En plena fiebre Alfonso XII, al que Vicente Parra había revivido en la gran pantalla, se graba este disco más oportunista que otra cosa. Se elige como pista principal “Venus” que había lanzado al estrellato el año anterior al ídolo juvenil Frankie Avalon. Una balada con aromas de chachachá que el actor canta de manera envarada y tensa, pero demostrando buena afinación y algún problema rítmico. La orquesta dirigida por Gregorio -Greg- García Segura suena trasnochada a más no poder.
Completa la cara A el bolero “La entrega”, que Vicente interpreta como un semirrecitado de escaso empaque melódico, denotando carencias vocales importantes. “Llorarás” es otro bolero desgarrado cargado de reproches. Vicente se acopla con él un poco mejor y también los apuntes instrumentales de trompeta, primitiva guitarra eléctrica, cuerda y congas contribuyen a un aceptable resultado final.
El tema más movido de los cuatro es “Mi sentencia”, una pieza de los hermanos García Segura a ritmo de swing con una orquesta que devora la voz por momentos. La letra cargada de fusilamientos a base de suspiros, miradas aniquiladoras y otras mortíferas maneras de palmarla no tiene desperdicio.