ROSCÓN DE REYES CON ROLDÁN, GATOPERSA Y ALBOROTADOR GOMASIO

ROSCÓN DE REYES CON ROLDÁN, GATOPERSA Y ALBOROTADOR GOMASIO

Evento

4 de enero, 2012
Habrá roscón de Reyes

Ven a celebrar que los tres Reyes Magos vienen este año cargaditos de carbón con esta fiesta de LaFonoteca Azul Alcachofa en la que tocarán tres grupos como tres reyes.

Roldán: El proyecto trashumante del donbenitense Roldán, ahora afincado en Madrid. En 2009 editó «El Cantar» (AA, 2009) de la mano del sello AA Records, canciones lo-fi y mundanas que se centran en el imaginario de la música popular como excusa para desarrollar un discurso personal e intimista.

Gatopersa: Como si de un chiste se tratara, Gatopersa es un grupo formado por un argentino, un belga, un granadino y dos madrileñas que se reúnen en una cueva de Malasaña para engendrar rockde materia ruidosa y psicodélica, llena de melodías felinas con un toque post punk. Fieles a la filosofía del do-it-yourself, muy pronto grabarán su primera maqueta con la que obligar a los niños a dejar de jugar con la pelota.

Alborotador Gomasio: De sobra conocidos por estos lares -estuvieron presentes en el recopilatorio que editamos, el «No Te Apures Mamá (…)» (LaFonoteca, 2011)– se les ha visto aparecer por todo tipo de sitios, hasta en una lista elaborada por Diana Aller sobre gente que parece que no, pero que en realidad es muy estilosa en su vestir. Sin embargo, ahora no se dejarán ver con tanta frecuencia, pues durante comienzos del 2011 se verán inmersos en la grabación de lo que significará su primer LP.

////////// ASÍ FUE: EL POST CONCIERTO ///////////

Para celebrar el año nuevo, los organizadores de esta feliz empresa que es LaFonoteca Azul Alcachofa, quisimos organizar algo especial: una Noche de Reyes anticipada, con tres grupos de entre lo más destacado de la capital, en la cada vez más solicitada sala El Juglar, y con roscón para todos como fin de fiesta.

En lo musical, el plan no podía fallar: Roldán, Gato Persa y Alborotador Gomasio vinieron a darlo todo. También lo hizo, una vez más, esa creciente e imprescindible contraparte de “la escena”: el público, sí, cada vez más variado y cada vez más entregado con una serie de grupos que están haciéndose un nombre, ya sea con grabaciones amateur o, poco a poco, registrando más profesionalmente sus canciones; y, sobre todo, con conciertos, conciertos y más conciertos. El del miércoles 4 de enero supuso un llenazo más, quedándose corto el aforo, bullicioso pero confortable, de El Juglar.

Abrió la velada Roldán, en formato power trío, alternando momentos de gran intensidad con otros de extraordinaria sutileza. Con una formación cercana al jazz y una suerte de carnalidad esquelética, las canciones de «El Cantar», y también las nuevas, parecían salidas del cancionero de unos Minutemen conocedores del folklore español y sumidos, de vez en cuando, en el flujo imparable de sus pensamientos. Letras atípicas y lúcidas, lo mismo sobre un fantasioso y reflexivo menage-a-trois, que sobre una princesa Letizia mucho más guapa que en la realidad. Un mundo propio, escritura automática cantada, virtuosismo heterodoxo a la guitarra, la batería punteando cada pasaje, y un bajo muy melódico, capaz de dar el contrapunto a cada uno de los otros dos instrumentos. Algo muy especial que, a los más enterados, les sonó muy distinto al disco… pero para bien: como mínimo, igual de bien que lo registrado en el LP.

El segundo concierto de la noche fue el de Gatopersa, un quinteto en el que la naturaleza de Madrid como punto de encuentro de personas y aficiones se materializa en forma de banda imparable. Cinco personas venidas cada una “de su casa”, y que podrían no haberse conocido nunca, se encuentran y definen un doble punto en común: la amistad y la música, como dos caras de la misma moneda. En lo musical, mezclan baterías bailables, bajos oscuros, guitarras sucísimas, sintes lacerantes, un saxo que recuerda a lo mejor del post-punk –subrayando en síncopa los ritmos, al estilo X-Ray Spex-, voces y gritos. En lo personal, se distinguen por su química en escena, y por el mensaje contestatario y liberador que lanzan. Así, se hicieron con el público que, tras el hit final, «Niño», pedía más y más. Seguro que pronto nos ofrecen otro conciertazo. El grupo va a crecer, y ellos van a seguir jugando en público.

Ejerciendo de cabezas de cartel, los últimos en actuar fueron Alborotador Gomasio. Tras una corta temporada descansando de los escenarios, y poco antes de lanzarse a la aventura de grabar su primer LP, el concierto se planteó como –y resultó ser- una ocasión muy especial. A los Gomasio los estamos viendo crecer todos los que procuramos estar al tanto de la más reciente escena underground surgida en Madrid. De alguna manera, se les puede considerar veteranos de la misma –estos mismos chicos ya se batían en duelo con las tendencia de moda a principio de los años 2000, en formaciones como El Diablo Adolescente o Autofans, o en grupos posteriores y de cierto recorrido, como fueron Los Ingenieros Alemanes y como son Mata A Tus Ídolos-. A la vez, son una voz nueva, que suena fuerte, fresca y sincera, y que da sentido, quizá más que ninguna otra, a esta nueva escena. Se parecen a Superchunk y, por qué no, se parecen a Hombres G. Pues muy bien. Pero lo que sale de esas influencias es 100% Alborotador Gomasio.

Alberto, Guille Koldo, Marco y Miguel, de momento, siguen creciendo sin límite a la vista. Todavía les falta un punto de experimentación sonora –si es que eligen ese camino-, pero hasta la fecha ya han demostrado sobradamente la capacidad de hacer enormes canciones, tocarlas con una velocidad e intensidad altísimas, y que se graben como himnos, sin hacer falta más que la primera escucha. Es como estar viendo crecer a Los Planetas, pero si Los Planetas hubiesen empezado su carrera siendo capaces de dar grandísimos espectáculos.

El concierto en El Juglar fue perfecto. El sonido de la sala nunca falla y ellos, los Gomasio, demostraron que si cuentan con buen sonido y un ambiente que les anime, ya lo tienen todo. Su futuro disco, de mano de Sergio Thelemáticos, a buen seguro va a sacar a relucir ese talento incendiario para muchos de los que aún no han podido disfrutarlo en directo. Para los que les hemos visto más de una decena de veces, a los que fueron a verlos por vez primera el pasado enero, a los que quizá se dejaron caer por allí por casualidad, ha quedado un doble recuerdo imborrable: el de una actuación desbordante; y el de la grabación de la misma, de la que se ha extraído el single digital. Y todavía queda mucho que escuchar.

Raúl Querido, enero 2012

Reportaje fotográfico de Alejandro Marejil.

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