Blacanova son una formación nacida en Sevilla a mediados del 2000 con una gran personalidad. Lo suyo es tejer atmósferas oníricas, marcadas por la oscuridad, el tenebrismo, las luces electrificadas y los ritmos shoegaze. Entres sus influencias, ante todo los 80 y 90 con cadencia noise pop, tenemos que hablar de My Bloody Valentine, Ride o Slowdive. A nivel nacional, Trajedesaliva y el primer Sr. Chinarro también están presentes. La actriz que hacía el papel de la pérfida Cleopatra en la película “Freaks” (1932) de Tod Browning se llamaba Olga Baclanova. Los sevillanos deciden cambiar sutilmente el apellido por Blacanova, por aquello de una mejor sonoridad, y de esta forma bautizan al grupo. La formación se estabiliza con Armando Jiménez (voz), Inés Olalla (voz), José A. Pérez (guitarra), Manuel Begines (bajo), Paco Arenas (guitarra) y Pepe Fernández (batería).
Tras unos inicios marcados por el desarrollo de un sonido propio y la asimilación de sus influencias, Blacanova entran en un ritmo rápido de presentación de trabajos, entregando tres EP consecutivos: “Monja EP” (Blacanova, 2007), “Perro EP” (Blacanova, 2008) y “Madre EP” (Beladrone, 2009), todos ellos grabados con Raúl Pérez en La Mina. Cortes oscuros y con tintes cinematográficos que según ellos “son herencia de los años que estuvimos escuchando grupos la onda siniestra: The Cure, Joy Division, Siouxsie & The Banshees, Bauhaus…”. El último de estos EP está editado por su propio sello: Beladrone, guiño a Bela Lugosi y un juego de palabras entre belleza y drone. Y es que el cine está siempre muy presente en todas las facetas de la banda, incluidos los títulos de algunas canciones -“La increíble verdad” está robado a una película de Hal Hartley- y sus letras -“Demonio azul” está basada en un diálogo de “La Noche de la Iguana” (1964) de John Huston-.
En 2010 fichan por Foehn que se encarga de la edición de su primer larga duración: “Blacanova” (Foehn, 2010). Un trabajo grabado de nuevo con Raúl Pérez en La Mina, pero en esta ocasión masterizado por Kenny MacLeod en Red Block (Glasgow). En su libreto nos encontramos con una nueva referencia a “Freaks”, la cita «si ofendes a uno, ofendes a todos«. Su sonido mejora con respecto a sus anteriores entregas, a lo que también contribuye la impecable masterización. Las letras continúan siendo una parte esencial de su música, letras inquietantes, oscuras, intimistas y en ocasiones trágicas.
Al año siguiente versionan «Infidelidades múltiples» de Úrsula en el recopilatorio-tributo «Úrsula, 10 Años Por Amigos» (Foehn, 2011).
Dos años después de su debut llega su segundo LP, “¿Cómo Ve el Mundo Un Caballo?” (El Genio Equivocado, 2012), esta vez a cargo de El Genio Equivocado. Como cuando algo funciona es mejor no tocarlo, vuelven a encargarse del proceso de grabación y masterización Raúl Pérez y Kenny MacLeod, respectivamente. El único cambio que tiene la formación se produce en marzo de ese mismo año, Cristian Bohórquez (miembro de Sundae y ex de Trisfe) sustituye a José A. Pérez como guitarrista y miembro estable del grupo. Pronto llegan más cambios, entrando Eduardo Escobar.
En 2015 repiten con El Genio Equivocado y llega «Regiones Devastadas» (El Genio Equivocado, 2015), un trabajo que conjuga ritmos shoegaze, post punk y noise pop con una vertiente dream pop que en esta ocasión gana protagonismo. La oscuridad y las tinieblas continúan ahí presentes, y su visión dolorida de la realidad también.
Blacanova se despiden por todo lo alto con «La Cabeza» (El Genio Equivocado, 2018). Se van como de puntillas, sin hacer mucho ruido, pero entregándonos una brillante colección de canciones. Le dedican el disco a Tod Browning, «sin su inspiradora parada de los monstruos, Blacanova nunca habrían existido«.
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