamericana.
En 2012 CPV vuelven con fuerza y «Siempre» (BOA, 2012) bajo el brazo. Ha sido una larga espera, nada menos que catorce años, para que nos entregen nuevo material. Quince nuevos temas producidos por +Graves (Jota Mayúscula y Supernafamacho). De la masterización se encarga Kevin Metcalfe en Soundmasters (Londres).
Comentarios