Disco de muy escasa promoción como el anterior. Si José Antonio Granados había tenido la mayoría de créditos en el anterior album, en este va a tener 7 de 8 y el restante lo ostentará su hermana Lucía. La producción y todo lo que tuvo que ver con el sonido también fue gracias a Granados y eso se notará en el conjunto del disco que tiene siempre un sonido homogéneo que es lo que debe de tener un LP.
La canción que abre el disco es «Espérame» que ya había visto la luz en formato single sin nada de éxito y es que cogieron una de las más regulares para promocionar. Es una canción que se hace pesada y no brilla por su sonido como el resto del disco. De nuevo, una mala decisión en la carrera de esta sevillana.
«Quieor decírtelo» es una de las más curiosas sin duda; empieza con un sonido japonés que se vuelve a escuchar de fondo en los estribillos y va durante toda la canción para arriba con un chute de adrenalina. La producción de esta canción es arriesgada y muy acertada que habría sido la ideal para promocionar el disco.
«Vuele» es un tema que, aunque no es atractivo de primeras, con las escuchas gana muchísimo con una letra bonita, pero le falta ese gancho primero. Sirve como molde perfecto para lucir la voz con fuerza que tiene Lucía.
La única canción de Laura Granados es la más flamenca del disco con un estribillo llamativo pero que en las estrofas va demasiado rápido y se pierde. Tiene quizás el mejor puente musical de todo el disco con una guitarra eléctrica que acompaña perfectamente a las palmas flamencas.
La cara B suena mucho mejor que la primera desde el inicio, con la que fue también la segunda cara del single pero sin embargo se escuchó más. «Como tú quieres» es un tema romanticón que no ha envejecido del todo bien ya que el sometimiento de la mujer ya no es tan empoderado como hace 30 años.
«Veneno y fuego» suena divertida pero muy repetitiva aunque como concepto de lo que se quería plasmar en el disco va como anillo al dedo.
«Las caricias que te di» es seguramente el mejor tema del disco, con unos sonidos increíbles y bien trabajados, con un estribillo largo que va todo el rato hacia arriba sin caer en estridencias. La voz se acopla perfectamente al sonido que abandona por un momento el flamenco, a excepción de castañuelas en el estribillo.
Cierra el disco muy arriba con «Sueño fugaz» muy en la estela de la canción anterior, que aunque no llega a ser tan buena sigue siendo bastante potente y perfectamente podría haber sido también single.
Un disco de los más desconocidos de la artista pero que sigue con una calidad bastante alta, en la línea del anterior. El problema es el de siempre, falta arriesgar y confiar en el proyecto por parte del área de marketing. Lucía como artista y Jose Antonio Granados como arreglista sublimes en el cénit de sus trayectorias.