«Arponera» es, probablemente, la mejor canción de Esclarecidos, quizá precisamente por su naturaleza enigmática. Todo enigma tiene múltiples soluciones y, a su vez, ninguna solución absoluta: siempre queda un resto, una duda. Aquí, nuestra llave maestra será simbólica, porque más allá de la obviedad de la comparación fálica del arpón, lo importante es su peso como símbolo, el arma como poder omnipotente, el objeto como objeto de deseo. Y la diferencia entre sexos, como el gran enigma de la humanidad.
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