ENTREVISTA A FERNANDO MÁRQUEZ, ‘EL ZURDO’

ENTREVISTA A FERNANDO MÁRQUEZ, ‘EL ZURDO’

¿Es Fernando Márquez tan fiero como lo pintan o se ha amansado con el paso de los años?
Es algo menos idiota y procura desperdiciar menos energías y entrar menos al trapo. En cuanto a la fiereza, quienes me seguís en Facebook podeis juzgar si me he amansado (ya sabes, el tema de los peajes, los baneos, las semblanzas con acritud de la red social, etc).

¿Por qué piensas que, siendo objetivamente como eres una de las personas más importantes de la historia de la música española, no ostentas públicamente ese reconocimiento como sí lo pueden tener otras que igualmente pueden haber generado antipatías en algún momento como Carlos Berlanga o Santiago Auserón?
Supongo que resultar persona non grata para el PSOE con un veto y campaña de caza de brujas en toda regla como fue la encabezada por Manrique (hasta convertirme en el Céline de La Movida –algo que no sufrieron ni Carlos ni Santiago-) pues lo explica bastante.

La Movida está a estas alturas muy trillada, no nos vamos a detener demasiado tiempo en esto… pero si sólo pudieras rescatar una cosa de esta etapa, ¿qué rescatarías?
La explosión de creatividad interdisciplinar de los tres primeros años. Sólo la época primorriverista de los años 20 se le podría comparar.

¿Cuánto de mitificada está? ¿No érais todos demasiado pequeños para el desfase y hedonismo que se le presupone justo en el período más interesante creativamente hablando de esta?
El quid es que en La Movida se querían vivir a un tiempo varias épocas, la Factory neoyorkina, la oscuridad morrisoniana, el glam británico, el punk, la new wave… y esto, sumado a la adherencia indeseable de vampiros oportunistas como Almodóvar, sobrecargó la situación y creó equívocos y derivas y excusas para el kistch y la picaresca.

¿Hasta qué punto eres responsable de tu propio malditismo?
En tanto en cuanto no he besado culos y he pecado de excesiva ingenuidad en las expectativas y poca estrategia en el combate dialéctico, soy, lo reconozco, bastante responsable. He sido un agónico del compromiso, nunca un profesional ni un narcisista del mismo, como se estila en los últimos años. Y eso resulta imperdonable “para hacerse una carrera”.

¿Te consideras una persona íntegra? En este sentido, ¿te arrepientes de tu consabida significación puntual con las FE-JONS allá por el 84? ¿Crees que los grupos han de significarse políticamente?
Con FE/JONS me significo puntualmente en el 86, con el famoso spot y la primera actuación del grupo Proyecto Bronwyn. Lo hago porque apoyo el paso de ese partido, bajo la jefatura de Diego Márquez, del feroz escuadrismo de la etapa raimundista previa a un abandono de la violencia y un alejamiento formal del culto a Franco. Meses después, cuando las elecciones vascas, al descubrir que esos cambios estaban desembocando en un acercamiento a las suciedades antiterroristas del PSOE, tema GAL y cloacas de Interior, rompo con el partido. No me arrepiento de las intenciones con que me signifiqué pero, de haber estado más informado sobre las conexiones entre azules y el gobierno felipista y que la reconversión del golpismo y del búnker iba a consistir en readaptarse a un modelo delincuencial a la mexicana, me habría ahorrado el acercamiento a FE/JONS y la creación de Proyecto Bronwyn. Y, claro, no habría habido veto (porque se me vetaba no por fascista desestabilizador de la prístina democracia del PSOE, sino por metepatas, por hacer propaganda de algo, FE/JONS, cuya tarea dentro del orden felipista era mantenerse en las cloacas cumpliendo su tarea de machaca, no bajo los focos como partido trendy, de moda). En cuanto a lo de la integridad, creo que mi problema es el ya mentado, el haber hecho (por exceso de ingenuidad y vehemencia) un ejercicio poco funcional de la misma (y, por cierto, en lo que yo pueda tener de tonto útil, soy completamente inútil: así, con mi presencia en el spot, FE/JONS logró los resultados más pobres hasta ese momento, pues por una parte ahuyenté al facherío más irreductible y, por otra, no logré atraer a elementos críticos del partido, fuesen azules de izquierda o gentes directamente ajenas a lo falangista).

