El pasado viernes LaFonoteca y el Madrid Popfest se daban la mano en una de las numerosas fiestas de presentación de dicho festival, quizá la principal, tanto por la cercanía de la cita, como por el cartel configurado para la ocasión. Un cartel de pop amable que daba cobijo y abrigo a los asistentes de la ola de frío polar que está asolando media Europa, sobre todo a nuestros maltrechos bolsillos.
Comenzó Wild Honey (prácticamente) en solitario. Inicialmente con la compañía de Cris, pronto Guille se quedó sólo ante el peligro para ofrecer un set acústico en el que se colaron algunas de las nuevas canciones que está actualmente grabando de cara a su nuevo disco. Con un público todavía algo frío y despistado, logró arrancar los más cálidos aplausos con su ya clásica «Isabella», canción que da igual cómo se peine que siempre resulta bonita y pizpireta. A uno se le hacía algo extraño en una sala como Siroco ver a Guille así de desvalido -como él mismo comentó, hasta siete son los que pueden juntarse en ocasiones sobre el escenario-, pero no sólo defendió las canciones contra viento y marea, sino que alcanzó algunos momentos bellos, como la genial interpretación de «Diamond Mountain», contenida en el single que sacara para Jabalina en 2010 para su colección «Love Songs». Así, a lo Erlend Øye.
Turno para Zipper. Los madrileños despliegan un punk-pop con guitarras macarras que bien les podría trasladar al Subterfuge del 90 y pico, como si de unos Undershakers, Fresones Rebeldes, o incluso Dover se tratara, alternando canciones en español e inglés, con preponderancia de este último idioma. Uno, a quien esta fórmula le resulta añeja, ha de reconocer que no sólo dieron un buen concierto -el mejor de los últimos, según María del Mar, su cantante- sino que hicieron que la gente entrase en calor, demostrando que tienen su público.
Y, por fin, el plato fuerte de la noche: desde Pamplona llegaban Reina Republicana a presentar su recién lanzado y accidentado (Maite sustituye a Amaia, centrada en Kokoshca) disco, el homónimo «Reina Republicana» (Limbo Starr, 2012). Los de Isra era la primera vez que tocaban en sala en Madrid (habían tocado el año pasado en el Día de la Música). No sé muy bien por qué había la sensación generalizada de que los pamplonicas iban a desplegar un pop de guitarras más ruidosas, más noise, porque lo que en realidad orquestan es un pop delicado y preciosista, de ese que en gotitas sabe mejor; así, los singles lanzados con Federación de Universos Pop y Gran Derby. Quizá les faltara algo de mordiente -las canciones más celebradas fueron las más movidas, «Que cunda el pánico» y «Dime qué vas a hacer»– pero pusieron de manifiesto que su sonido es compacto, de grupo hecho, de grupo de festival, de grupo de escenario grande del… Contempopránea.
Reportaje fotográfico de Mamen López: