En estos tiempos que corren, el rock de guitarras afiladas, sonidos chirriantes y gritos energéticos ha bajado de los garajesa las catacumbas del underground en la mayor parte de nuestras ciudades.
Aquellos amantes del rock ruidoso y que gusten de estas emociones fuertes no tienen más remedio que descender y buscar acomodo en la oscuridad. En estas condiciones no es difícil que, al final, en esta especie de licántropos rocanroleros terminen conociéndose entre ellos.
Sería, sin duda, muy saludable que los amantes de estos sonidos se multiplicasen y llenasen la tierra pero, en espera de ese día, los que estamos disfrutaremos al máximo y, puestos a buscarle ventajas, eso de conocerse todos hace que, al final, surjan bandas interesantes.
Tal es el caso de Aullido Atómico, banda fraguada en las profundidades del underground valenciano y nacida a partir de la separación de la banda garajera Desguace, reconvertida en dúo de trash rock and roll por D. Rogelio J., un inquieto personaje que, además de músico es ilustrador, dibujante, responsable del sello Discos Calamidad y de bandas como Tracahombres y de un proyecto en solitario como hombre orquesta actualmente en activo, llamado Tumba Swing, y que se hacía acompañar de Letxon como percusionista.
Poco a poco, tras diferentes cambios de formación, la banda se consolida con la entrada en la batería de Quique Gallo, alias Quique medianoche, viejo conocido en la escena rocanrolera valenciana como batería y miembro fundador de Midnight Shots.
Pronto, acompañados de Luis Galbis (el Dr. Galbis) en el bajo, pasan a grabar su primer disco, un EP del que se hacen trescientas veinte copias, de título homónimo, «Aullido Atómico» (Calamidad, 2011) e integrado por cuatro ruidosos y vitamínicos temas que rezuman actitud rockera por los cuatro costados que les vale para ser una de las bandas con más movimiento y presencia en la escena garajera de Valencia y alrededores, extiendiendo su radio de acción allá donde pueden tocar.
Afortunadamente, la cosa va hacia delante y deciden llenar con su rock de alma primitiva y cuerpo ruidoso y eléctrico todo un larga duración, “Asalto al Corral” (Calamidad, 2013), que contiene hasta doce temas en los que tocan todos los palos que tienen que ver con el rock de garaje (el surf, el rock and roll primitivo, el beat, el R&B, la balada cincuentona, el instrumental… y que se grabaron en directo, como debe ser, y en dos días el 8 y el 9 de julio de 2013 por Pepo New Rockers Valero en el Magazine Club (Valencia).
Tras la grabación del disco, el Doctor Galbis deja la banda, así que deciden convencer a otro conocido del mundillo, Rolando Bruno, bajista durante diez años de la legendaria banda de garaje beat argentino Los Peyotes, llegado de Buenos Aires pocos meses antes, y del que, dicen, “hemos decidido arruinar su vida metiéndolo en la banda”. Banda que compagina con otro proyecto, la Orquesta Midi.
Con esta poderosa formación, Aullido Atómico comienza a rodar, presentando el disco por todos aquellos garitos, festivales o escenarios de los que son capaces.
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