Encarna y Antonia -Toñi- Salazar nacen en Badajoz, en una amplia y muy humilde familia de nueve hermanos. La escasez les hace a sus padres mudarse a Madrid, al barrio de Vallecas para intentar ganarse la vida. Allí crecen, entre chabolas y música, pues en su casa todos cantaban, incluso su tío Porrina de Badajoz, cantaor conocido. Su padre va paseando a sus hermanos, Los ChunguitosAñade este contenido, por plazas y bares cantando para ganarse la vida y a las hermanas vendiendo lotería.
Las dos chicas empiezan a hacerle los coros a sus hermanos, quienes llegaron al mundo discográfico en 1974, y ahí empiezan a coger tablas en los escenarios siendo apenas unas niñas. Tienen que esperar a 1983 para que EMI se fije en ellas y les haga un contrato. Es entonces que nacen las Azúcar Moreno, nombre tomado del “Brown Sugar” de los Rolling Stones. Otras posibilidades que pusieron encima de la mesa fueron Aguaviva o Las Hermanas Salazar.
El sonido de sus dos primeros álbumes, “Con la Miel en los Labios” (EMI, 1984) y “Estimúlame” (EMI, 1986), se aleja de lo que iba a ser su carrera, pues tienen un aire mucho más rockero que flamenco, pero esto no llega a convencer al público al que iba destinado y pasan sin pena ni gloria por las listas de venta. Lo que si empiezan a dejar entrever son esos estilismos atrevidos para unas chicas gitanas en los años 80 y que en ya esa época les costó duras críticas por la gente de su propia etnia, que no veía bien la imagen que daban de la mujer gitana. A esto se le añade el embarazo de Toñi estando soltera, algo complicado de aceptar en una sociedad tan machista como la de los 80, lo que le obligará a mantenerlo en secreto.
Tijeritas se fija en ellas y graba unos cuantos temas en Maxi LP destinados principalmente a discotecas, y ahí nace su primer éxito, “Debajo del Olivo”, que les hace grabar un nuevo álbum “Carne de Melocotón” (Epic, 1988). Con este disco se hacen conocer entre la gente joven de España y les da el foco para que TVE se fije en ellas para el festival de Eurovisión 1990, mediante elección interna.
Desde que Remedios Amaya dejase en 1983 a nuestro país en una recordada última posición y unos sonados “Zero Points” el concurso pasaba por horas bajas para la audiencia nacional. Desde entonces solo Bravo consiguió un puesto decente, el tercero, en 1984 pero lo demás no había ido por buen camino, ni en resultados ni en influencia mediática. Como último empujón al festival, que se vería envuelto en otra crisis de audiencia un par de años después, la delegación decide mandar algo de lo más moderno que estuviera sonando por entonces y salen los nombres de Locomía y Azúcar Moreno los en Prado del Rey. Las Salazar conquistan a los señores de la televisión con “Bandido”, que en un principio era “Gitano Bandido” pero eso de gitano no traía buenos recuerdos en la trayectoria eurovisiva.
Tras meses de preparación vocal, escénica y de coreografía con los mejores profesores del momento, llegan a Zagreb, capital de Yugoslavia en uno de los festivales más politizados. En los ensayos previos todo va genial, eran de las favoritas para ganar y llevaban unos vestidazos rojos de Montesinos. Pero el 5 de mayo, día de la final, empieza a torcerse todo. Meses antes, Conchita Velasco les dijo que fueran de negro como solían hacerlo y por azares del destino así fue. A cinco minutos del festival y siendo las primeras en actuar rompen las cremalleras del vestido de Montesinos y lo único que tenían a mano eran unos vestidos negros que se compraron en un mercadillo de Zagreb. Pero bueno ahí van, los ojos de toda Europa puestos en la apertura de Eurovisión, entran al escenario y la música no suena, tras unos segundos eternos, empieza a sonar pero las hermanas confundidas se miran y salen del escenario con cara de pocos amigos, alguien no había conectado la línea de sonido al escenario y decidió hacerlo cuando la música ya llevaba rato sonando. Consiguen una 5ª posición y el disco, “Bandido” (CBS, 1990), significa el mayor éxito en ventas de su carrera traspasando las fronteras españolas, sonando por Europa y por Sudamérica con mucha fuerza.
