A pocos grupos les cuadra tanto como a éste, aquel viejo refrán que afirma que “a quien no tiene padrinos, no lo bautizan”. Dueños de un sonido pop rock elegante apoyado en buenos temas propios, no lograron despuntar en ese momento confuso de la música madrileña que se produjo a finales de los 80.
Domingo Patiño (voz y guitarra) no era ningún recién llegado. Había hecho música para anuncios publicitarios, había trabajado en distintos estudios de grabación y había formado parte de Herminio Molero y la Máquina Humana. Precisamente, cuando ese grupo se rompió tras una breve carrera, él comenzó a actuar en solitario en algunos pubs de la capital, cantando siempre sus propios temas. Domingo y Herminio son hoy, muchos años después, dos grandes amigos que han colaborado en numerosos proyectos.
En 1987, Domingo va a formar este nuevo grupo junto a Luis Acosta (saxo y teclados), Ángel Martos (batería), Pedro Elipe (guitarra) y José Virtudes (bajo).
Su debut discográfico lo cumplen a finales de 1987, inaugurando prácticamente el sello Toc Toc, uno de los infinitos independientes de la época. Con ese sello publicarán el LP “Domingo y Los Cítricos” (Toc Toc, 1987) y un single con “Tráfico a media mañana” como tema fuerte. Discos de escasa tirada que no van a llamar en exceso la atención de un mercado saturado de novedades.
Su siguiente paso será firmar por La Fábrica Magnética con la que cumplirán su etapa más brillante. Un magnífico mini-LP con seis temas, entre los cuales se incluyen el “Cry for a shadow” de la desconocida época alemana de unos primitivos Beatles y una extraordinaria versión en español del “I want you” de Bob Dylan.
El grupo va a aparecer en algún programa televisivo y 1989 va a ser su mejor año en cuanto a actuaciones y reconocimientos. De forma intermitente, Domingo y Los Cítricos van a seguir funcionando, manteniendo su formación inicial. En 1994, cuando muchos ya creían disuelto el grupo, aún grabarán un interesante LP “Buen Provecho” (Fonomusic, 1994), que pondrá punto final a su carrera.
Domingo pasará a labores de producción e ingeniero de grabación en los estudios GG, produciendo entre otros a El Hombre Delgado y participando como guitarrista en numerosas grabaciones. En algún sitio hemos leído que Domingo y Los Cítricos fue un grupo maldito. Me parece excesivo el adjetivo, pero, desde luego, su propuesta musical mereció mejor suerte y pocos, como ellos, supieron nadar en las abarrotadas playas del pop rock, logrando una originalidad de la que otros con más nombre, carecieron.
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