En la segunda mitad de los 70, con la democracia recién estrenada, en Aragón se desata un movimiento importante alrededor del folk con tres nombres fundamentales: José Antonio Labordeta, La Bullonera y Chicoten. Cada uno a su manera ponen voz a una tierra dormida.
Eligen en 1977 como nombre de grupo Chicoten en referencia a un instrumento autóctono aragonés derivado del salterio ancestral que aparece ya citado en la Biblia. Los componentes no son unos recién llegados a la música, pero proceden de campos muy distintos. Los más conocidos eran Chema Peralta, que venía del jazz y había participado en el Festival de Jazz de San Sebastián y Pedro Sabirón, un estudioso de la música barroca. El resto del grupo procedía de la música clásica y del folk. Pero sobre todo los cinco eran multiinstrumentistas con una paleta de sonidos inagotable. En el interior de su LP, José Antonio Labordeta define intenciones y presenta componentes: “Pedro Sabirón traía consigo un perfecto conocimiento de la flauta, baja, sopranino, soprano y de la guitarra. Ernesto Angel acudía con la flauta travesera y la bandurria, Pedro Peralta percutía sobre todo, Chema Peralta añadía el laúd, la guitarra y los bajos y Luis Fatás añadía el resto: dulzaina, gaita, oboe, acordeón, guitarrico, ocarina y clarinete. Y todo ello al servicio, no de una mera labor antropológica y purista, de mera disección de un cadáver sino con la más absoluta falta de complejos para hacer algo vivo, algo que ya lo fue y trasplantarlo a un periodo de nuevas formas y nuevos ecos”.
Durante 1978 actúan con asiduidad en conciertos que los llevan por toda la región y en ocasiones como acompañantes de Labordeta. Es un sonido distinto alejado del folkde guitarras y coros al que estábamos acostumbrados. Se trata de un grupo plenamente instrumental en el que el viento madera y la cuerda pulsada se encargan de la melodía sobre un fondo de sencillas percusiones.
Publican su primer y único LP: “Chicoten” (Movieplay, 1978) que fue grabado en los estudios Gema en el mes de febrero de aquel año. Un disco basado en una revisión y puesta al día de temas populares aragoneses rescatados de viejos cancioneros y de un trabajo de campo que les llevó a peinar su región. Contradanzas, paloteos, jotas y marchas vuelven a sonar para deleite de los habitantes de villas y pueblos.
“Albada de Beceite / Paloteado de Boltaña” (Movieplay, 1979) sería su segundo y último vinilo, ahondando en su propósito eminentemente popular. Intereses y gustos tan dispares como convivían en el grupo hacían augurar una corta vida, especialmente cuando su obra nacía con vocación minoritaria y marcadamente regionalista. Participan con un concierto antológico en el Festival Folclórico de los Pirineos y a finales de 1979 dan por finalizada su breve trayectoria. Varios de los componentes forman un grupo fijo de acompañamiento del cantautor José Antonio Labordeta.
De algún modo, todos siguen ligados a la cultura popular. Pedro Peralta ingresa en 1980 como batería en Suburbano, Luis Fatás se dedica a la docencia y a la arqueología, habiendo publicado varios libros fruto de sus excavaciones en Aragón, Pedro Sabirón es hoy un reconocido lutier especializado en instrumentos tradicionales y antiguos. Chema Peralta es actualmente profesor de la Escuela de Música y Danza de Zaragoza y músico de jazz.
La semilla no cayó en terreno baldío y tras unos años de cierta orfandad y abandono, el folkaragonés resurgió en la década de los 80 con grupos como Hato da Foces, que recogieron el legado de Chicoten.
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