La oruga nace en Ponteareas (Pontevedra) con las ideas muy claras: ejecutar electro rock bailable en el que caben referencias de todo tipo –punk, funk, electro, psicodelia, noise– y ecos a Devo, Kraftwerk y Primal Scream. Ellos prefieren dejarlo en un “Es como si hubieran hecho un grupo David Byrne, de Talking Heads, y Wayne Coyne, de los Flaming Lips” o en un explícito “Como si The Postal Service enviaran un mail a Arcade Fire con copia a Clap Your Hands y MGMT”.
El caso es que el Colectivo, es decir, Álex Mera (guitarras, sintetizadores, programación), Iago Martínez (voz, guitarras, programación, sintetizadores y samplers) y Cuco Pino (visuales, programación y theremin), graban en 2007 su primera maqueta, “Ricos Modernos” (2007), con el netlabel A Regueifa. La Oruga vive durante meses en el laboratorio, concretamente en los Laboratorios Micrón (su local de ensayo en Ponteareas), para dar forma a un proyecto que poco a poco comienza a levantar la expectación del público. Colaboran con el Colectivo: Cándido Pino (idea y voz de Temptation), Oscar Taboada (batería), Cati (audiovisuales), Rocío Antela (diseño gráfico y audiovisuales) y Quadra Producións (management). Con respecto a la maqueta afirman que “aquello fue un experimento, canciones sin un patrón determinado, una forma libre de enfrentarnos a la electrónica”.
Y es que Colectivo Oruga es una corporación creativa en la que tienen cabida además de la música, el diseño y el aspecto audiovisual. Pieza fundamental que dota a las canciones de nuevos matices y ambientes enriquecedores.
Ese mismo año participan en el disco tributo a Andrés do Barro “Manifesto Dobarrista: Un Disco Tributo a Andrés do Barro” (Falcatruada, 2007) con “Un pouquiño de mambo… ou así”.
En el 2010 la oruga se transforma en mariposa, la metamorfosis es total. De entrada lanzan al mercado su debut, el primer disco con el que el sello Matapadre inicia su trayectoria, “Too Many Knobs” (Matapadre, 2010). Un disco grabado en los estudios Villa Angelina de Vigo y masterizado en los West Side Studios de Nueva York, a cargo de Alan Douches -Animal Collective, The Rapture y The Chemical Brothers-. Su sonido se personaliza y madura alcanzando un nuevo nivel. En su hoja promocional podemos leer: “un grupo llamado a unirse a esa corta lista de bandas que no van a rebufo de lo que se hace fuera de nuestras fronteras, sino que están a la altura y pretenden competir en las ligas mayores”. Que así sea.
En 2013 llega «Paraíso Caníbal» (Matapadre, 2013). Un trabajo grabado y mezclado en Estúdios Sá da Bandeira (Oporto-Portugal) por João Brandão, masterizado por Robin Schmidt en 24-96 Mastering (Karlsruhe, Alemania). El diseño de la portada corre a cargo de Rui Vitorino dos Santos.
El grupo pule su sonido, la conexión entre rock y electrónica funciona a la perfección. Podemos hablar de indietrónica, de electro-rock aderezado con synthpop, de hedonismo bailable efectivo.
Tras la separación del grupo, Álex Mera pone en marcha Rayotaser junto a Pablo López (exIgloo). Un proyecto de synthpop emocional y bailable.
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