¿Es «El Eterno Femenino» (Nuevos Medios, 1982) tu obra cumbre como artista? ¿Aquella donde desarrollaste todos tus miedos y obsesiones, desde osos de peluche a perversiones inconfesas?
Mi obra cumbre no la veo en un disco determinado sino en canciones sueltas («La cólera», «En cualquier fiesta», «El único juego en la ciudad», «Diálogo», «El eterno femenino», incluso alguna poco conocida de experiencias ulteriores como «La Exposición Internacional de los 80», «El hombre que sabía demasiado», «Sunset Boulevard» o «Con paciencia» –recuperadas estas dos con mi actual grupo La Ruleta China-…).

¿Como es que nunca llegó un proyecto o colaboración con Carlos salvo en los albores creativos de ambos? ¿Y con tus admiradas Vainica?
Supongo que con Nacho Canut por medio, intrigando, era imposible. Quedó claro con el fallido intento de Piernas Ortopédicas, experimento paralelo a Paraíso y Pegamoides cuando compartíamos local de ensayo en Tablada. Y con las V2 ya tuve mi momento en aquella canción, «Sueño 84», donde hicieron voces y cuya música y arreglos corrió a cargo de Álvaro, el hijo de Gloria y bajista de La Mode, amén de la entrevista en profundidad para el libro de Júcar. Después, cuando se fueron acercando más y más a gentes como Sabina, Wyoming o Luz Casal, era inevitable que me viesen cada vez más como alguien ajeno a su mundo. Recuerdo el sofocón y disgusto que me llevé cuando vi en el programa de Tola la presentación de «Mi alumno» en plan duet con Wyoming (ahí abrí los ojos sobre cuál era mi lugar real en el mundo de las Vainica).

¿Qué opinión te merece todo el sonido continuador del pop que Carlos y tú os cansasteis de reivindicar durante los 80, con clara inspiración en las Vainica? Me refiero especialmente a lo que se dio en llamar Sonido Donosti, desde Aventuras de Kirlian o Family, pasando por Le Mans y La Buena Vida, y que en definitiva acabó impregnando al pop español de una cierta idiosincrasia de la que carecía.
Me alegro por Carlos. Es su revancha campeadora. Lo echan de su grupo, Dinarama, y en solitario, rumiando miserias, traiciones y soledades, alumbra momentos mayúsculos que servirán como referente para ese pop de los 90.

¿Por qué no ha habido revival de La Mode como sí lo ha habido de multitud de otros grupos de la época? Tus seguidores te lo agradecemos, pero ¿por qué? ¿Tan traumático fue el fin del grupo?
Hubo la rentreé en directo del 94 (el llenazo de Revólver y el vacío de la sala Apolo –por el boicot catalanista contra lo madrileño-). Mario Pacheco propuso preparar un nuevo disco pero ni Mario (Gil) ni Antonio (Zancajo), por entonces plenamente integrados en sus historias televisivas (y Mario, además, con sus ServandosAñade este contenido y sus Pingüinos), mostraron el menor interés. De hecho, ni se molestaron en hablarlo conmigo y me enteraría años después a través de Pacheco.

¿Qué paso con ese máster de LP de Paraíso que circula por Internet? ¿Por qué aún permanece inédito?
Miguel Ángel Sánchez tiene contrato conmigo para sacarlo desde 2002 y parece ser que, por fin, saldrá este mes de marzo.

¿Tan enemigo de la nostalgia eres como para negar el «Para ti»?
Fue un encargo de Carlos Berlanga en los inicios richmanianos de Paraíso, no una idea que me surgiese de manera espontánea. A medida que sacaba otros temas, su posible carisma se empequeñecía a mis ojos, y el hecho de que los antifans -esos personajes a lo «Misery» (Stephen King, 1987) que quieren encajarte en la estrecha caricatura que tienen de sus ¿ídolos?- me la pidan, me incita todavía más a pasar de recuperarla. Con Charlie quiero deconstruirla (algo a lo Flyng Lizards o Residents) y entonces, sí, interpretarla de nuevo como un zas, en toda la boca.

