AUTÓCRATAS SE DESPIDEN JUNTO A CAPITÁN SUNRISE

AUTÓCRATAS SE DESPIDEN JUNTO A CAPITÁN SUNRISE

Pasado

3 de febrero, 2012

El viernes y dentro del ciclo de conciertos que venimos desarrollando con periodicidad mensual en El Juglar junto a Grabaciones Azul Alcachofa fuimos testigos de excepción (junto al resto de público que abarrotó, una vez más, la sala) de la despedida de Frankie de Los Autócratas; o lo que es lo mismo, de la despedida de Los Autócratas como tal. Porque si algo quedó claro de este emotivo encuentro fue que con su ausencia, como nos reconocían Enrique o María, el sentido habría que buscarlo con microscopio. Así pues, se abre una nueva vía para los distintos proyectos de Los Autócratas: Miguel, a la sazón en Capitán Sunrise y a punto de comenzar un proyecto con tintes más experimentales, Enrique, centrado en Gatopersa, y dispuesto a seguir tocando junto a María, y Pili, a tope con la promo del nuevo disco de los Klaus & Kinski y disfrutando también de su Leopardo Más Lento.

El grupo salió al escenario más enchufado que nunca, pero el semblante serio les duró bien poco. El Juglar es una sala que se lo pone fácil a los músicos, y estos, agradecidos como son, recompensan como mejor saben: con conciertazos. Por primera vez en mucho tiempo pudimos oír el violín de Pili como este delicado instrumento se merece. Si en la fiesta del «No Te Apures Mamá» fueron discutidos por sus devaneos punk descacharrantes y su anarquía sonora, digamos que en este concierto el equilibrio fue la principal seña de identidad. Un equilibrio que basculó entre la alegría que contagiaron pasado el primer trago, a la melancolía de la despedida; entre la fiereza de Enrique a la guitarra y Miguel a la batería, y la dulzura de Pili al violín. Todo ello para dar rienda suelta a una sucesión de hits difícilmente cuestionable, que nos dejó la sensación amarga del tenían todo por delante. Ahí estaban Los Autócratas, presentando su nuevo EP, y al mismo tiempo despidiéndose, sin duda alguna paradigma de la dicotomía que ha acompañado al grupo, de marcial nombre, y cachondeo garantizado. Así se despedían Los Autócratas, sin haber grabado nada como Dios manda, pero con el honor de haber sido uno de los grupos con más tirón entre la independencia pop madrileña. Así se despedía Frankie, con una pieza de cada disfraz usado en todos los conciertos anteriores (bueno, salvo del de monje, que no sabía cómo encajarlo), con su sonrisa sempiterna, y su decisión bien agarrada a la boca del estómago.

Abriendo la velada estaban Capitán Sunrise, un grupo que, aunque estilísticamente no comparte geometrías sonoras, sí que tiene una relación especial con Los Autócratas. Por un lado, Miguel toca en ambos grupos (la guitarra en este caso). Por otro, Santi ha contribuido poniendo la voz a alguno de los temas del repertorio democrático. De hecho, era la tercera vez que Miguel hacía doblete.

Capitán Sunrise es un grupo de pop edulcorado, pero que, a diferencia de la mayoría de grupos actuales de confeti y globos de colores lleva muy trabajadas las canciones. Y vaya si se nota. Frente al cliché y la gominola, Santi saca de la chistera unas melodías excepcionales, y unos arreglos precisos, que elevan las canciones hasta ser uno de los pocos grupos que, para un servidor, tienen algo interesante que decir hoy día en el maltrecho catálogo de Elefant.

Reportaje fotográfico de Raúl Querido:

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