Verdadera Fe

Probablemente es con este nuevo EP con el que La Inquisición avanza de manera definitiva hacia la oscuridad en su música. No se pierde nada por el camino, porque siguen apostando por guitarras poderosas, ritmos galopantes y esa tensión en la garganta de Ruben, su cantante, herencia del transfondo Oi! del grupo. Pero aplican ya la que será norma en lo que sigue a la hora de confeccionar las portadas: Apuestan por fotografías impactantes de belleza en su blanquinegro. En este caso se trata de una de las instantáneas publicadas por la revista Life de la España profunda de los 50: un velatorio en brutal ambientación rural.

La grabación es otro capítulo de mejora del grupo, ya que entran en el estudio Rebato Sound para dejar listos los temas correspondientes entre agosto y noviembre de 2016.

El tema que abre el disco y que le da nombre tiene precisamente la violencia de prometer balas para los traidores mezclado con las referencias a a pecados cometidos en el nombre de Dios, ruinas, templos en llamas, fe, Inquisiciones castigadoras…

«Abril» es un himno de la calle. Cantado a otra velocidad, con menos rugosidades, tiene incluso el esqueleto melódico de alguno de los temas emblemáticos de Nino Bravo. Pero en manos de La Inquisición, tiene la épica de quien aprieta el puño desafiante. Fuego que llueve, puñales y campanas que no dejan de tocar anunciando cómo la vida se apaga. Uno de los mejores temas de los catalanes sin lugar a dudas.

Que la música del grupo tiene un poco de muchas cosas diferentes lo pone de manifiesto «Los iniciados«, con la que abren la cara B. Menciones a Natxo (Cicatriz), Iosu (Eskorbuto) y la cal con la que se despachó la guerra sucia del GAL. Droga y frío en el Norte, todo a ritmo de guitarras en su modo más cercano posible al rock metal sin dejar pasar la ocasión de mencionar a los iniciados como nota esotérica.

Épica y ganas de himno en la apuesta por la guerra como único medio de cambio. Más guitarras rockeras, gritos de street punk y el tenebrismo de unas letras crípticas. La Inquisición consolida sus señas de identidad.