¿Qué queda del Zurdo adolescente que todos sus seguidores conocemos? Las Vainica, los comics, la nouvelle vague, la timidez enfermiza… ¿Sigues dibujando? ¿Has cambiado mucho desde entonces?
Ahora le doy al Photoshop: en esta entrada cuento toda mi grafopeya (palabra que acabo de inventar en un alarde de genialidad torera). Sobre la adolescencia, el jetlag entre mi corazón quinceañero, mi cronología mediando la cincuentena y mi sangre sabia a base de bofetadas y (todo sea dicho) alguna que otra recompensa, convierte al Tom Hanks de «Big» (Penny Marshall, 1988) en un sujeto de lo más equilibrado y armónico.

¿No crees que a veces te has complicado la vida con declaraciones más o menos polémicas? Por ejemplo, te leí una vez afirmar que la película representativa de la nueva ola en España sería «Arrebato» (1979) de Zulueta, pero para apoyar tus argumentos denostabas la filmografía primigenia de Almodóvar, tachándole de advenedizo. Mi pregunta es, ¿crees que la pasión y el fervor con que has defendido tus ideas te ha podido llevar a la automarginación? ¿Has buscado la polémica a propósito o te la has ido encontrando a tu paso?
Me reafirmo en lo de «Arrebato» y Almodóvar. No busco la polémica pero no sé mentir ni eufemizar: o digo lo que creo debo decir o me callo. Mi madurez consiste en callar cada vez más.

Háblanos de El Zurdo hoy. ¿Cómo es un día cualquiera en la vida de Fernando Márquez? ¿A qué dedicas tu tiempo?
Internet (Facebook y correo, escribir para los blogs y la web, ver algunas series…), lectura, televisión, audición de música mientras me hago la comida, ir a la compra, ensayos… Más o menos como antes, pero en más pobre (desde 2006, por el affaire de AFINSA).

Recientemente publicabas en tu Facebook el supuesto estado de precariedad económica en el que te hallabas. Sin embargo, hace algún tiempo existía el mito, quizá extendido por ti mismo, de que vivías suficientemente con los derechos del «Para ti».
No cobro de la SGAE desde 2006, salvo las devoluciones de Hacienda por retenciones. Todo se lo llevan los plazos de la sociedad médica.

¿Sigues componiendo habitualmente? ¿Qué hay de La Ruleta China, tu proyecto musical junto a Charlie Mysterio y Clara Collantes?
Tenemos apalabrado un Siroco para el 1 de febrero aparte de que, según buenas fuentes, Siesta quiere sacar el disco que grabamos en 2008 para este 2013. A ver si es verdad…

¿Son estas dos personas tu nexo de unión con la actualidad musical? ¿La sigues de cerca?
Charlie, por su condición de apóstol y misionero del pop, es mi nexo desde que lo conozco con novedades y hallazgos. Últimamente, también Fb por cosas que cuelga el personal y que, de cuando en cuando, me llaman la atención.

¿Sigues escribiendo? ¿Alguna novela o ensayo en ciernes? ¿Quizá algún libro que plasme tus dotes culinarias?
Tengo ese libro que hice con dos fotógrafas y que busca editor desde 2010. El resto se me va en cosas para la red y en alguna letra.

¿Por qué tu manía de autocitarte continuamente en tus escritos? ¿Crees, como aquella canción de El Niño Gusano, que todo lo que estás diciendo lo dijiste antes ya?
No es creencia, es certeza. También, con los años y los palos y los trillones de entrevistas, tengo cada vez menos paciencia para repetir las cosas. Para eso están los links.

Recientemente Pedro Pinzolas ha editado una película sobre tu figura. ¿Estás contento con el resultado o más bien te sientes a lo Panero tras ver «El Desencanto» (Jaime Chávarri, 1976)? Por cierto que poco o nada se conoce de tu familia…
Pinzolas está encantado conmigo y yo con Pinzolas. «El Bosque Zurdo» (2012) es el anti «Desencanto». De mi familia (mi madre, mi abuelo, y otros parientes), cuando me da la vena, suelo largar alguna que otra píldora.

¿Cómo te gustaría ser recordado?
Como lo seré: por pocas, pero excelentes personas. El resto arderán en las llamas eternas y tendrán cosas más importantes de que preocuparse que pensar en mí.

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Comentarios

  1. Tomar como referente a la zorra de Rand y no al gran Stirner denota una falta de criterio considerable por parte de el zurdo.