Vinculados al sello cooperativo Discos da Máquina, en el que nos encontramos a otras formaciones como Grampoder, Ataque Escampe o Das Kapital, Sub Rosa editan su primer LP. Esta vez como trío: Helga Blanco (sintetizadores, voz, programación), Xalo Gayoso (sintetizadores, guitarra) y Pulpiño Viascón (batería electrónica y percusión), graban nueve temas directos, en la frontera de la electrónica y el indie rock, compuestos en apenas cuatro meses.
Un disco mezclado en los estudios A Ponte (Santiago de Compostela) con Tomás Ageitos, masterizado por Doutor Chou. Colaboran los Grampoder LeRoi (bajo) y Martin Wu (guitarras) en “Política de Bonobos” y “Cicatriz”.
“Vágalú” (Discos da Máquina, 2014) se presenta como “muros de sonido de guitarras, capas y capas de sintetizadores, voces hablando más allá de la música; cajas de ritmos y toms salvajes, distorsión, distorsión; un clímax que nunca llega y ya está aquí. Un disco tejido de los retales de poemas de Ismael Ramos, Carla Carbatti o Séchu Sende, y los dibujos de otros tantos artistas sin nombre en los periódicos. Hecho con la colaboración de amigos músicos del sello cooperativo Discos da Máquina (del cual será su séptima referencia) que pusieron sus esfuerzos para que este disco fuese una realidad. Un disco duro, difícil de componer, un disco que son tres discos que nunca verán la luz. Un disco que pretende ser un disco, en el viejo sentido de la palabra”.
Lo cierto es que Sub Rosa evolucionan manteniendo su esencia. Vemos raíces electrónicas combinadas con noise rock y shoegaze (Triángulo de Amor Bizarro, Disco las Plameras!, The Jesus and Mary Chain, Pixies). Ellos buscan un sonido cohesionado, utilizar el ruido como vehículo de expresión… la simbiosis entre el consumo rápido y la reflexión consciente.
El cambio se percibe desde el primer momento, desde “Política de bonobos”. Las guitarras portadoras de ruido y la voz de Helga ganan protagonismo. Sub Rosa buscan la melodía directa y efectiva… y la encuentran.
“Terrorista animista” destaca sobre el resto. La voz de Helga gana intensidad envuelta en ruido y da la sensación de que Sub Rosa suenan mejor cuando la voz se ensucia, cuando se pervierte entre ritmos y bases. La limpieza de “Psicópatas de frac” no le sienta tan bien, y los tintes naif de “Cicatriz” tampoco.
En “Telúrica” muestran una atmósfera enrarecida, tortuosa… sofocada por la voz de Helga. De “Akureyri” (Discos da Máquina, 2014) recuperan la conexión Fuck Buttons-4AD “Mata ki te Rangi” (Ojos que miran al cielo), denominación que daban los antiguos habitantes de la Isla de Pascua a su tierra.
Cierra “Dopaminaria”, un viaje al país de la dopamina –neurotransmisor que participa en el sistema del placer del cerebro-.