A finales de los 70 el fenómeno comercial de la música española se llamaba Pecos. Las discográficas miraban con envidia sus ventas y hacían prospección para encontrar dúos de chicos guapos, más o menos fraternales y que cantasen bien para darles réplica. Paralelamente, un profesor de Música del instituto madrileño San Isidro preguntaba en clase quién de sus alumnos sabía tocar un instrumento. Juan Carlos Martínez Garrido, que entonces tenía dieciséis años, levantaba la mano y afirmaba saber tocar la guitarra. En la siguiente clase interpretaba algunas canciones de los Beatles y también alguna composición propia, dejando maravillados a sus compañeros de clase. Desde meses antes había formado un dúo musical llamado Juan y José con su hermano José Luis, año y medio mayor que él. Ambos son el quinto y sexto de una familia de siete hermanos, en la que algunos de los mayores habían formado parte de grupos folk en años anteriores. Juan y José cantaban en festivales colegiales y en reuniones de amigos al aire libre. Uno de sus compañeros de clase les pone en contacto con dos amigos de su familia que quizás pudieran ayudarles. Se trataba de Honorio Herrero y Luis Gómez Escolar, ex componentes de Aguaviva y La Charanga del Tío Honorio, que ahora trabajaban como productores para Hispavox.
A finales de 1978 graban una maqueta de prueba, mejor diríamos de examen, para estos productores. Solo ellos dos y sus guitarras cantan varios temas propios. Son rápidamente contratados y Honorio elige dos composiciones de aquella maqueta, que el 21 de febrero de 1979 en Estudios Kirios son de nuevo grabadas con destino al primer sencillo de los dos hermanos. En mayo aparece “Quiero Ser Ye Yé” (Hispavox, 1979) con “Olga” en la cara B. Hispavox apuesta fuerte y monta una campaña promocional del dúo que incluye apariciones en televisión, entrevistas en radio y profusión de fotos en revistas juveniles. Es la época en que todas las chicas decoran sus carpetas escolares y empapelan sus habitaciones con fotos de guapos ídolos. A pesar de todos los esfuerzos, su disco no funciona todo lo bien que se esperaba, aunque el nombre y la música del dúo comienzan a ser conocidos. La comparación con Pecos es inevitable. La revista Superpop fomenta la rivalidad con falsas opiniones y noticias, pero lo cierto es que ambos dúos se llevan bien e incluso actúan juntos en alguna ocasión. No obstante, el estilo musical de Chan y Chevy es mucho más sesentero y dinámico con temas rítmicos y pegadizos. Alguna revista los proclama como la resurrección de los chicos ye yé.
En mayo de 1979 dan su primer concierto importante en el Palacio de Deportes de Montjuic. El 18 de noviembre de ese año forman parte del elenco del primer Festival Fans que tiene por escenario el Pabellón de Deportes del Real Madrid, cerca de Plaza Castilla. Ante cinco mil adolescentes vociferantes aparecen las estrellas juveniles Hispavox del momento: Enrique y Ana, Pedro MarínAñade este contenido, Chan y Chevy, Shaun Cassidy y Mabel. Poco antes ha aparecido su segundo single “Dame tu Amor” (Hispavox, 1979) producido por Danilo Vaona. Este disco se vende muy bien, aparece en los hit parades y listas de éxito e implica nuevas apariciones televisivas y radiofónicas.
Durante los meses de mayo y junio de 1980 la discográfica organiza la gira Fans que se inicia en la Plaza de Toros de Barcelona y finaliza en la Plaza de Toros de las Ventas pasando por cinco capitales de provincias y actuando siempre en grandes recintos con miles de personas de repleto aforo. Chan recuerda que el día de su actuación en Barcelona llegaron caminando tranquilamente al recinto y salieron escoltados por miembros de seguridad y policía para evitar literalmente ser devorados por las fans…y ese día descubrió qué era eso de ser un ídolo joven. Una gira junto a Pedro Marín, Radio Futura, el actor televisivo y cantante norteamericano Leig Garrett y el grupo danés Mabel.
Un verano, el de 1980, de actuaciones a diario por toda España y especialmente en Cataluña, donde Chan y Chevy obtenían sus mejores ventas. Ellos tenían compuesto lo que iba a ser su primer long play, que iba a grabarse en otoño de aquel año, pero Hispavox cambió de objetivos y ellos, al igual que Radio Futura y otros vieron como se les daban largas. Por otra parte, José Luis quería frenar un poco la actividad de casi dos años sin parar y su novia de toda la vida no veía con buenos ojos tantos viajes y tantas fans alrededor. Por otro lado, Juan Carlos sabía que en 1982 se vería obligado a hacer la mili. Tras unas cuantas actuaciones ya firmadas y realizadas en primavera y verano de 1981, el dúo, en pleno éxito, decide hacer un paréntesis. Un paréntesis que cerraría definitivamente su carrera musical.
Y ahora viene una historia rocambolesca. Tiempo después del fallecimiento de Honorio Herrero, su yerno descubrió un montón de cintas y con paciencia decidió localizar a sus dueños. Envió un correo electrónico a Juan Carlos Martínez, avisando que ponía a su disposición una cinta grabada por Chan y Chevy. Por esas cosas raras de la informática, el correo se fue a la carpeta del spam y allí se pasó casi un año hasta que Juan Carlos se dio cuenta y se puso en contacto con la familia de Honorio. Tras un día revolviendo cintas y documentos dieron con ella. Eran las primigenias grabaciones que el dúo había hecho como primera prueba. Tras avatares y remasterizaciones, cuatro de las canciones de aquella sesión fueron publicadas bajo el título genérico de «Juan y José. Sus Primeras Grabaciones» (Madmua, 2019).
Chan ha continuado siendo un apasionado de la música y ha seguido componiendo canciones y ha hecho alguna modesta edición. Chan y Chevy fue bastante más que un dúo de chicos guapos enfundados en pantalones marcapaquete. Compositores de indudable vena comercial, adoradores de la música de los 60, supieron vivir su momento de gloria sin quedarse colgados de la efímera fama de los focos televisivos y las revistas de colorines.
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