Zero

Disco grabado en diciembre de 2012 en los Estudios Sonora de Alejandro Garán en Majadahonda (Madrid), por donde ya habían pasado Los Putos Frimans para registrar los temas que conformaron la maqueta “Los Putos Frimans” (2012).

Pensar en positivo es la esencia del nuevo punk. Así arranca el disco, con un mensaje en principio constructivo.

El grupo define el EP como temático y efectivamente todos los cortes se centran en transmitir cierta dosis de doctrina o mensaje sobre cómo encarar el proceso de revolución. Radica la novedad de lo promulgado por los madrileños en que se ataca o aconseja al individuo, desnudándolo ante sus contradicciones e inconsistencias, obligándolo a un ejercicio de autocrítica. Cambian de sistema de referencia a la hora de evaluar la situación actual: en realidad los malos somos nosotros mismos; nos creemos integrales pero en realidad solo nos mueve el querer acumular y acaparar más. Somos en realidad nuestros propios enemigos. Se fajan en esta dirección con la tenacidad de Crass.

La denuncia en “3” de la ausencia de libertad personal dentro de la sociedad, a pesar de no ser conscientes de ella, tiene mucho que ver con aquello que cantaba La Polla Records de poder elegir “dentro de un círculo y sin poder salir”. Los Putos Frimans, que no tienen problema alguno en resolver por la vía directa, la del puñetazo en la nariz, el resto de las canciones del álbum parecen querer recrearse algo en este corte, haciendo incluso gemir a sus guitarras, llevándolo hasta más allá del minuto y medio; es el tema más largo.

En “4” por el contrario, parece querer escurrirse algo de los Sonic Youth de la época de “Goo” (DGC,1990).

El disco resulta breve, dejando al oyente perplejo pero seguro que no indiferente. Sin duda resultará de mejor digestión para quienes anden ya habituados a las liturgias propias del punk comprometido con la causa de despertar conciencias.