Con “Vuelve el Hombre” (Twins, 1987), las cosas mejoran. Los cambios en la formación -entran Javier Martínez a la batería y Luís García al bajo- ayudan a consolidar un sonido que gana enteros con respecto a entregas anteriores.
“Dame calor” está grabada en la selva, entre gritos de Tarzan y elefantes acorralados. Ritmos bailables y programaciones electrónicas que suenan mejor que nunca y que destierran aquellos ritmos aburridos y lineales que nos encontrábamos en “Lo Estás Haciendo Muy Bien” (Nuevos Medios, 1985). La temática, la de siempre, sexo y testosterona. En esta ocasión tratan la prevención de embarazos no deseados mediante la marcha atrás.
“No te olvidé” y “Tu novia está loca” son dos grandes cortes que ponen de manifiesto dos cosas: primero que Alberto se siente más cómodo detrás del micrófono y segundo que la evolución de la banda es una realidad tangible. «Tu novia está loca» sería incluída en la película de mismo título dirigida por Enrique Urbizu (1987).
“Guapa!!” trae ritmos de tango porteño que no terminan de encajar del todo con un estribillo demasiado facilón. En “Pido discreción” repiten errores del pasado, recurren otra vez a ritmos monótonos a base de teclado que generan una atmósfera insípida de balada prescindible de “Noches de blanco satén”.
Cierran con la canción que da título al disco, “Vuelve el hombre”, ritmos que se acercan al rock, con orquestaciones está vez más acertadas.
Tras su debut en Twins, la banda nos entrega un largo de verdad, diez cortes con un título muy de la casa, “El Gusto es Mío” (Twins, 1988).