Como homenaje a los caídos anónimos en una guerra se levanta un obelisco y se entierra debajo un soldado desconocido. Si hubiese que crear un monumento similar para reconocer a los grupos y cantantes sin nombre que lucharon y perecieron en la relativamente incruenta guerra del pop, éste sería un firme candidato a este honor.
Ignacio Sánchez Pesquera nació en Madrid y en los primeros 60 lo encontramos en su universidad haciendo Filología Inglesa. Los idiomas eran lo suyo y también se defendía bien en francés e italiano. Cantante en varios conjuntos de poca monta, su perfeccionismo excesivo le hacía durar poco en cualquier agrupación.
Va a conocer en 1963 al productor alamán Michel Schnelker, que le propone hacer traducciones y arreglos en español para algunos de sus representados, entre los que destaca Peppino di Capri o The Boys. Este último grupo era un remedo de The Beatles que anduvo por España una temporada, interpretando temas de los de Liverpool.
Nacho, persona de gran cultura musical, comienza a colaborar con la revista Fonorama, haciendo estudios musicológicos sobre canciones famosas, al tiempo que comienza a componer y sigue haciendo traducciones para covers extranjeros. Adaptaciones y traducciones con las que, por cierto, no cobró una peseta.
José Luis Alvárez, director de Fonorama, instó a Hans para que produjese un disco a Ignacio. El productor trajo unas pistas instrumentales grabadas por The Boys y nuestro cantante puso su voz. Inventaron un nombre llamativo y titularon ese sencillo: “César y sus Senadores Cantan en Español Éxitos de los USA” (Cantagallo, 1964). Esos éxitos norteamericanos eran sendas versiones de “The house of the rising sun”, con la que entonces triunfaban The Animals, y “Memphis Tennessee”, de Chuck Berry. Sonido horrible, sello fantasmal que no editó ningún otro disco que sepamos y oscuro debut del recién bautizado César. Con otros playbacks sacados quién sabe de dónde y ya con el nombre único de César va a sacar un nuevo EP con versiones, entre otros, de The Beatles y The Rolling Stones: “La Última Vez / Vuelve Junto a Mí / Nadie Respondió / Mulher Rendeira” (International, 1965). Este era otro sello espectral manejado por Hispavox.
El cantante logró tras este disco reunir un conjunto de acompañamiento con el que ensayaba en la calle Valverde y actuó por Madrid en algunas ocasiones durante 1965 y 1966.
Ignacio Sánchez se retiró, pero el incombustible Alvárez estaba empeñado en hacer de él un cantante famoso. Así que grabó una maqueta con temas internacionales y lo paseó por los distintos sellos discográficos, hasta lograr interesar a uno importante. Así apareció un sencillo con dos temas firmados por el propio cantante: “El Disco Más Viejo de mi Colección / Solo un Besito” (Regal, 1969). En este disco ya no se llama César -en realidad nunca se llamó así y nadie le llamaba por dicho nombre-; este sencillo va a aparecer firmado como Nacho. Aunque el tema principal y su premeditado aire retro se escuchó bastante por la radio, el proyecto de Nacho y su productor José Luis Alvárez no tendrá continuidad y él pondrá punto final a esta extraña carrera en la que grabó tres discos con tres nombres distintos y en tres marcas distintas sin lograr sobresalir en ninguna de ellas, a pesar de no se cualitativamente mejor ni peor que muchos otros. En fin, el perfecto cantante desconocido.
Para coleccionistas viciosos y empedernidos hay que hacer notar que existe otro cantante con el nombre de César que grabó a mediados de los 70 para Movieplay un par de sencillos.
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