Su siguiente trabajo, “Xigantes” (PAI, 2008), es un disco más lento, de medios tiempos, que tiene una gran acogida y los lleva a una gira de treinta conciertos en su presentación, cerrándola con su participación en el 20º Aniversario de Galiza Nova. Se producen nuevos cambios en la formación, Antón Torroncho sustituye a Óscar Nanuk al bajo. Con su peculiar manera de presentar sus trabajos, tirando de poesía y actitud, la banda nos presenta este “Xigantes” como “una docena de peleas a cara de perro entre humos y fuegos, entre hoces y puñetazos. Son doce copos de nieve con forma de estrella y luz que se encienden cada noche y que jamás nos dejan dormir. Xigantes somos tú y yo cada vez que arrancamos otro día al calendario”.
Entre riffs enérgicos y tintes acústicos se desarrolla la homónima “Xigantes”, un corte efectivo y pegadizo que tiene mucho de declaración de principios… “No vello carreiro, á túa beira estarei, erguerei a fouce e nunca acougarei”. “Ratos mortos” es un pasaje surrealista cargado de ese realismo mágico que nos rodea y que solo cuando estamos receptivos captamos. Realidad y desamor, dualidades que cortan la piel con facilidad… “Ti nas alturas, eu subterráneo / Ti no universo, eu enterrado / Ti dereitiña, eu extraviado / Ti nas estrelas, eu estrelado…”.
Ruxe Ruxe optan por los medios tiempos, por suavizar su propuesta y dejar al margen la electricidad y el punk. Cortes como “Ferrallas” y “Paifoco”, con ese ska reposado, suponen un nuevo camino a seguir. Aunque hay momentos más eléctricos (“Rock and roll”, “Corvos”), los protagonistas son los medios tiempos.
“Xigantes” tiene un mejor acabado que “Comercial” (PAI, 2006); en ese sentido tenemos que decir que la banda da un paso adelante.