Tras un año de giras y promociones por toda Latinoamérica, graban “Mambo” (Epic, 1991) que les abre un mercado apenas tocado por artistas españoles, el japonés, donde el tema homónimo se coloca en el número 1 de ventas.
El productor Nick Patrick se encarga de “Ojos negros” (Epic, 1991) que vuelve a ser muy bien acogido.
En 1994 forman parte de la banda sonora de la película de “El Especialista” (1994) de Luis Llosa con la canción de “El Amor” de Emilio Estefano, lo que ampliará sus giras por Estados Unidos. El tirón se acompaña con el disco “El Amor” (Epic, 1994).
Dos años después siguen cosechando éxitos con “Esclava de tu Piel” (Epic, 1996) de donde extraerán su single más recordado, “Solo se Vive una Vez” (Epic, 1996). Empiezan una etapa de hacer canciones de mensaje positivo y ritmos festivos, alternando con baladas interpretadas con esa pasión flamenca que tan bien les ha funcionado y que tantas ventas generó en un momento en que la industria del disco echaba humo.
Sacan disco cada dos años, sin faltar ni uno solo, y cada uno con una buena cantidad de singles de éxito muy considerable. En el caso de “Olé” (Epic, 1998) tocaron el cénit de su carrera al colocar varias canciones en las listas y al hacer un LP mucho más redondo que el anterior.
Después en “Amén” (Epic, 2000) quizás no innovaron todo lo que podrían haberlo hecho, introduciendo varias canciones con sonidos muy similares y letras con poca variación. En 2002 van a lanzar “Únicas” (Sony, 2002) que, aunque sus tres singles “Bésame” (Epic, 2001), “Que me quiten lo bailao” (Epic, 2002) y “Tequila” (Epic, 2001) tuvieron muy buena crítica y suponían una innovación mucho más clara, el disco en conjunto no terminó de cuajar ni convencer al público.
Así venden discos como churros hasta 2004, cuando las ventas empiecen a decaer con el álbum “Desde el Principio” (Sony Music, 2004). Con este disco celebran su vigésimo aniversario de carrera como grupo y toman una imagen más seria, y aunque siguen participando en programas de televisión con un par de temas que suenan en la radio, las ventas no son tan fructíferas como antes. Y lo serán menos con el que el que será su último LP hasta la fecha “Bailando con Lola” (EMI, 2006).
En 2007 el dúo hace un parón debido al cáncer de mama por el que pasó Encarna. Los maridos de ambas chocan en cuanto a la carrera que tenían que tomar, hasta entonces dirigida por el marido de ésta. Esto les hace tomar carreras paralelas y hasta distanciarse en la vida personal, poniéndose en el foco de la prensa rosa. Sus carreras en solitario pasaron totalmente desapercibidas, lanzando cada una un disco de escasas ventas.
Habría que esperar a 2013 para que las hermanas se reencontraran en un programa de televisión afirmando que ya habían dejado el enfado atrás y que el dúo volvería a retomar su carrera. Relanzan su carrera haciendo actuaciones en televisiones y en conciertos, recordando sus éxitos del pasado. Pero todavía no se han decidido a volver a sacar un nuevo disco, nada más que unos singles contados con cuentagotas. En la actualidad continúan siendo recordadas por el público y su discografía apreciada y respetada, más allá de disputas televisivas. Además, marcaron una importante influencia en el mundo de la moda con sus estilismos arriesgados y sensuales, igual que el mensaje de sus canciones.
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