EVRIPIDIS AND HIS TRAGEDIES + SAN FRANCISCO + MATRIMONIO

LaFonoteca Barcelona y Snap Clap Club unimos fuerzas para organizar la última fiesta del año.

Evripidis And His Tragedies empezó como el proyecto personal de Evripidis Sabatis pero pronto se sumaron varios miembros de otros grupos de la vibrante escena barcelonesa, y la sinfonía que resultó fue creando la banda sonora perfecta para la vida urbana.

Música pop basada en las melodías de piano, a veces soleada y a veces oscura que bebe de toda la música popular occidental del siglo XX: el pop desde los años 50 hasta ahora, el cabaret, los musicales, la canción americana de los años 20, el jazz… un mundo lleno de armonías vocales, piano desquiciado, tormentosos ritmos de batería y arreglos ricos en texturas y melodías fantasmales. Su último trabajo cuenta con una vasta lista de colaboraciones, con miembros de The Magnetic Fields, Doble Pletina, Extraperlo y Keep Shelly In Athens, entre otros.

San Francisco es el alter ego de Paco Tamarit (SerpentinaAñade este contenido) en el que vuelve a dejar patente su buen gusto por el pop, su pasión por los sonidos sixties, su increíble habilidad con los arreglos, y su constante necesidad de incluir un toque “sabadabadá” en sus canciones. Este año editó un precioso 10″ en Elefant Records que por fin viene a presentar a Barcelona.

Matrimonio es el proyecto formado por Juan Carlos Fernandez (Penelope Trip , Dos Gajos..) y Gloria Vilches (también en Flamaradas) que presentará su segundo disco, en el que incorporan dos nuevos miembros: Marc Ribera y Francina Ribes, de Doble PletinaAñade este contenido.

Un nuevo trabajo que despierta con la belleza de la rutina, un terreno que ambos han sabido retratar como pocos. Suyos son los sueños pequeños que sugieren grandes dudas y preguntas, pero que parecen cotidianos y cercanos. Suyas son las palabras cantadas a dos voces (chico/chica) que parecen en ocasiones discusiones o reproches. Como subraya Javier Aquilué, en su texto de promo, «las canciones de Matrimonio no las dirige la exaltación, no las consume la pasión confesional. Emanan de una rutina cotidiana más o menos plácida, más o menos fatalista; surgen, borbotean y flotan en el aire como el vapor de la cafetera”.