El debut de Los Rayos se produce bajo el paraguas del sello privado DAF, que era subsello de Artyphon y con igual funcionamiento que este último. Propiedad del músico militar gerundense Antonio García del Río Segura, los conjuntos acudían a sus locales para la grabación de un vinilo corriendo ellos mismos con todos los gastos. Río Segura se encargaba de la parte técnica, de licencias y registro de autores. Esos discos estaban destinados a la promoción y ventas en los conciertos de las bandas.
La cara A es para «Vuelve a mí«, con marcado acento beat y basado en el órgano y los arreglos de metal, y muestra el contraste entre una animosa puesta en escena en lo musical con lo melancólica que es su letra. Aun así mucho más destacable que la cara B, ya que «Noche feliz» es repetitiva hasta la extenuación.