Esta cantautora nace en Elche en 1943 y estudia Magisterio en Alicante. A mediados de los 60 se traslada a Madrid para estudiar Filosofía y Letras. Allí comenzará a frecuentar ambientes teatrales que se movían en la contestación antifranquista y trabajaban en ambientes universitarios semiclandestinos.
Ana María sería cofundadora en 1964 del legendario grupo teatral Los Goliardos. Otro de los fundadores será Ángel Facio con quien se casará algún tiempo después, con quien tendría dos hijos y de quien se separaría. Con este grupo actúa en montajes sobre obras y textos de Beckett, Valle-Inclán, etc. El hábitat del grupo era la Universidad Complutense, siempre en el filo de la navaja de la censura y la persecución política. En 1968, Ana dejará el grupo y es entonces cuando se produce un acercamiento al mundo de la música de la mano del compositor clásico contemporáneo Tomás Marco, que le propone participar en el estreno de su obra «Cantos del Pozo Artesiano» (Grupo ALEA, 1968).
Comienza a actuar en Colegios Mayores cantando y recitando poemas propios y de otros autores, haciéndose un nombre en los circuitos intelectuales madrileños. En 1969 participa en un programa concurso musical de TVE denominado Música 3. Allí conocerá a Elisa Serna, otra cantautora con la que estrenará en la Escuela de Arquitectura un poema de Alberti, al que había puesto música Paco Ibáñez. De aquel evento televisivo saldrá también su primer contrato discográfico y su primer redondo, el single «Pequeña María» (Philips, 1970), con una canción propia en la cara A y un poema de Antonio Machado en la B
A partir de entonces formará parte del grupo de cantautores madrileños, compartiendo recitales y problemas policiales con gente como Hilario Camacho, Jesús Munárriz, entre otros. Su estilo heredaba de la canción francesa el acento reivindicativo, un deje irónico y la versatilidad de acompañamientos. El primero de sus sencillos que gozó de un cierto reconocimiento comercial en ambientes progres fue «No Quiero Ser Tu Amante / Dios Me Guarde» (Philips, 1971). Ese disco, tercer single de su carrera le va a abrir las puertas del disco grande, publicando «Despacio» (Philips, 1972), que recogía algunas canciones publicadas antes y novedades como «En la rueda» o «Andando como tú«, ambas de su propia autoría. Un disco variado en lo temático e irregular en su contenido. Recibe los premios de El Gran Musical y de la emisora La Voz de Madrid a la cantante revelación de aquel año.
Uno de los frenos de la carrera como cantante de Ana María Drack ha sido los cambios de discográfica. A partir de 1973 pasará al sello catalán GMA con el que publicará el LP «Dime que no Es Verdad» (GMA, 1973), un muy buen disco y una buena edición, pero que en un sello más boyante y mejor distribuido seguramente habría obtenido mayores réditos. Se extraerán de él dos sencillos. El segundo en orden cronológico contiene «El Niño Bonito» (GMA, 1974), uno de sus temas más conocidos.
Nuevo cambio de sello para ir a caer ahora en RCA, que se tomará más en serio la promoción de su carrera discográfica. Allí va a firmar su tercer larga duración. Un trabajo cargado de ternura y sensibilidad. «Enhorabuena» (RCA, 1976) sería editado en Portugal, Estados Unidos y numerosos países sudamericanos donde sería una obra muy apreciada y bien vendida, hasta el punto de recibir aquel año el premio a la Mejor Compositora del Mundo Latino según la prestigiosa revista Record World. Cuidadosamente producido, este disco tendrá continuidad con otro interesante long play: «Está Prohibido» (RCA, 1978). Se trata de una obra que rezuma madurez artística, pero que suena un tanto repetitiva respecto a anteriores producciones.
Poco más hará Ana María Drack en el mundo de la música. Compondrá en 1979 algún tema para la producción televisiva «El Caballero de Olmedo» (TVE) y para la serie «El Juglar» (TVE). Se retirará a principios de los 80 para dedicarse a la poesía, convirtiéndose en una de las más premiadas y reconocidas poetisas del último cuarto del siglo XX con poemarios como el inicial «Poemas con Patatas y una Margarita» (F.M./Elx, 1984), «Diario de un Año sin Luna» (Torremozas, 1988) o «De Dos en Dos» (Lunara, 1996) entre otros libros en verso y prosa. Regresó a su tierra donde ha recibido numerosos reconocimientos y donde ha trabajado en la docencia sin perder nunca su vinculación al mundo artístico y al periodismo. Es académica de las Ciencias y las Artes desde 2001.
Es fácil encontrar elogios hacia su figura, su honestidad vital y su obra. En el Diario de Cartagena aparecía este certero comentario: «Sus canciones no son temas comerciales, hay que escucharlas con atención, con tranquilidad. Se pueden repetir varias veces sin cansarse nunca de su audición. Sus temas tienen algo muy importante: sencillez y variedad. Son románticos unos, sarcásticos otros, interesantes todos«. Nada hay que añadir tras ese añejo apunte periodístico que radiografía las canciones de esta escritora, actriz, autora y cantante, que no merece caer en el olvido de unas generaciones que no conocieron los tiempos de la tardodictadura y la Transición. Unos momentos históricos a los que Ana María Drack prestó su voz dulce y dura, profunda y juguetona, sensible y reivindicativa.
Comentarios